Estoy más segura que el lector habitual de El Quinto Poder, usted y yo no escribiríamos para contactarnos porque tenemos cierto hábito de ejercicio reflexivo, pero ¿qué pasa con las personas desesperadas, aquellos que lamentablemente la educación no dejó una actitud crítica instaurada en la estructura mental, aquellos que van corriendo a depositar al Banco $hile para la Teletón, los consumidores voraces de TV sin contenido… ¿Qué pasa ahí?
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