Los gobiernos y las empresas necesitan trabajar juntos para recopilar evidencias sobre la demanda de competencias, presentes y futuras, con las cuales elaborar programas de estudio actualizados y brindar información paralos sistemas de educación y formación
Como si fuera un anuncio de trabajo, «se buscan técnicos de excelencia»
Hace más de 15 años, cuando existía aún el quinto año medio en la educación secundaria, los liceos y colegios técnicos daban un fuerte impulso técnico, dedicando muchas horas de taller a sus alumnos en los últimos dos años, y uno podía ver que más del 50 por ciento de los egresados de estos colegios o liceos, salía a la industria mediante su práctica y se incorporaba a talleres y empresas para desempeñar su oficio.
Hoy el panorama es muy distinto. Me tocó ver cómo en una de las promociones, los alumnos que egresaron y ejercieron el oficio aprendido no superaba el 10 por ciento. Podríamos pensar de forma positiva y esperar que el 90% restante ingrese a alguna carrera técnica universitaria o de nivel superior para potenciar sus conocimientos y habilidades; pero no es mucho lo que se puede esperar, sabiendo la problemática que existe hoy en Institutos y Centros de FormaciónTécnica respecto de sus aranceles, acceso y calidad.
No todos los recursos y preocupaciones deben concentrarse en la educación superior técnica, debido a que, teniendo una visión del potencial que tienen los liceos técnico-profesionales, se puede lograr muy buenos resultados en este nivel, permitiendo (de forma monitoreada) que nuestras industrias puedan dar algunas pautas de producción y dispongan recursos para el aprendizaje.
Recuerdo el reportaje de La Tercera titulado “Los liceos rurales que logran doctorados y exportan técnicos a Nueva Zelanda” donde se plantea que “el 90% de los alumnos tiene empleo o estudia después de egresar; las empresas van a buscarlos a los liceos y 110 estudiantes han partido a especializarse al extranjero: 73 a Nueva Zelandia”.
Este exitoso proyecto es parte de una visionaria fundación y es administrado por la Corporación de Desarrollo social Rural (Codesser). Es visionaria porque hay otro ejemplo que refuerza la importancia y dirección que debe tener la educación técnica profesional, lo potente que puede ser un alianza con la industria y el efecto que puede tener en el empleo con la consecuencia que este tiene en la disminución de la desigualdad. El ejemplo es Alemania, donde esta visión, en un continente que vive hoy una fuerte crisis económica y en donde el empleo está a la baja, lo posiciona de forma estable. De acuerdo con el reportaje “El modelo de educación alemán conquista el mundo” del Diario Financiero, “producir un auto Mercedes es una enorme tarea técnica (…) eso requiere personas con entrenamiento de alta calidad que pueda manejar la tecnología en la planta”.
Ambas visiones, que se encuentran a kilómetros de distancia, tienen una misma tendencia, la cual se conecta con lo propuesto en el libro publicado por la OCDE titulado Mejores competencias, mejores empleos, mejores vidas. Enfoque estratégico de políticas de competencias, en cuya introducción se explica que durante las últimas décadas se ha trasladado la demanda hacia actividades más cognitivas en desmedro de las manuales, por tanto la propuesta es “alentar a las personas a educarse” para mejorar la cantidad y calidad de sus competencias. “Los gobiernos y las empresas necesitan trabajar juntos para recopilar evidencias sobre la demanda de competencias, presentes y futuras, con las cuales elaborar programas de estudio actualizados y brindar información para los sistemas de educación y formación”, plantea.
Por último, creo que los siguientes temas deberían ser considerados en las pautas y planificaciones educacionales:
– Procesos y manufactura de productos, en especial de la minería, considerando la importancia del cobre y el potencial futuro que tiene el litio, considerando que será el “combustible del futuro”
– Desarrollo de TIC’s desde todos los niveles.
– Eficiencia energética, proyectos sustentables e implementación energías renovables.
– Normativas de calidad, medioambientales y de seguridad laboral.
En la medida que podamos avanzar en algunas pautas para potenciar carreras técnicas de calidad y adecuadas a las exigencias actuales, podremos caminar hacia el desarrollo teniendo en cuenta que por cada ingeniero que se gradúa debe haber tres técnicos de excelencia.
Comentarios
07 de junio
muy buena columna, en chile existe una vision chistosisima de la educacion tecnica, para mucha gente es educacion para pungas o para reos, asi la ven las personas, lo que dices del ejemplo del mercedes es muy atinado, lo mismo podria decirse de los relojes suizos por ejemplo y muchas cosas, como los muebles, pero no creo que vaya a prender mucho esta idea, la mayoria del pais esta pendiente de la educacion u-ni-ver-si-ta-ria, capici?, de la educacion de la gente bien que trabaja con la mente, de la gente que trabaja con corbata, no de los picantes que se meten a soldar vehiculos… bueno, pero de verdad felicito tu columna, saludos
+1
07 de junio
Estimado Gio,
Gracias por su comentario. Una de las materias que ha quedado pendiente en el debate de la educación, es la educación técnica profesional; y lamentablemente dejar de lado este tema lo pone en desventaja para una futuro aporte del estado. Por eso es importante debatir, proponer el tema, discutirlo ya que puede ser un importante motor para el desarrollo y la equidad. La idea es poder anticipar los temas que serán prioridad el día de mañana, y anticipar estos contenidos para su comprensión, aprendizaje y práctica.
Saludos