Andrés Palma no le interesa valorar que el Colegio de Profesores acaba de realizar una de las mayores expresiones de fuerza de una organización gremial en los últimos años, movilizando a más de 65 mil profesores en una sola acción.
Hace un par de días Andrés Palma, secretario ejecutivo de la reforma educacional, al ser consultado por el rechazo de los profesores a la respuesta del ministerio, señaló: “Con esto nosotros nos quedamos sin interlocutor. ¿Con quién voy a negociar ahora si el que estaba al frente no tiene piso?”.
La lógica de Palma es simple: el presidente de un gremio no puede opinar distinto a sus bases. Hay varias explicaciones que relativizan aquello, pero no es intención de este breve artículo. El objetivo es entender por qué él decide focalizarse en ese hecho y no hablar de la cantidad de profesores que votaron.
Andrés Palma no le interesa valorar que el Colegio de Profesores acaba de realizar una de las mayores expresiones de fuerza de una organización gremial en los últimos años, movilizando a más de 65 mil profesores en una sola acción. Palma pudo haber saludado el hecho de que en un contexto de permanente ataque a la organización de los trabajadores, hoy un gremio demuestra su vigencia y fuerza. Sin embargo, prefirió hablar de la pérdida de piso.
Palma no menciona esta situación porque su apuesta es debilitar la representación del Colegio, por ello decide instalar una “cuña” en el movimiento docente. En el subtexto les dice a los profesores y profesoras “sus dirigentes no los representan”.
Lamentablemente, no faltarán quienes bajo distintos argumentos concordarán con la intención de Palma.
Sin embargo, si el discurso de Palma es aislado y el Colegio resuelve sus diferencias al interior de su institucionalidad; los profesores seremos capaces de empujar las trasformaciones en la dirección que decidamos colectivamente. Difícilmente los defensores del status quo podrán oponerse a una fuerza organizada de miles de profesores.
En este sentido la tarea de las fuerzas políticas del Magisterio es defender la unidad. Palma y sus socios quieren un Colegio sin dirección, sin unidad, sumergido en un asambleismo disperso, que permita negociar con organizaciones debilitadas e incapaces de cuidar y velar por sus intereses de manera colectiva.
—–
Foto: Cooperativa.cl
Comentarios
31 de agosto
Los profesores y profesoras del país están unidos y así lo demostraron en la consulta realizada recientemente, y fue rechazada por las bases que la conforman, era lógico que se hiciera, no debe el directorio decidir por todo un gremio y pienso que el directorio representa a los docentes, fueron elegidos por votación y tengo entendido que en las asambleas realizadas en santiago se acordó una agenda a largo plazo y otra de corto plazo, además, los profesores de Chile no han tenido participación en esta reforma así como los estudiantes.
0
03 de septiembre
Al revés Sr. Palma, ahora el Directorio Nacional tiene un mayor respaldo para golpear la mesa. Fuimos muchos los que rechazamos la oferta y esos muchos exigimos a nuestro directorio alinearse en torno a esta realidad. Significa además que hay 65 mil profesores interesados e informados y eso constituye una fuerza poderosa y valida al Directorio y/o Comisión Negociadora, como interlocutor.
0