Educación, percepción y cannabis.

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La cannabis está dando la fuerza, decimos cannabis para simbolizar conciencia, que se nutre por la acción curativa de la planta. Una ola de conciencia que nos lava, que nos limpia, en algún grado más del prejuicio, y más realidad y más verdad.

Si aceptamos que el efecto de la cannabis consiste en enriquecer el contacto con el momento, expandir nuestra conciencia y recibir en un cauce más receptivo la vida que fluye a través de nosotros y de todo; si aceptamos que de eso se trata, de modificar la percepción y saltar a una más inclusiva, que produce alivio, que recrea, que cura, en función de esta cualidad de la experiencia que se constata, comprendemos que la espiritualidad, la realidad más sutil de la existencia, ha sido incluida en la conciencia.

Resulta tan trascendente la funcionalidad de esta influencia cuando favorece un ajuste evolutivo, un salto hacia una integración más esencial, por significar la entrada a otra dimensión.

En educación, reconforta sentir la respuesta de quienes están dispuestos a proteger la oportunidad, se trata precisamente de recrear la comprensión, el principio. Los niños y jóvenes más expandidos naturalmente, requieren matrices culturales que acojan la esencia de la vida, propuestas formativas que no desconozcan lo esencial, el espacio donde la unidad es realizable, intenciones curativas que procuren el despertar espiritual, como estrategia para promover salud.

La demanda de educación gratuita para todos, de espacios donde se encuentren los distintos, los diferentes, para trascender y obedecer primero al plano donde somos unidos, es absolutamente necesario, si pretendemos algún grado de desarrollo cualitativo como nación, más esencial que solo los objetivos materiales, que enajenan cuando son -por ignorancia- empleados como fundamentales, tal cual como estamos todos un poco ahora.

Las personas que han experimentado con cannabis o son pro cannabis, poseen dentro de sus probabilidades la comprensión a la que nos referimos: la de expandir la percepción. Meta-competencias hablan los canadienses y la escuela de psicología de la Universidad de la Frontera, Psicólogos Ricardo Pérez Luco y Beatriz Vizcarra, Transpersonal para la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Dr. Hernán  Betanzo, y para el Instituto para la Expansión de la Conciencia, Psicólogo y Académico Alejandro Celis. Ciencia contemporánea aplicada a las ciencias sociales, refiere el físico investigador de la Universidad de Chile Roberto Donoso y para la doctora en física de la Universidad del Bio Bio, Ximena Torres, entre otros.

La propuesta educativa, debe impregnarse de este orden de respuestas. Existen iniciativas disgregadas aún en grado suficiente, lamentablemente, donde la contemplación, como se hacía mención en una de las candidaturas presidenciales, forma parte de la influencia educativa que se propone desde diversos estados de desarrollo. La meditación, actividad práctica que busca el ajuste perceptual, se intenta incorporar en distintas situaciones educativas, incluso la pública, a través de religión, donde se realiza un esfuerzo poco maduro, sin todo el contexto y la integración que parece necesaria. Es decir, en el contexto de un país que reconoce como fundamental para cautelar y cultivar la dignidad y alcanzar la felicidad, la influencia formativa se ha de recrear y el ser humano será acogido desde y hacia más conciencia de lo esencial.

Una intención profesional, en este contexto, viene integrando la práctica de expandir su conciencia con cannabis para potenciar el reconocimiento colectivo, de la presencia de planos de realidad espirituales, por el bien de todos, como propuesta desde la responsabilidad en salud integral que nos toca asumir.

El contexto país, para que el ajuste en la tarea formativa sea realizable, es fundamental, un país donde la percepción de los ciudadanos sea cultivada, organizada y sistemáticamente, como forma de generar condiciones sociales para la realización espiritual.

Lo espiritual perturba porque obliga. Sin embargo, debemos naturalizar ese contacto, a pesar de la renuncia que exige, el desapego a las realidades ilusorias que significa transitar inevitablemente por el sufrimiento, que igual enseña, selecciona y protege. Sin embargo, también se abre una certeza digna hacia la felicidad.

La cannabis está dando la fuerza, decimos cannabis para simbolizar conciencia, que se nutre por la acción curativa de la planta. Una ola de conciencia que nos lava, que nos limpia, en algún grado más del prejuicio, y más realidad y más verdad. No se trata de hacer fumar cannabis en los colegios, pero si de cultivar La conciencia de todos los miembros de las comunidades educativas. Y si algunos responsables aprenden a usar la medicina para curarse de la ignorancia esencial, podrán optar, como ya lo hacen en el contexto de una íntima clandestinidad algunos varios. Y ojalá organizarse para un mejor comprender de lo esencial y procurarse de todas y las más diversas herramientas útiles para trabajar la espiritualidad, que se encuentran disponibles.

Educar significa algo así como “ayudar a sacar fuera”.  Y en ese esfuerzo, tocar lo divino y natural es insoslayable e impostergable. Y este es el salto cualitativo que precisamente garantiza la dignidad humana , la libertad y la presencia de dinámicas sociales lúcidas y conducentes, con Dios, con una creación integrada de la cual formamos parte, donde la luz de lo personal, lo más esencial de cada uno, se espera y agradece.

En responsabilidades educativas necesitamos seres humanos evolucionados, abiertos, para crear condiciones para la realización esencial de los seres humanos. Sin embargo, lo trascendente es que toda la comunidad nacional continúe el proceso de transformación en desarrollo, ojalá cada vez más maduro y conciente. Las condiciones son menos desfavorables que antes, porque ahora estamos todos nosotros, mas despiertos y unidos que nunca.

Dr. Milton Flores. Médico Psiquiatra. Director Triagrama.

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Foto: Wikimedia Commons