El sistema tributario tiene por objetivo principal recaudar los recursos necesarios para financiar la provisión de bienes y servicios públicos por parte del estado, distorsionando lo menos posible la asignación de los recursos.
Adicionalmente, los impuestos pueden cumplir dos objetivos. El primero es mejorar la eficiencia económica a través de impuestos a las externalidades negativas, como la contaminación y la congestión por ejemplo. Por ello es que el impuesto a los combustibles es un impuesto deseable, que debiera existir siempre, incluso aunque no se necesite recaudación tributaria, y eliminarlo sería un error. El segundo es redistribuir el ingreso a través de impuestos progresivos al ingreso, lo que requiere tasas de impuestos marginales más altas para quienes tienen ingresos mayores. Es aquí donde surge el dilema tributario principal.
Los impuestos pueden ser un instrumento muy potente para redistribuir y mejorar la distribución del ingreso. Sin embargo, tasas de impuestos muy altas pueden también tener efectos negativos importantes al desincentivar la inversión y el trabajo. Nos enfrentamos entonces ante una difícil decisión entre eficiencia y equidad. Este dilema es el que se cita recurrentemente cada vez que se plantea una posible alza de impuestos y se utilizan argumentos de eficiencia para oponerse. Lo paradójico, y esta es la otra parte de la historia no contada, es que las exenciones tributarias tienen efectos negativos de eficiencia aún mayores, pero nadie se opone a ellas sino que estamos frente a muchos grupos de interés que las fomentan y gobiernos y parlamentarios que felices las aprueban.
La evidencia empírica muestra sostenidamente que los efectos negativos de los impuestos en la inversión y en el empleo son de magnitud mucho menor que los efectos negativos y las distorsiones en la eficiencia económica que generan las exenciones tributarias y los regímenes tributarios especiales, los cuales además afectan negativamente la equidad y aumentan el costo de administrar el sistema tributario. Esto nos abre la puerta a una reforma tributaria que no se enfrenta al dilema entre eficiciencia y equidad, sino que permite avanzar en ambos sentidos simultáneamente.
El sistema tributario chileno está lleno de exenciones y tratamientos especiales que no tienen ningún sentido y son sólo el resultado de presiones. Hay por ejemplo exenciones tributarias por razones geográficas para las regiones extremas, las cuales se han ido extendiendo en el tiempo a partes de la II y X regiones; hay regímenes especiales para la supuesta pequeña minería, pequeña agricultura y pequeños transportistas, ninguno de los cuales tiene ingresos muy pequeños ni se encuentran precisamente en la parte de más abajo de la distribución del ingreso; hay exenciones tributarias para las constructoras.
Eliminar todas estas exenciones y regímenes especiales es una reforma tributaria que mejoraría fuertemente la eficiencia económica y además restablecería la equidad tributaria horizontal. Por supuesto que se recaudaría más también. Si queremos más recaudación para financiar gastos adicionales del estado esto es una buena forma de hacerlo y si no queremos más recaudación se pueden entonces bajar las tasas de algunos impuestos como el IVA lo cual mejoraría aún más la eficiencia y la equidad.
La dificultad para avanzar en una reforma tributaria de este tipo, que elimina exenciones y beneficios tributarios, es fundamentalmente política y no económica. Requiere enfrentar a grupos de interés poderosos que no quieren perder sus privilegios y empezar a pagar los impuestos que les corresponden en vez de pagar menos que otros que ganan lo mismo tal como ocurre hoy día. Ese es el desafío que yo creo que tenemos por delante y lamentablemente el sistema político no parece estar pasando por su mejor momento como para emprender exitosamente una tarea de esta envergadura, pero tal vez por lo mismo es su oportunidad para hacerlo.
* Claudio Agostini es economista y profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.
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Comentarios
01 de noviembre
Me temo, Claudio, que lo que expones es discutible y la razón está en lo que debieran ser las prioridades…
En primer lugar, si la contaminación y la congestión es un problema para la gente de la Región Metropolitana, tal vez la política correcta sería evitar políticas de desarrollo concentracional, ya que todos sabemos que el sector construcción goza de grandes privilegios al construir mil hectáreas por año en esa zona del país… En esas circunstancias, obviamente se produce congestión y contaminación, pero, de ahí a llamar a aquello una externalidad negativa y por esa causa dictaminar que el impuesto a los combustibles debe permanecer sin ser modificado, atropellando conceptos como la inflación y sus correspondientes dolientes y heridos de mayor gravedad en determinados momentos de la historia, tal como cuando tenemos una crisis económica, no me parece que sea un argumento final para acercarnos a la mejor solución… De hecho, si sumamos la delincuencia a la política de desarrollo concentracional, tenemos una nueva variable que considerar a la hora de calificar cuál es realmente la mayor externalidad negativa gravitante que se relaciona con las otras variables ya mencionadas…
Más que eso aún… Muchos nuevos emprendimientos tienen como factor gatillante la necesidad de un transporte particular que presenta la condición de verse agravado por la no disminución de los impuestos a los combustibles. Así, de una u otra manera, lo que expones dice que las carreteras pueden ser ocupadas principalmente por quienes tienen los recursos suficientes como para pagar un combustible con impuestos y a su vez eso les concede el derecho de contaminar… Cuestionable, ¿no te parece?…
En cuanto a la distribución del ingreso, su eficiencia intrínseca y la equidad, creo que si bien una reforma tributaria ayuda a ello, no es la mayor fuente posible de mejoramiento de la «distribución del ingreso» o de la distribución DE LA PERTENENCIA, ya que bastaría que hubiera una AFP y Banco de dinero de los trabajadores como para que la ESTRUCTURA DE LA PERTENENCIA en el país cambiara para siempre, mejorando así los niveles de acceso de la población a créditos a tasas más justas y razonables, lo que redundaría en mayores micro y medianos emprendimientos, mayor sostenibilidad de los ya existentes, disminución de la pobreza debido a la usura, más empleo, más desarrollo local y territorial, menos concentración, menos delincuecia, menos contaminación, menos gasto del Estado en la santiaguinización del país, disminuyendo costos por concepto de .. pavimentación, electrificación, alcantarillado, agua potable, policía, escuelas, hospitales, vivienda, pasos de nivel, redes de metro tren, transporte público, etcétera, etcétera, etcétera…
Por otro lado, las exenciones y tratamientos tributarios especiales me parece que son necesarios para condiciones justificadas por los debidos argumentos, motivo por el que no estoy de acuerdo con que digas que tales exenciones y tratamientos tributarios especiales no tienen ningún sentido, constituyendo esta afirmación una falta a todos los razonamientos que las han impulsado, habiendo notoriamente algunas muy necesarias, tales como las franquicias concedidas a las zonas extremas del país o los subsidios a pequeñas empresas de algunas clases de industrias tales como la minería, si cabe el caso, la agricultura y la pesca…
En cuanto a los privilegios de decisión que tiene la clase política en torno a las medidas y mecanismos de tributación, pienso que este es un tema absolutamente vedado para ciudadanillos de la clase obrera y esclava que no tienen derecho a opinar ni menos a decidir nada, ya que lo suyo es apenas hacer rayas en cuanto voto se les presente por delante y que no puedan eludir porque .. esa es la porción de todos los ciudadanos piojentos que tienen por obligación votar, cual si fueran un roboC, luego de haber tenido la mala idea de inscribirse en los registros de esclavitud que validarán el sistema político y económico una vez más y tal como le conocemos desde siempre, es decir, socialmente injusto y con toda clase de falta de racionalidad…
camaraciudadana.cl
kjlfdkjlfdkjlfds
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30 de septiembre
Estoy de acuerdo con el Dr Agostini la eliminacion gradual de las exenciones generan mas ingresos y mayor equidad lo que redimiria en una distribucion mas equitativa en la inversion social en el mundo
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