Estimados Sres. Elige Educar:
Yo soy una de tantos -ni tantos, al parecer- que eligió educar. Elegí educar a jóvenes de educación media, bajo la especialidad de Lenguaje y Comunicación. ¿Tenía otras opciones? Claro, pero a diferencia del joven que aparece en su spot publicitario, mi familia no me hizo creer ni sentir que mi carrera era la peor del mundo, y que básicamente era desperdiciar mi futuro bajo una vida que pocos o escasos beneficios económicos me traería.
…no apunta a valorar más la carrera docente, sino que es un llamado a los futuros educadores a ser mártires.
No negaré que es muy común el escuchar de muchos colegas la broma de «soy pobresor», y que la mayor parte de mis pares, incluyéndome, se lamenta de no contar con los tiempos ni las oportunidades para poder entregar educación de mejor calidad, pero cuando vi su spot, inmediatamente pensé que su mensaje no apunta a valorar más la carrera docente, sino que es un llamado a los futuros educadores a ser mártires. Estoy consciente de que tal vez esa no era su intención, pero es tan complicado y similar como hacer un llamado a donar a la caridad.
Vemos claramente que la familia comete el error de valorar poco o nada la labor docente, y que cree que el puntaje PSU de su hijo no era digno de elegir Pedagogía, pero no alcanzamos a ver una posibilidad de esperanza, ni mucho menos un incentivo más que el de llegar a ejercer «la profesión más importante».
Soy un ser humano común y corriente, y claro que ejerzo por vocación, pero como en todas las profesiones, esperamos un incentivo, ya que no vemos aparentes mejoras salariales y laborales. Mucho se habla del fin del copago, del fin al lucro, del fin de esto y aquello, pero no vemos un fin a la desatención a la estructura familiar de nuestros alumnos, ni a la falta de profesionales de la salud en nuestros establecimientos. No vemos un concepto claro de educación de calidad, ni vemos un interés real en proyectos de ley tales como la ley 50/50.
No se trata de justificar lo «injustificable». No se trata de pedir limosnas, no se trata de corregir el prestigio que tiene la profesión docente. Se trata, básica y esencialmente, de que la próxima vez que publiciten masivamente la valoración que tiene nuestra profesión y darle el lugar que se merece, este mensaje llegue a los futuros estudiantes de pedagogía con un enfoque que no sea un llamado al sacrificio extremo y que ningún beneficio trae, principalmente porque no lo dice, y ahí es donde radica el problema: al ver su spot una y otra vez, me deja el sabor amargo de que poco o nada cambiará, que no se aprobará ningún proyecto y que de aquí hasta quién sabe cuándo, las mejoras para los docentes irán apareciendo como migajas que caen gracias a las marchas, paros y movilizaciones que año a año, mis colegas del sector municipalizado tienen que hacer.
Comentarios
28 de septiembre
Un país justo, solidario e igualitario, donde una buena calidad de vida para la mayoría sea una realidad y en el que prime la dignidad de quienes en definitiva dependemos de un salario, de nuestro esfuerzo y demás, se construye en base al pleno respeto de los derechos humanos. Y una de esas garantías constitucionales fundamentales es la educación; lo es en el sentido que nos entrega herramientas concretas para aspirar a una situación más favorable tanto en lo personal como en lo colectivo, como país digo.
La educación se corresponde con determinado modelo de país: el lucro, las universidades privadas, la selección, la discriminación, un sistema educativo público de mala calidad y otros factores son los que representan al neoliberalismo, lo definen como tal. Por el contrario, un Chile que supedita la economía especulativa a un sistema productivo integral, donde a través de la creación y defensa de la industria y producción nacional se generan empleos de calidad, riqueza, bienes y productos que se ven y se pueden oler, consumo popular y así ahorro y capitales nacionales, se relaciona con una educación cuyos ejes principales son demandados desde hace un buen tiempo por el movimiento estudiantil.
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