Para poder abordar el desarrollo profesional docente, en nuestro país, es imprescindible conceptualizar dos términos: enseñanza y aprendizaje, ya que constituyen la razón de ser de la escuela.
La enseñanza es la aplicación de los Planes y Programas. Esta labor la realizan los profesores. Ellos, principalmente, reproducen los contenidos, sin intervenir en ellos. Pues, están prescritos para ser replicados. Estos profesionales de la educación pueden ser considerados como operadores del curriculum.
El aprendizaje Es un proceso neurocognitivoy evolutivo que está relacionado, no sólo con lo que se le entrega en la escuela, sino también con lo que recibe del entorno en que se desenvuelve. Hoy más que nunca, se puede afirmar que los niños y niñas, preferentemente, no sólo aprenden en las escuelas, sino también en otros contextos de aprendizaje, esto es en internet, en la televisión, en las tablets, en la redes sociales, en los videos juegos, con los amigos o amigas, etc.
Escenario donde se debiera deplegar el desarrollo profesional docente
El desarrollo de la profesión docente se debiera desplegar en el siguiente escenario que a continuación se describe:
En una Escuela o Liceo que debe desarrollar su acción educativa en relación a su Proyecto Educativo y los programas de mejoramientos educativos que hubiere. Y principalmente su foco debiera ser el aprendizaje de los estudiantes, sus estilos (rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que verifican el cómo perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizajes) y sus ritmos, bajo el contexto de la inclusividad.
Por último, es importante apuntar que el desarrollo profesional docente se debe desplegar de manera manera integral y colaborativamente con el desarrollo de las habilidades directivas y el desarrollo de competencias de los asistentes de le educación.
Desarrollo profesional docente, una condición necesaria para la educación pública
El fortalecimiento de la educación pública pasa, necesariamente, por cambios estructurales que va desde el cambio en la gestión, Servicio Nacional de la Educación Pública hasta el establecimiento de un Sistema Nacional del Desarrollo Profesional Docente, correlacionado con el desarrollo de las habilidades directivas y el desarrollo de competencias de los asistentes de la educación.
Es importante apuntar que el desarrollo profesional docente se debe desplegar de manera manera integral y colaborativamente con el desarrollo de las habilidades directivas y el desarrollo de competencias de los asistentes de le educación.
Por tanto, el desempeño docente debiera ser competente, como condición básica e ineludible, en razón al sentido de la escuela y el liceo: Los niños y los jóvenes aprenden para la vida y para vivir en sociedad.
El foco debiera estar en el aprendizaje. Una de las características de los tiempos que vivimos es que la educación informal ha tenido en la última década un rol relevante haciendo que la escuela sea un ambiente de aprendizaje más. Por tanto, el desarrollo profesional docente, en la educación formal, debiera poner su énfasis, en lo pedagógico, específicamente en lo didáctico, más que en lo disciplinario. De tal modo, que su nuevo rol de facilitador y/o entrenador, permita que los aprendices asuman un rol protagónico en la construcción de sus conocimientos.
Es clave que la formación inicial de cuenta del desarrollo que han tenido las ciencias del aprendizaje o en otras palabras, las neurociencias. De tal modo, que los profesores que van a ejercer en la educación Parvularia, Básica y Secundaria reconozcan y sepan los distintos estilos de aprendizajes,( cada persona utiliza su propio método o estrategia la hora de aprender) así como los ritmos y los factores que faciliten la memoria de largo alcance.
Dos competencias que debiera desarrollarse en la formación inicial son la negociación y la empatía. La primera es clave, tanto en el aula como en convivencia escolar. Pues, muchas veces será fundamental para concordar con los alumnos qué contenidos abordar o qué actividad a desarrollar. La segunda es clave para entender y comprender el comportamiento de los distintos actores que se desempeñan en la comunidad educativa y lograr una relación personal armoniosa y colaborativa
En las escuelas y liceos se debiera desarrollar una línea de apoyo al docente principiante, tanto a través de “mentorías”; red de maestros y también, a través de la observación en clases de sus pares, estableciendo esta última, como una práctica pedagógica cotidiana.
Así como el cerebro aprende en un contexto determinado. La escuela y su entorno es fundamental a considerar en el desarrollo de la profesión docente. No puede ser concebida una evaluación docente enfocada en el profesor, aislado, sin tomar en cuenta el Proyecto Educativo de la Escuela y los probables programas de mejoramientos educativos que pudieren estar aplicándose, como la interacción colaborativa de los pares, directivos, técnico pedagógicas y asistentes de la educación.
Otro foco necesario de considerar en el desarrollo de la profesión docente es cómo se interviene o se promueve una convivencia escolar favorable al aprendizaje y al mejoramiento de las relaciones humanas.
Los profesionales de la educación debieran incidir, interviniendo en el curriculum de la escuela y de la región. Para esto se deben minimizar las estandarizaciones de carácter nacional, permitiendo más espacio pedagógico a los docentes y a las autoevaluaciones de la escuela.
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