La querella por estafa es una obra de los propios alumnos, que supieron defenderse a tiempo de las barbaridades, que en su momento no eran percibidas; eran incluso negadas. Hoy la sede Maipú no tiene Internet, no tiene línea telefónica, los alumnos que quedan tienen clases en una escuela en la que son trasladados en furgón, ya no hay biblioteca, ni casino.
El desenlace final que sufrirán los alumnos de la Universidad del Mar es incierto. Como muestran los hechos, lo más probable es que la Universidad deba ser cerrada por la contundente evidencia de irregularidades detectadas por el Ministerio de Educación. Pero las graves irregularidades denunciadas en este medio y que han formado parte de al menos dos querellas presentadas por alumn@s de la sede Maipú, tendrán otro desenlace para quienes resulten responsables. Sabemos que pronto habrán formalizaciones a los falsos Médicos que trabajaron como docentes y con cargos de responsabilidad, y probablemente, también a quienes resulten responsables de la mayor estafa en educación superior que ha ocurrido en nuestro país.
El Estado no ha mostrado reales intenciones de apoyar a los alumnos con las reubicaciones, y no se ha comunicado con ellos, ni lo hará. La demanda al Sernac parece ser algo mas comunicacional que real…ni los alumnos tienen claro quiénes de ellos participaron en esa demanda. Es irrisorio que el Sernac tenga que tomar cartas en el asunto, y no el propio Ministerio o Ministro, quien en forma reiterada menciona que esta fuera de sus atribuciones intervenir más allá de lo que ha hecho. Si esto no fuera así, nuestros parlamentarios estarían con todo el derecho de acusar a dicha autoridad de abandono de deberes.
La crítica es que aunque dicha autoridad tenga razón, está con un grave déficit de «habilidades blandas» en este caso, ya que los alumnos muchas veces han enviado cartas, solicitado reuniones, y no ha habido respuesta.
El número de alumnos querellantes asciende a 350, y probablemente aumente a 500 próximamente. El daño ante esta situación es económico, moral, educacional y en salud. Económico, por la gran deuda que dejan algunos, y el haber cancelado una carrera en una Universidad falsamente acreditada, con falsos profesores, sin instrumental, sin espacios. Moral, por haber sido víctimas del engaño, de la estafa. Educacional, porque muchos no terminaron sus carreras y no son admitidos en otras Universidades por el estigma y las dudas que genera la U. del Mar. En salud, porque muchos de ellos sufren hoy de «síndrome de estrés postraumático», producto del sufrimiento que han vivido por el engaño, por los malos tratos, por la humillación, incluso por los golpes físicos. Esto provoca síntomas como ansiedad, insomnio, desconcentración, irritabilidad, melancolía, fatiga, síntomas que pueden reaparecer cada vez que exista una exposición a un evento similar al gatillante.
Y esto ya les está ocurriendo. Muchos de ellos buscaron alternativas académicas en forma individual para continuar sus estudios. Los que lo lograron, tuvieron que nivelar sus estudios, algunos que estaban en cuarto de una carrera de la salud, tuvieron que bajar a primer año.
Algunos de ellos están sufriendo de este síndrome, lo que les dificulta rendir académicamente en forma adecuada. Otros han manifestado malos tratos en las nuevas universidades, lo que incrementa lo que ya están sufriendo.
Un alumno de cuarto de medicina de la U. del Mar no es aceptado en ninguna universidad. Él está dispuesto a volver a primero, con tal de poder seguir sus estudios. Promedia 690 puntos en la PSU. La universidad no tiene campos clínicos en la gran mayoría de los internados… la práctica consiste en que deben seguir a un médico en sus actividades diarias, ya sea su consulta particular, o en pabellón. Se siente solo, porque ha recurrido a todas las instancias, incluso parlamentarias, y no recibe ninguna solución.
Pronto la ley deberá tomar cartas en el asunto. Vendrán las formalizaciones, las cámaras, los parlamentarios, hasta el propio Ministro de educación aparecerá diciendo que está preocupado por los alumnos, que desgraciadamente no puede hacer mas.
La querella por estafa es una obra de los propios alumnos, que supieron defenderse a tiempo de las barbaridades, que en su momento no eran percibidas; eran incluso negadas. Hoy la sede Maipú no tiene Internet, no tiene línea telefónica, los alumnos que quedan tienen clases en una escuela en la que son trasladados en furgón, ya no hay biblioteca, ni casino. Prácticamente no queda nada, solo recuerdos de lo que parecía real, y del buen compañerismo que existía entre los alumnos, sobre todo del grupo que lideró «la toma» del recinto, que duró semanas, siendo expulsado a golpes por sus propios compañeros, que querían que continuara la universidad. Hoy, estos últimos, se fundieron con los querellantes.
Mi esposa, la mujer más maravillosa del mundo, fue alumna de la U. del Mar, y decidimos impulsar esta querella, que empezó muy tímidamente, con 34 alumnos. Esta acción entrega dignidad a los alumnos que son víctimas del lucro en educación, del sistema que está feliz en su status quo. Es una lección dolorosa que nos ha dado la vida, pero yo sé que después de la tormenta viene la calma, y que aunque ha sido difícil, la razón y la ley están de nuestra parte. Nos vinimos a Santiago por estudio, pero esto puede que sea el principal producto de nuestra estadía.
—–
Fuente de fotografía
Comentarios
19 de noviembre
http://observatoriodelaeducacion.wordpress.com/2012/11/13/nuevas-demandas-judiciales-contra-la-universidad-del-mar-en-punta-arenas/
0