Carrera Docente: El relato de un primer tiempo

Sin mayores incidentes ha transcurrido el primer tiempo. El Proyecto de Carrera Profesional Docente ha superado satisfactoriamente las incidencias de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputado. También lo ha hecho en la Comisión de Hacienda. Y ahora se espera el comienzo del segundo tiempo, cuando el proyecto pase al Senado. Al término del mismo, no debiera haber mayores cambios en el marcador. Las predicciones son positivas pero moderadas.

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En los próximos días (o semanas), el proyecto comenzará a ser tratado en el Senado. Es el segundo tiempo. Y como una forma de asegurar el resultado parcial se deben reanudar e intensificar los esfuerzos con el mundo político.

En esta última parte, se espera que los defensores del actual modelo de educación aquellos que obstaculizan los intentos del país por una educación moderna, más justa y solidaria; una educación sin discriminación y sin lucro, utilicen lo que resta del partido (la discusión en el Senado) para ensuciar el juego y buscar un resultado más de acuerdo a sus intereses políticos y económicos, en desmedro de los altos intereses del país y de todo el Magisterio Nacional.

El desarrollo de lo que va del partido no ha estado libre de incidencias ni de errores. Pero el resultado obtenido hasta este instante parcial todo lo que se quiera, es consecuencia de un sólido trabajo de equipo donde la conducción del Colegio de Profesores ha demostrado una capacidad política que le ha permitido sacar el partido (la presentación del proyecto) de marasmo en que dirigentes mal intencionados que, obedeciendo ambiciones personales y políticas ajenas a los intereses del Magisterio, intentaron (en vano) llevar al Colegio de Profesores a una encrucijada sin salida, donde no cabía dialogo alguno con las autoridades de gobierno y donde la institucionalidad y la unidad del profesorado estuvo al borde del quiebre. Sin embargo, esto no aconteció.

Al final, primó la madurez política, la cordura de aquellos dirigentes (y asambleístas) que tienen un “domicilio conocido”, que tienen una real vocación de servicio, que tienen la responsabilidad tanto política como gremial de liderar y conducir la lucha de los profesores por una educación pública, de calidad, gratuita, inclusiva, republicana, democrática y laica. Único objetivo posible en los instantes en que el país se moviliza por sacar adelante el Programa de Gobierno de la Presidenta, Michelle Bachelet.

Este sentido de responsabilidad permitió que la conducción restableciera lazos de comunicación con las autoridades de gobierno. Al mismo tiempo, se establecieran conversaciones formales y regulares con los partidos políticos y se abrieran los caminos para conversar y convencer a los parlamentarios, representados en la Nueva Mayoría, de que las propuestas del Colegio de Profesores sobre la Carrera Profesional Docente, eran las correctas.  La persistencia de esta gestión política, permitió rediseñar la propuesta inicial del gobierno por una nueva versión donde se contemplaban los ejes principales de la propuesta histórica del Magisterio Nacional. Y el resultado de todo este accionar político/gremial de la conducción fue que en el transcurso de este primer tiempo se aprobaran nueve (9) de las once (11) propuestas iniciales del Colegio de Profesores. Mas, este marcador aún no es definitivo.

En los próximos días (o semanas), el proyecto comenzará a ser tratado en el Senado. Es el segundo tiempo. Y como una forma de asegurar el resultado parcial se deben reanudar e intensificar los esfuerzos con el mundo político. Pero, especialmente, la conducción de la Orden debe asumir que, durante este primer tiempo, el equipo cometió errores y tuvo graves falencias defensivas y de ataque que no pueden volver a repetirse en este segundo tiempo.

Para asegurar el resultado y aumentar la ventaja, deben tomarse medidas tendientes a una mayor y mejor información. Deben hacerse los ajustes orgánicos que impidan que vuelvan a manifestarse acciones irresponsables de dirigentes gastados sin nada que ofrecer a los profesores,  y otros que abierta y descaradamente están utilizando la estructura gremial, manipulando (en complicidad con la derecha) los anhelos de cambio y reformas estructurales en la educación por los cuales el Magisterio está hoy luchando. El partido aún no ha terminado.