Este 22 de noviembre celebramos el día del educador de párvulos, y por ello, quisiera felicitar y destacar la labor que realizan todos los educadores y técnicos en párvulos de nuestro país.
No se trata de un trabajo sencillo. En él se conjuga su vocación -reflejada en el trato amoroso, la creatividad, el desarrollo de actividades lúdicas y variadas-, con la necesidad de capacitarse de forma constante y crecer en lo profesional. Se conjuga la necesidad de generar un ambiente positivo, que le brinde a los niños la estabilidad que muchas veces necesitan para poder alcanzar el máximo de sus potencialidades, con la facultad de adaptarse a los tiempos y a los cambios, y modificar prácticas de acuerdo con las necesidades de los niños y también de ellos mismos como educadores. Se conjuga la capacidad de autocrítica con la capacidad de mejorar, aprender a considerar las necesidades de cada uno de esos niños, y hacerse cargo de ellas de forma eficiente y efectiva.
Queremos que los educadores disfruten de su profesión, que se sientan realizados y orgullosos de tener uno de los trabajos más relevantes, que benefician a quienes nosotros consideramos justamente las personas más importantes del mundo: nuestros niños.
Es un trabajo que requiere planificar todo momento, tener claridad de lo que se quiere lograr con cada experiencia en el aula, identificar los procesos individuales de los niños, sin dejar de lado los procesos que viven como grupo, y generar nuevas estrategias, nuevas formas de enseñar que permitan a todos los niños aprender y desarrollarse de forma integral.
Como mencioné anteriormente, el trabajo del educador de párvulos no es fácil. Es muchas veces agotador, a ratos caótico, algunas veces poco visible para el resto. En ocasiones es sobre exigido, mal remunerado y poco valorado. Pero la mayoría de las veces es enriquecedor, divertido, impredecible, desafiante. Es así, con esa actitud positiva, como queremos ver a nuestros educadores comenzar su día. Queremos que disfruten de su profesión, que se sientan realizados y orgullosos de tener uno de los trabajos más relevantes, que benefician a quienes nosotros consideramos justamente las personas más importantes del mundo: nuestros niños.
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