Largas conversaciones entre estudiantes y autoridades para intentar que se autorice una marcha estudiantil por la Alameda no dieron frutos. A pesar de ello, la convocatoria estudiantil ha tenido éxito. Pero esta negativa sostenida, que nos priva del derecho a nuestras calles, revela cuál es el significado de “libertad” para muchos en esta sociedad desigual.
Durante los días pasados, el trabajo de los representantes de la Confech, la Aces y la AES ha sido intenso. Se discutió con la intendencia un trazado que nos acomode, de acuerdo al objetivo que las tres organizaciones nos hemos planteado: imponer nuestras demandas en el debate social y llamar la atención de la sociedad chilena para que reconozca los problemas que tenemos como estudiantes y se enteren de nuestras demandas.
El acuerdo respecto del recorrido no fue alcanzado hasta ayer en la tarde, puesto que la intendencia negaba a autorizar una marcha por la Alameda argumentando que "no se ha hecho una marcha por la Alameda un día de semana en más de 6 años".
La comisión de la AES, conformada por los liceos Tajamar, de Aplicación y Carmela Carvajal han continuado con la postura de pedir la Alameda sumándose a la postura de las otras dos organizaciones presentes.
A pesar de esta negativa, los colegios de la Aces y de la AES se están movilizando. La convocatoria, a las 10 de la mañana en Plaza Italia, ha tenido éxito y los estudiantes se han congregado para marchar.
Sabemos lo difícil que resulta presionar a las autoridades para que nos autoricen a marchar por la Alameda, pero no podemos dejar que manipulen a nuestro movimiento, silenciándolo e invisibilizándolo. Se han realizado dos marchas de estudiantes secundarios y dos marchas de estudiantes universitarios y en ninguna de las cuatro se han producido conflictos de magnitud como para que la intendencia se niegue a autorizar que marchemos por la Alameda.
Definitivamente, cuando nos hablan de libertad, es porque ellos piensan que solo debiera existir libertad para los empresarios y los que día a día se aprovechan de los más pobres de nuestro país.
¿Sólo debiera existir libertad para los que deciden hacer de nuestra educación un mercado? Todo esto me recuerda los versos de la gran Violeta Parra cuando dice "miren como nos hablan de libertad, cuando de ella nos privan en realidad".
Los estudiantes debemos demostrar que nuestro movimiento no caerá nuevamente bajo las estrategias que ponen en práctica las autoridades con el fin de invisibilizarnos una vez más.
Salir a las calles es demostrar que estamos ahí, que somos conscientes y que podemos participar en actos masivos que den a conocer nuestras demandas de forma pacífica.
* Isaac Gajardo, Presidente del Centro de Alumnos del Liceo de Aplicación
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Foto: Antitezo / Licencia CC
Comentarios
20 de agosto
Mientras «el derecho a marchar» inhiba los derechos de las demás personas a caminar en la calle LIBREMENTE, a tener abiertos sus quioscos y a la SEGURIDAD de la propiedad privada; todo esto ocasionado por «infiltrados»… Y mientras los dirigentes que convocan estas marchas se laven las manos eludiendo sus responsabilidades… ME ALEGRO QUE NO LOS DEJEN MARCHAR…
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21 de agosto
Comparto la idea. Debemos ocupar las alamedas para manifestarnos y dejar de actuar como si no supieramos lo que ocurre. Vamos por un objetivo en común o especificamente para el bien común de toda la sociedad.
Sabemos que la educación de nuestro país esta deuda y que ahora dicha deuda debe ser meojorada por parte de todos y no solamente por tecnocratas y su pensamiento economico. Dejemos de ver las cosas en numeros negativos, debemos actuar con principios propios de cada individuo. Debemos respetar las palabras de Andrés Bello y de miles que a lo largo de la historia han manifestado el rol de la educación en la sociedad.
Como pretendemos ser un pais desarollado cuando la mentalidad de la ciudadania es inequivoca y burda. Aquella donde nisiquiera sabemos expresar nuestra historia correctamente. Aquella donde los principios del derecho y de otras indoles pasan por entre las paredes de la Institucionalidad.
Debemos romper la historia de golpes y decir que queremos mejorar la calidad pero con todos a su vez y no la mentalidad de unos individuos en esas 4 paredes.