Debo reconocer que lo primero que se me vino a la mente con la postura y medidas adoptadas por el coronel Labbé fue impotencia ante la agresión de alguien que está acostumbrado a la violencia desde la institución a la ciudadanía. Pero con el decantar que sólo el tiempo puede dar (desde una óptica romántica) no puedo sino agradecerle al defensor consistente de la dictadura, su salida de madre. Me explico:
1. El coronel Labbé, obviamente sin quererlo, se muestra como el ejemplo contrario de lo que debe ser la lucha de las comunidades educativas. Desde el domicilio de la pedagogía crítica constato que lo que sostiene el coronel es justamente a lo que hay que resistirse. El autoritarismo no cabe en las escuelas y liceos “públicos” que deben tender más hacia la democracia, la horizontalidad, la inclusión y no al verticalismo visceral de un caudillo, patrón de fundo enclaustrado en un nicho que ha ganado por el conservadurismo de un electorado anquilosado apoyado por el antidemocrático, también, sistema binominal.
2. También desde la pedagogía crítica, constato que el coronel Labbé nos enrostra que la educación debe ser trasformativa y no reproductiva. El caudillo de Providencia (en rigor de Lo Barnechea, lugar en que reside) al querer generar “un suburbio educativo en la comuna sólo para los estudiantes de la comuna”, apoya la reproducción social que debe ser el enemigo a vencer por la escuela, quizás el “único bastión de transformación social institucional que queda”. En ese sentido, Labbé nos llama a protestar, en buena hora, para reclamar el liceo público como lo que debe ser un bastión inclusivo para los miembros de una sociedad toda.
3. El defensor a ultranza del ex dictador Pinochet también nos ayuda (desde el ejemplo negativo) a reflexionar en torno a si los liceos de excelencia son realmente transformativos y no reproductores por su carácter selectivo. Finalmente el tener colegios en los cuales la selección (trayendo estudiantes de distintas comunas) es tan rigurosa, no evidencia, en principio, calidad en la educación, sino más bien un facilismo educativo que es trabajar con estudiantes talentosos en un área del conocimiento intelectual (que en rigor representa a un 10% de la población) y que no tiende puentes a mejorar en calidad e inclusión a una gama de estudiantes con distintas habilidades y talentos en otras áreas.
4. El coronel Labbé además justifica plenamente lo que debe ser una desmunicipalización urgente. No pueden ser sostenedores tipos (o tipas) que actúan desde lógicas represoras y no técnicas educativas y pedagógicas. Un personaje que no entiende un ápice los fines sociales de la educación no puede ser sostenedor de TANTOS COLEGIOS. Inmediatamente debe ser inhabilitado. Incluso hay un desconocimiento legal. El defensor de la peor época de atropellos de los DDHH en Chile, desconoce el espíritu (y el tenor literal) de la legislación vigente. De muestra un botón, la LGE no permite la no renovación de matrícula a los estudiantes repitentes en colegios subvencionados (art. 11)¿No se debería hacer carne ese principio a los establecimientos educacionales?. Las comunidades educativas deben hacerse cargo de dichos estudiantes y apoyarlos a lo menos un año más. El coronel que apoyó la dictadura de 17 años, va en la dirección contraria.
En fin, faltando aquí una serie de argumentos más (son tantas las implicancias de la agresión alcaldicia) no me queda sino a gradecer al señor coronel Cristián Labbé darme la oportunidad de reflexionar nuevamente sobre los fines de la educación, ponerlo en evidencia y hacer que la ciudadanía se dé cuenta que el camino suyo es el que la gran mayoría de los chilenos no queremos recorrer. Gracias a él podemos volver a levantar discurso sobre cuestiones esenciales de la Educación y sus propósitos y quizás mas temprano que tarde, mejoremos estructuralmente desde los principios, nuestra tan esmirriada educación chilena.
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Foto: Josefina Gaete
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