No todo lo que suena parecido es igual. A pesar que esto parece una declaración un tanto obvia, esta asociación por semejanza sigue siendo un error común en nuestra forma de pensar. La Agrupación Mujeres Arriba de la Cleta (Macleta), es una organización que trabaja para potenciar el ciclismo urbano en mujeres. Para esto desarrolla una variedad de actividades en busca que más mujeres comiencen a usar este medio de transporte. A menudo en nuestras actividades hemos sido testigos de una confusión por semejanza que nos parece importante aclarar. Se nos ha dicho que Macleta es una agrupación que discrimina a los hombres.
Tampoco somos la única agrupación que pasa por esto. Los furiosos ciclistas han sido cuestionados por promocionar el uso de la bicicleta como único medio de transporte, a pesar que esta agrupación no obliga a nadie a transportarse pedaleando sino que sólo busca incentivar su uso.Macleta no trabaja para promover el ciclismo urbano de igual modo en hombres y mujeres, y el motivo por el cual no lo hace es para compensar la inequidad que surge de una discriminación primaria.
Macleta: ¿Qué hacemos y por qué?
MACLETA trabaja preferencialmente para mujeres. Este trabajo con enfoque preferencial se fundamenta en la brecha que existe entre hombres y mujeres en cuanto al uso de la bicicleta. Según datos del 2005 (Steer Davies Gleave), de la totalidad de ciclistas en Santiago sólo un 14% son mujeres. Más aún, un estudio internacional en 2009 (Heien y cols.) señala que esta brecha se repite en otras ciudades y países. La transversalidad de este patrón muestra que existen barreras sistémicas y sistemáticas que hacen que para una mujer sea más difícil usar una bicicleta como transporte que para un hombre.
Esta diferencia injusta entre géneros, en su oportunidad de disfrutar de este medio de transporte, es lo que fundamenta el trabajo preferencial de Macleta hacia la mujer. Reconocemos que las experiencias de mujeres sobre la bicicleta no son las mismas que la de los hombres, y por lo mismo se hace necesaria una perspectiva de género que logre recoger la particularidad de esta experiencia y crear espacios con una distribución más equitativa de la oportunidad. A este tipo de priorización de los servicios se le reconoce como trabajo por la equidad. Un ejemplo que podemos encontrar en la historia, es la corriente de la Teología de la Liberación, cuya misión es trabajar preferencialmente por lo pobres al ser una población más carente y cuyo mal pasar se origina en fenómenos injustos creados por el ser humano. Esto, difícilmente puede interpretarse como una discriminación de quienes gozan de más ingreso en la sociedad.
¿Qué es lo que no hacemos, y por qué?
La discriminación es un acto de segregación o diferenciación que nace de una desvalorización del otro. Este es el origen de tendencias discriminatorias tales como la homofobia, el racismo, el clasismo y el sexismo. La raíz de esta diferenciación se encuentra en la creencia que el otro que es distinto a mí es menos valioso, y por tanto no puede gozar de los mismos derechos y bienes que yo.
Dista tremendamente de esto el trabajo con enfoque preferencial por un subgrupo que carece de ciertos bienes que otros miembros de la sociedad disfrutan. El trabajo preferencial es, entonces, un enfoque que busca subsanar una discriminación de base que hace que dicha selectividad sea necesaria en primera instancia. Macleta no trabaja para promover el ciclismo urbano de igual modo en hombres y mujeres, y el motivo por el cual no lo hace es para compensar la inequidad que surge de una discriminación primaria. Macleta no sólo no hace un acto de discriminación, sino que moviliza a un gran grupo de voluntarias y voluntarios para trabajar, justamente, en contra de ésta. El trabajo con enfoque preferencial y discriminación no son dos caras de la misma moneda, son dos monedas distintas.
Esta ley del blanco o negro es un riesgo para el avance de agrupaciones civiles. Si existieran más matices en nuestra forma de pensar, los recursos que organizaciones civiles destinan en defenderse se podrían canalizar para generar alianzas de trabajo colectivo, visualizando la afinidad entre semejantes, en lugar de crear divisiones ficticias que limitan la innovación social. Esto no es sólo un problema para Macleta, es un problema social en cuanto se restringe la asociatividad y se asfixian iniciativas de agrupaciones que trabajan para mejorar la ciudad que compartimos. La crítica recelosa no construye, destruye y divide, mientras los matices enriquecen al priorizar las oportunidades de la diversidad de nuestro trabajo por sobre el prejuicio de esta diferencia.
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