La concreción de esta iniciativa universitaria es un tema importante. Primero porque los centros superiores del Estado, exceptuando la Universidad de Chile en lo normativo, poseen un Estatuto de funcionamiento anacrónico en materia política, ciudadana y técnica, que requiere de un urgente y profundo cambio, atendiendo que no tendría sentido dar vida a estos nuevos centros superiores bajo un marco a todas luces obsoleta, y segundo, tampoco tendría sentido crear una nueva normativa solamente para estas instituciones, manteniendo el marco vigente para las restantes en la lamentable situación en que se encuentra.
La propuesta programática de la presidenta electa Michelle Bachelet anunció la creación de dos universidades del Estado en aquellas regiones que carecen de estas instituciones, a saber: O’Higgins y Aysén. Se trata de una materia importante, pero aunque invisibilizada en el debate hasta el momento porque no atañe a Santiago, origen y fin de casi todos los temas.
Entendemos que las universidades del Estado, públicas en su sentido más propio, son un factor clave del desarrollo del país, y en forma paralela también por su contribución a la equidad social. Es difícil explicar el nivel de desarrollo de nuestra nación sin reconocer el aporte de las universidades del Estado en este marco y en segundo lugar del financiamiento público para todo el sistema universitario, (hasta 1980 de las dos universidades del Estado y de las seis privadas), financiamiento que tras la reforma de la educación superior de 1980 –de inspiración neoliberal- mermó en forma considerable el hacer de las universidades del Estado, pese a lo cual los centros superiores públicos han mantenido si no incrementado su sitial de adhesión ciudadana y de reconocimiento internacional de sus diversos aportes.
La concreción de esta iniciativa universitaria es un tema importante. Primero porque los centros superiores del Estado, exceptuando la Universidad de Chile en lo normativo, poseen un Estatuto de funcionamiento anacrónico en materia política, ciudadana y técnica, que requiere de un urgente y profundo cambio, atendiendo que no tendría sentido dar vida a estos nuevos centros superiores bajo un marco a todas luces obsoleta, y segundo, tampoco tendría sentido crear una nueva normativa solamente para estas instituciones, manteniendo el marco vigente para las restantes en la lamentable situación en que se encuentra.
Entendiendo que esta es una materia que –espero- más temprano que tarde las nuevas autoridades del sector habrán de enfrentar, lo cierto es que la instalación y sustentabilidad de estos nuevos proyectos universitarios tiene otras dificultades importantes que sería bueno poner atención, si es que a la fecha sus mentores no han reparado en ellos.
En primer lugar se trata de dos realidades muy diferentes en todo plano, por ende, más allá de esta constatación, poseen muy poco en común. La región O´Higgins ha experimentado- tanto en la ciudad de Rancagua como de San Fernando- diversos iniciativas con grados muy desiguales de éxito, esencialmente bastante febles. Su capital regional ha concentrado iniciativas privadas, de universidades tradicionales públicas y privadas, todas con resultados discretos. Se han instalado sedes de universidades, como también programas ciclos básicos o primeros años, para después continuar estudios en otras ciudades. Han habido iniciativas en diversas disciplinas, ingenierías, en salud, educación y otras. Carreras tradicionales y otras no tradicionales. También varios proyectos de crear una universidad de la región, de carácter privado. Las iniciativas en todo plano, han tenido derroteros difíciles, muy lejanos de los estándares de éxito que muestra el sistema universitario en otras latitudes del país.
La proximidad de Santiago y sus comunas dominantes, los estímulos para que la gente se traslade cotidianamente a estudiar y trabajar en ese sentido, las vías de comunicación, la atractividad de la macrociudad etc., conforman argumentos poderosos que han impedido que estas iniciativas, por espacio de tres décadas, no hayan podido enraizarse. Por lo mismo, el desafío de instalar un centro universitario de calidad, es decir acreditable, que se transforme en un agente de equidad en materia de oportunidades de estudio para la población, es una tarea más que compleja. Algunos de los proyectos señalados tuvieron capital financiero, no obstante no pudieron revertir los flujos de desplazamiento cotidiano de las personas, mirando entonces la región de O´Higgins como polo de desarrollo en este sentido, debiendo existir en esta materia razones poderosas que hay que estudiar más debidamente, para no incrementar la lista de iniciativas fallidas en este plano en la región.
El caso de la región de Aysén es muy diferente. A su aislamiento geográfico del resto de país, se ha de sumar además la compleja situación de comunicación regular intraregión. Por lo mismo, en la región hay algunas iniciativas de educación superior, impulsadas incluso por universidades tradicionales privadas, más algunos institutos profesionales que se parecen, equivalentemente, más a lo que fue la oferta de las sedes regionales de las universidades en los años 70, carreras profesionales de nivel medio, pero sin dictar profesiones tradicionales mayormente demandadas, que lo que deberían ser una oferta más rica para su desarrollo en todo plano.
La región de Aysén, aparte de estos factores suma la rigurosidad de su clima, la endogamia sociocultural de su aislamiento histórico, los altos costos de vida, y para efectos de lo que estamos hablando, una baja densidad de población educativa. Es decir, un número reducido de potenciales estudiantes de educación superior que hace muy compleja disponer de una oferta sustentable de formación profesional en muchas disciplinas. No obstante, incluso aumentando la cobertura del sistema de enseñanza media y con una continuidad de estudios superiores, este problema es importante, afectando costos directos e indirectos del proceso.
Adicionalmente, la oferta de profesionales especializados en estos lugares, a modo de ejemplo del área de salud, que ha tenido que realizar insignes esfuerzos para dotar de especialistas médicos en algunas materias, dan cuenta que habiendo superado el problema de infraestructura, equipamiento, densidad de estudiantes, el problema es poder disponer de especialistas bien formados para realizar docencia e investigación de calidad en ese territorio, tratándose entonces la concreción de esta iniciativa de un tema mayor, quizás, algo parecido en inversión y complejidad al insigne puente sobre el canal de Chacao.
De esta forma, debemos preguntar a quienes plantearon esta idea ¿En qué estaban pensando? Pues una buena iniciativa, con justos propósitos, puede provocar efectos no deseados muy complejos, que finalmente retrasen una solución de fondo a un tema de tanta importancia para el desarrollo de las regiones.
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Foto: TheFutureIsUnwritten / Licencia CC
Comentarios
16 de enero
Las escuelas normales se formaron en todo el país bajo la idea de formar formar Profesores con Vocación bajo la Ley de Instrucción Primaria. También era una época donde los profesionales y educadores se formaban en forma gratuita, quizas un anhelo todavía están luchando los dirigentes educacionales y que por esos años ya se tenía. Cuanto esfuerzo ha costado tener profesionales y una nueva camada de política que piensan en el bien social por sobre el lucro que significa ganar plata con la Educación. Recordar las palabras con que ganó la Presidencia Pedro Aguirre Cerda «Gobernar es Educar» es un sueño hoy en día, cuando para él era un derecho social.
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