La tarea que se le presenta a la futura ministra puede parecer fácil, pero no lo es porque las mujeres hemos entendido que no se trata de quedarse sentada esperando que alguien haga valer nuestros derechos y nos respete y que nuestro espacio no se restringe a lo privado (el hogar), que si la sociedad nos quiere mantener ahí, de nosotros depende aceptarlo o no, también sabemos que los espacios hay que ganárselos por lo que cada vez hemos ido tomando un rol más protagónico tanto en la esfera pública como política.
Hoy Chile se enfrenta a un nuevo escenario que, aunque conocido ya que será el 2° mandato de la Sra. Michelle Bachelet, trae consigo muchas interrogante dado la escena política actual, pero no es mi afán entran en un análisis profundo respecto de las fuerzas políticas que asumirán un rol protagónico en este gobierno, sino mas bien señalar la relevancia que tendrán estas fuerzas para abordar las políticas de estado, ya que será su visión y conocimientos los que pondrán el énfasis en la elaboración de las futuras políticas de Estado, es así como nos encontramos hoy ad portas de que por primera vez luego de recobrada la democracia en Chile, asuma un cargo público un representante del Partido Comunista, que además es mujer y con una mirada feminista. Nuestra futura ministra del Servicio Nacional de la Mujer, ¿Pero que implicancia trae esto consigo? A parte de generar expectativas como ya se ha mencionado en los grupos feministas, que se espera que efectivamente haga en torno a la temática de género en el país.
Esta es una pregunta cuya respuesta tendremos que conocer in situ, porque entiendo que uno puede tener una línea de pensamiento, pero cuando se es parte de un gobierno, debe primar el programa propuesto y como yo desde mi mirada puedo aportar para lograr las metas propuestas en éste. Así que espero que más que responder a estas expectativas nuestra futura ministra pueda entregar luces respecto de mejoras sustanciales en el desempeño del actual servicio, ya que para convertirse en ministerio se debe hacer más que un tramite administrativo para cambiar el nombre.
Durante estos últimos 4 años el Servicio Nacional de la Mujer se ha orientado hacia la violencia intrafamiliar y sus implicancias en la mujer siendo “los centros de atención a víctimas” su eje fundamental de intervención, predominando una visión más bien conservadora de la problemática vinculado al plano familiar y desde un hombre hacia la mujer dentro de cuatro paredes, ha quedado claro, frente a las críticas de la sociedad en general a sus campañas publicitarias, que este trabajo no ha sido bien evaluado por la población y tampoco efectivo en la prevención de la violencia y sus implicancias (femicidios), por lo que puede parecer tentador para esta nueva dirección plantear nuevas acciones apuntando a realizar mejoras en este ámbito, con el objeto de mostrar mejoras en el trabajo y servicio entregado hasta ahora, pero esto los puede llevar a perder el norte de lo que realmente el Servicio Nacional de la Mujer debe ser y, por lo tanto, desconocer lo que realmente nos interesa a las mujeres y lo que esperamos de este nuevo período de la presidenta y su ministra, lo cual para mi apunta a cambiar esa visión conservadora y ampliar el área de intervención que el servicio hasta ahora tiene, partiendo por modificar la actual concepción que éste tiene de la mujer, como sujeto receptor de malos tratos y de golpes e insultos sin recursos y capacidad de movilización de sus propios medios.
Ahora la debe ver como un ser integral que tiene ideas propias, objetivos, metas y un proyecto de vida, además de tener opinión y poder de decisión y que día a día convive y se relaciona con un entorno que puede o no ser favorable para las mujeres pero que de igual forma debe enfrentar. De acuerdo con esta concepción se hace necesario que las nuevas autoridades piensen en realizar un cambio profundo del paradigma actual que el servicio de la mujer a adoptado para trabajar con las mujeres incorporando una metodología de trabajo más inclusiva y con una visión integral de las mujeres y de la sociedad actual, que permita la incorporando de todos y todas los miembros de esta sociedad a través de estrategias más participativas de la ciudadanía en la búsqueda de la resolución de sus problemáticas, pero además formas de prevenir las violencia en todas sus formas.
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