Hace unos días conocimos los resultados del Simce de Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los que no son alentadores: casi la mitad de los estudiantes de segundo medio sólo tienen un dominio básico de estas herramientas.
¿Es una contradicción impensada? ¿Es lógico que aquellos que son los llamados a dominar lo digital tengan estos bajos logros? Sí, todos los que pertenecen a la denominada Generación Z –los nacidos a fines de los 80, según Prenzky (2001), también nativos digitales-, crecieron en un entorno masificado por la tecnología y son justamente los que no alcanzan resultados de excelencia al ser evaluados en su “ecosistema natural”.No sacamos nada con «vernos» digitales, si por dentro seguimos siendo análogos.
Analicemos a esta generación –cómo se comportan, cuáles son las características de estos nativos en su entorno– y veamos si podemos encontrar algunas posibles razones a esta aparente contradicción. Sabemos que están siempre conectados, se comunican a través de redes sociales, comparten y generan habitualmente contenidos (no educativos, por cierto) para sus pares; tienen un valor estético alto y exigente y que valoran más la forma que el contenido. Por una parte, se dice que son más individualistas, pero por otra, al estar conectados necesitan de las redes sociales. Son activos en organizaciones sociales, en temas ciudadanos y están mucho más informados que las generaciones anteriores. Tienen más oportunidades y, por lo tanto, son más exigentes. Si hay algo que no les gusta, se desvinculan en forma rápida, lo que para el mundo de los adultos podría tomarse como falta de compromiso. Pero esta interpretación se hace desde nuestra lógica análoga, que no es el paradigma que ellos viven y sienten.
¿Cómo tienen que ser los profesores para llegar a esos alumnos?
Los adultos, padres y profesores vivimos un aula más estática en nuestra época escolar, con cánones más rígidos: el profesor entregaba la información y el alumno la recibía y almacenaba. Hoy, el estudiante “Z” no entiende ese modelo y busca un nivel de relación que intenta replicar la experiencia digital que vive fuera del colegio. Esa es la discordancia.
Podríamos pensar que al preparar aulas digitales para ellos, esto es, incorporando dispositivos móviles –tablets, smartphones–, ancho de banda ilimitado, entre otros, el problema estaría resuelto, pero no es así; la mera adición de gadgets sin valor didáctico no lo soluciona.
Para implementar un plan tecnológico en el aula es necesario elegir de acuerdo al proyecto pedagógico del colegio y aplicarlo gradualmente. Además, se debe contar con la motivación de varios actores: directivos, docentes y familias. No necesitamos instalar equipamiento per se; se requiere cambiar la didáctica, reconocer el contexto de esos jóvenes, generar un plan que implique capacitar y acompañar todo el año al cuerpo docente e involucrar a apoderados y familias.
En este nuevo escenario, el profesor tiene un nuevo rol como guía. Su misión hoy es enseñar a pensar y a ser crítico respecto de, por ejemplo, la información que le entrega instantáneamente la web. Algo que Google no logrará jamás sin la mediación docente.
Con todo, la manera de enfrentar con contenido la instalación de cualquier plan para integrar tecnología al aula pasa por considerar algunas claves que surgen de la investigación. Acá les dejo dos muy útiles:
- El contenido más que el contenedor. Qué quiero enseñar es lo que determina el equipo (hardware) que necesito, y no al revés. Muchas veces se piensa en sumar tabletas al aula, pero no se ha definido qué contenido quiere trabajarse. Se olvida que su capacidad de almacenamiento es baja y que hay pluggins que no están aún disponibles para poder ver y usar ciertos contenidos.
- Acompañamiento. Cualquier instalación tecnológica requiere una formación previa del profesorado y apoyo permanente, clave del éxito para asegurar el uso didáctico de los dispositivos y recursos digitales, más aun cuando la formación inicial docente, a mi entender, todavía no considera la variable digital con la intensidad y frecuencia requeridas.
La integración de las tecnologías al aula es una decisión importante y cobra más valor cuando la reflexión se hace desde el proceso enseñanza-aprendizaje y no como una herramienta de marketing para vernos “digitales”, cuando por dentro seguimos siendo “análogos”.
Comentarios
15 de diciembre
Me parece muy bien que se le dé una importancia renovada al rol del profesor, después de todo, ellos si que hacen la pega y muchas veces también la de los padres de los alumnos.
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17 de diciembre
La mayoría de los padres de la generación Z, no saben dar un uso al hardware como herramienta de trabajo. Usan smartphone, tablets, notebooks porque son entretenidos y pueden ver información, música y películas con cierta facilidad. Pero a la hora de pedir que escriban un texto, creen tablas o fórmulas, es como aprender a escribir y leer. Y esa generación – y las anteriores- es la que hace clases. Para mí debiera existir una asignatura de ofimática desde 7mo básico, y partir con el sistema operativo (windows o linux), y en cada año agregar pawerpoint, word, excel, flash, para terminal con programaciones básicas y visualbasic, que en realidad no son difíciles de aprender. Y complemantar este conocimiento con otras asignaturas. Y si los colegios pueden agregar programas para capacitar a los padres, sería mucho más provechoso el aprendizaje.
Hay que buscar la forma de que los alumnos no vean las aplicaciones y hardware solo como un juego, sino que como una herramienta, similar a los libros o cuadernos.
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22 de diciembre
Debes ser una experta en lo que mencionas y esperas que todos piensen asi? Te has dado cuenta que se ha perdido el contacto humano, la comunicacion en haras de una tecnologia que incentiva el individualismo a su maxima expresion? Aca en USA los niños tecnologicos como los hasta cierto punto alabas, son un tremendo fracaso a la hora de trabajar…son incapaces de participar, interactuar con sus pares en empresas y donde que expresarse verbalmente delante de un grupo. Y trabajos solitarios son generalmente ocupados por los que realmente son genios y no regulares adictos al teclado. Considero que es una pobre vision,
18 de diciembre
Hola Rodolfo, muy interesante tu mirada. La tecnología por si misma no resuelve el tema del aprendizaje, aunque puede ser una aliada importante para impulsar estos procesos. Digo procesos, para significar que la figura pretérita del profesor como único «proveedor» de conocimiento está siendo sobrepasada por la hiper abundancia de información que caracteriza nuestra era. ¿Qué se requiere? formar en el uso de estas tecnologías, lo que conlleva el manejo de competencias digitales y otras de tipo sicopedagógicas puesto que enseñar-aprender en la Red comporta un tipo de relación que la tecnología no resuelve. Por mucho que ésta maraville, el factor humano sigue siendo el principal. Saludos, CCerpa
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21 de diciembre
Me aterra que la Z es la ultima letra del abecedario. Sera el final pronosticado por sabios de dudosa reputacion, fanaticos religiosos, chamanes, cartomanticos, brujos y viejas que leen las lineas de las manos?
La llamada generacion Z crecio como la zarzamora, a la loca y metiendose por todos lados, cual especie molesta, invasiva y de un fruto del que se nutren pajaritos y niños pobre. Ha sido empleada por dueños de fundos para separar sus tierras de «los otros» para que no se les invasa la privacidad y detener el robo de animales.
Chile adolece de todos los males habidos y por habert: envidias, machismo, pobreza invisible, egoismo disfrazado de coronas de caridad, estudiantes trabajando en verano para flojos y dejados, politicos monarquicos, depredadores de sus votantes, vendidos al mejor postor. Carecemos de orden y creemos que la libertad es hacer lo que se nos de la gana. carecemos de vision y ademas somos cobardes de perder loa pocas dadivas que se nos ofrecen creyendo que las hemos ganado. erso hemos sido desde la primera generacion hasta llegar a la Z. Ya se acabo la sopa de letras…solo veo un negro futuro.
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