¿De qué nos hablamos cuando estamos solos? ¿Cuáles son las palabras que se cruzan por nuestras cabezas cuando no hay nadie que nos hable? ¿Qué palabras escuchamos? ¿Cuántas de ellas configuran lo que entendemos como realidad, como sueño, como deseo, como anhelo?
Solo palabras no son “solo palabras”, eso lo sé. Cuando niña fui al dentista, fui muchas veces al dentista, y cuando tenía 15 años el dentista me dijo: “tu mandíbula es deforme, te tienes que operar o no tendrás pololo”. Yo ya estaba con el Nelson, por lo tanto no me importó, bueno, no me importó tanto, porque al menos una parte de la aseveración era falsa. Nunca me operé, al menos de la mandíbula no lo haré.
Hasta los 21 años pensé que una era lo que le decían que era. De porrazo aprendí que una es una y eso es solo gracias a lo que piense. El pensamiento es palabra y con esas palabras que una se repite es capaz de hacer trazos que generen la arquitectura del ser. Con más palabras es a la vez la albañil que poco a poco va dando forma y cuerpo al constructo.
Esas palabras que nos repetimos a nosotros mismos son las que nos tallan y configuran desde dentro hacia afuera, las que nos hacen diferentes, las que nos transforman. Como las palabras que nos repetimos no son solo un mantra, podemos cambiar en el tiempo, ser distintos, ser mejores y también ser mucho peores.
Muchas de las palabras que están fuera de nosotros las llevamos hacia dentro y las ubicamos en ciertos ámbitos, posiciones, espacios, dimensiones.
Del mismo modo, las palabras que de nuestra boca o de nuestra escritura salen, también cambian el mundo que nos rodea. El poder no es otra cosa que lograr meter en la cabeza de los otros la idea de que hay alguien que es superior y a quien se le debe obedecer: El poder son palabras metidas en las cabezas de las personas, que condicionan su actuar.
Josué, mi compañero haitiano del Magíster de Ciencia Políticas, me contaba que en Haití una señora le contó una vez que le daba miedo pasar por fuera de la casa de gobierno de Duvalier, porque pensaba que le podían leer el pensamiento y descubrir que era de oposición.
“El poder depende del control de la comunicación, al igual que el contrapoder depende de romper dicho control”, dice Castells. Para él la forma esencial del poder está en “la capacidad de modelar la mente”.
Por eso es que la palabra cala, por eso existe en educación lo que se llama el curriculum oculto, que no son otra cosa que las palabras que llegan a nuestra mente aunque no estén en el programa. El curriculum explícito, por el contrario es la voz que el Estado valida, para que ciertas palabras y de cierta forma y modo, lleguen a las mentes de los niños y niñas.
Por eso es que no da lo mismo dictadura o régimen militar como sinónimos, como si lo mismo fuera, porque el lenguaje crea el mundo que habitamos al nombrar y denominar. La cultura no es otra cosa que una red de redes de conversaciones como dice Maturana.
Dictadura no es igual a régimen militar, porque la palabra cala, se mete adentro, se aloja, se queda, se incrusta como un ladrillo y no puede sonar blanco algo que fue oscuro. Solo las calas son blancas, como las del cuadro de la Ivalú, no las dictaduras.
Comentarios
08 de enero
Ejercer el poder depende del control de los medios que permiten controlar lo que se quiere controlar, y eso sólo a veces se da usando las comunicaciones y argumentos razonables, pero, necesariamente en otras circunstancias se da aplicando la fuerza sobre lo que se quiere controlar, ejerciendo el control sobre los instrumentos debidos o bien el mandato sobre los ejércitos comandados, ya que en algunos casos es necesario doblegar a los oponentes y en otros incluso es necesario aplastarlos, destruirlos o raerlos desde la faz de la tierra, tal como lo hacía por ejemplo Dios, según cuenta la Biblia… Así imagino que lo ha hecho cualquier general que se ha encontrado en una situación de orden militar… Civilmente hablando, la situación es sólo un poco distinta, porque los enemigos no son raídos de la faz de la tierra, pero, su credibilidad o aceptación ante el mismo público es deteriorada usando los argumentos o elementos que sea necesarios, de forma que el resultado final es la aniquilación real o relativa de la competencia, tal como sucede en la economía e incluso en política…
En realidad no importa cómo se le llame en los textos escolares a la dictadura o al régimen militar, ya que siempre los consumidores a crédito y los votantes escucharán más de una versión al respecto, tal como de los carabineros de Chile se escuchan sobre nombres, ya que usualmente se les llama «pacos» en vez de Carabineros de la República de Chile…
Lo que sí importa de todo esto, es que siempre quien está al mando del gobierno inventa cosas para distraer la opinión de la gente o hacer hincapié en algunos temas para que la gente se olvide de otros y así, la mayoría del vulgo intelectual «agarra papa» y se olvida de lo que es realmente importante y desperdicia su tiempo para hablar de sures que no son el norte de la lucha intelectual del pueblo…
Erika, Erika, Erika…
http://www.camaraciudadana.cl
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09 de enero
En realidad si importa lo que se nombre en los textos y también como se nombre, de no ser así no existirían no los diseñadores instruccionales, ni los curriculistas, ni los editores. Como siempre, un gusto no estar de acuerdo mi fiel posteador anónimo.
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09 de enero
En un sentido práctico, no tiene ninguna importancia, ya que si comparamos el hecho con otra cosa similar, a los gobiernos de la ex Concertación ¿cómo les llamaríamos?…
¿Democracia, retorno a la democracia, régimen democrático o dictadura democrática?…
Ellos nos venden la pomada de que vivimos en democracia, pero, eso es lo que dicen ellos, lo que comunica la prensa, lo que cacarean los historiadores, «lo que editan los editores, lo que escriben los curriculistas y una supuesta base sobre la que trabajan los diseñadores instruccionales»…
En definitiva, para la gente no tiene importancia cómo se le llame, ya que no importa como se disfrase el régimen, porque aunque se vista de seda, dictadura se queda…
A quienes si les importa, es a quienes pueden hacer de esto una polémica con la idea de ganar algún voto en la siguiente elección, pero, ellos hacen eso desde comiendo mote con huesillos hasta vistiendo una manta, un cintillo y tocando el cultrún, para luego morder la cola aplicando la ley anti terrorista…
Despierta Erika, alguien te ha estado usando intelectualmente para expandir el virus de las discusiones insignificantes…
🙂
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10 de enero
Nuevamente: un gusto no estar de acuerdo y que mis columnas sean su vitrinas……
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