El discurso del 21 de mayo del 2011 nos mostró a un Presidente que daba cuenta y prometía cosas a una tribuna que aplaudía con gran entusiasmo. La escena daba para pensar si era razonable sentirnos tan contentos y ganadores como país y, particularmente, en materia educativa.
El triunfo en educación, que amerita la ovación del público, es que TODOS los niños y jóvenes de nuestro país, sin importar su nivel socioeconómico, aprendan a leer y a sumar, pero también a conocerse a sí mismos, a interactuar con otros respetando la diversidad, a ser solidarios, reflexivos y creativos. Lamentablemente, estamos lejos de esto.
Las medidas expuestas en mayo pasado se parecen un poco al salto de Prat: un intento desesperado y poco planificado hacia la nada. La mayoría de los anuncios son extremadamente ambiciosos y vacíos de acciones que den cuenta de cómo se lograrán. Hay poca articulación entre las medidas y falta de foco de qué aprendizajes se están priorizando.
¡Al abordaje, muchachos! Hacia un norte incierto y con un final poco feliz: miles de jóvenes y adultos marchando en las calles pidiendo educación de calidad, resultados educativos que dejan mucho que desear en lenguaje, matemática, inglés, educación física y tecnología; universidades ofreciendo formación docente de mentira; la educación pública en la UTI; el segundo país más segregado del mundo. No da para aplaudir tanto en el Congreso.
En materia educativa, Chile necesita a Condell, no a Prat. Sería bueno que aprendiéramos de su estrategia, planificación y foco. Condell utilizó su conocimiento del territorio, entendió el problema de fuerzas y creyó que lo imposible era posible. Eso necesita y quiere escuchar Chile este 21 de mayo. Queremos ver un proyecto país que haga visibles los principios de la educación y articule sus políticas con ese foco, proponiéndose metas claras y estableciendo mecanismos de evaluación de impacto que vayan indicando nuestro nivel de avance. Queremos estrategia, no saltos precipitados.
El foco debe ser el aprendizaje. Se requiere planificar programas serios y a largo plazo para abordar aquellos aprendizajes que aparecen como los más deficientes en nuestras evaluaciones y que siga ampliando las evaluaciones de otras áreas.
La estrategia para lograr los aprendizajes requiere considerar: formación docente y directiva, fortalecimiento de la familia como apoyo, revitalización de la educación pública y apoyo a educación preescolar y técnico profesional.
En formación docente y directiva se requieren procesos de acreditación rigurosos para las instituciones formadoras, evaluación del impacto de los programas de formación continua que reciben los profesores e impulsar programas de transferencia de buenas prácticas pedagógicas e institucionales a nivel comunal. Por otra parte, se necesitan medidas de evaluación de los concursos públicos a directivos y mayores recursos para acelerar los procesos de selección.
Con respecto al fortalecimiento del rol de la familia, una estrategia crucial es potenciar las altas expectativas que tienen los padres respecto de las capacidades de sus hijos, uno de los mejores predictores de éxito escolar.
La Educación Pública del país se encuentra sumamente debilitada. Urge un plan de apoyo a las comunas más afectadas por deudas financieras y caída en su matrícula, así como regular el sector particular subvencionado, controlando la apertura de nuevos establecimientos y transparentando el uso de los recursos públicos.
Por último, es necesario reforzar con especial atención a los más pequeños del sistema con medidas que vayan en pos de la calidad y no sólo del aumento de cobertura. Además, es urgente tomar medidas concretas sobre la educación Técnico Profesional con estudios serios sobre empleabilidad de las distintas especialidades impartidas.
Este año, esperamos escuchar menos aplausos y ver más preocupación en las caras de quienes asistirán este lunes al Congreso. Necesitamos conocer el impacto de las medidas implementadas y ver en el discurso una estrategia sistémica y articulada para que TODOS los niños y jóvenes de nuestro país, sin importar su nivel socioeconómico, aprendan.
* Entrada escrita por Mirentxu Anaya, Directora de Políticas Educativas de Educación 2020
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Foto: Wikimedia Commons
Comentarios
18 de mayo
»En materia educativa, Chile necesita a Condell, no a Prat». Buena alegoría! Como decir: trabajemos también por alcanzar el Everest en educación!
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18 de mayo
La intención del artículo es notable, pero creo que en materia educativa Chile necesita a ambos, Condell para replantear el sistema educativo exitosamente y Prat para inspirar a los docentes en entrega al máximo. Pues Prat representa el ejemplo y la lucha de frente ante la adversidad ¿Acaso no falta ese sentido del deber, esa opción por el servicio y ese cumplimiento al máximo por un bien común?, pues no seamos irresponsables con la Historia que aquello que llevó a la victoria en la guerra del pacífico fue el ejemplo heroico de Prat antes que el triunfo de Condell (Esto no es quitarle mérito) que si bien fue de una importancia gigante, no fue lo que finalmente inspiró a los chilenos a participar activamente en la contienda como si lo fue el sacrificio masivo de la tripulación de la Esmeralda, y justamente ese espíritu de sacrificio (que la Historia demostró no fue para nada inútil, sino pregunten en Perú cuanto les duele que Lima haya estado ocupada 4 años) es del que tienen que impregnarse quienes entreguen la educación. La victoria táctica (no estratégica) de Condell es necesaria para sortear las dificultades y replantear el sistema educativo, pero en la labor docente se necesitan buenos profesores dispuestos a fallecer en en el entendimiento del deber con tal de cumplir en su objetivo de contribuir a engrandecer la formación de los estudiantes, pues la diferencia entre un buen profesor, uno mediocre y uno malo es lo que finalmente hace la diferencia.
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19 de mayo
¿Y cuándo vamos a poner el foco en los alumnos? Ellos son trascendentales en el proceso educativo. Podemos tener, en un escenario hipotético, a los mejores profesores del mundo haciendo clases, pero, ¿qué sucede con la motivación del niño o joven? ¿Qué espacio real le ofrece el mercado laboral una vez que esté preparado? Porque recordemos que nuestro sistema laboral no siempre es condescendiente con los más esforzados. Hay dos cuestiones que me preocupan en demasía y son vagamente contempladas: rol activo del estudiante en el aprendizaje e inserción laboral de calidad. Como leía en una columna, publicada en este medio, de Iván Salinas: «Echémosle la culpa a los profesores, son los responsables de todo». Por último, entre Condell y Prat, prefiero la analogía de Gabriela Mistral: «Menos cóndor y más huemul».
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