Hace un tiempo Henry Blodget publicó un artículo analizando si en EE. UU. son realmente más altas las tasas impositivas de hoy que las del pasado. La pertinencia del tema para Chile me estimula a retomar las reflexiones de este artículo.
Ciertamente, nadie quiere pagar impuestos más altos. Los desacuerdos en el ámbito de los impuestos desafían la teoría económica. Los demócratas en la medida que se preocupan por el déficit presupuestario, quieren aumentar los impuestos, que dicen que son demasiado bajos, especialmente los de los más ricos. Los republicanos, por el contrario, estiman que los impuestos son demasiado altos y que el déficit presupuestario debiese ser enfrentado con recortes en los gastos, aunque también aquí la polémica es mayor porque mientras algunos dirigen las miradas hacia gastos militares otros lo hacen hacia los gastos sociales supuestamente “innecesarios”.
Entonces, ¿quién está en lo correcto? ¿Los impuestos son demasiado bajos o demasiado altos? ¿Las altas tasas impositivas desestimulan el incentivo para trabajar y el crecimiento de la economía?
Blodget basado en datos de la Tax Foundation examina lo sucedido a lo largo del siglo pasado en las tasas impositivas y el crecimiento. Este análisis conduce a sorprendentes conclusiones (corroboradas por los gráficos que pueden consultar al pie de esta entrada):
– Hoy los gastos del gobierno de EE. UU. son, por cierto, demasiado altos, al menos comparados con el nivel promedio del ingreso por impuestos que el gobierno ha percibido en los últimos 60 años. A menos que los estadounidenses estén dispuestos a aumentar radicalmente la cantidad de impuestos que pagan en relación al PIB, el gobierno debiera recortar los gastos.
– Las tasas actuales de impuestos son notoriamente bajas en relación con las tarifas del siglo pasado, especialmente para los más ricos. En la mayor parte del siglo, incluyendo algunas épocas de auge, el tope superior de las tasas de impuesto sobre la renta eran mucho más altos que en la actualidad.
– Contrariamente a lo que dicen los republicanos –afirma Blodget- las altas tasas de impuestos sobre los ricos no parecen afectar a la economía o hacer más perezosa a la gente. Durante los años 50 y principios de los 60, el tope superior de la tasa de impuesto a los ingresos fue sobre 90% y, como se observa en el segundo gráfico al pie de esta entrada, la economía floreció.
– Períodos con muy bajas tasas impositivas son seguidos de períodos con muy altas tasas impositivas y viceversa. Así, la historia sugiere que las tasas impositivas pronto comenzarán a subir.
En suma, subir el tope máximo impositivo para los que ganan cifras escandalosas no es un gran problema. Aunque en Chile más que subir impuestos debiésemos empezar porque las empresas paguen impuestos, es decir, no sea sólo un crédito; que las personas no eludan impuestos creando empresas que no pagan; y que se eliminen la mayoría de las excepciones que fueron creadas con ánimo de protección o subvención temporal y se han quedado como permanentes.
* Rafael Urriola, programa Protección Social, Fundación Chile 21
——————
Foto: Adriá Fontcuberta / Licencia CC
Comentarios
16 de diciembre
Los altos impuestos no reducen la actividad económica; lo que reducen es la inversión.
La clásica estrategia es bajar impuestos, invitar a todos a invertir, y cuando ya están funcionando, subirlos; muy pocos van a cerrar la operación debido a los impuestos. Pero, cuando piensen en invertir en crecimiento, seguramente si hay una evaluación de los impuestos.
Si se suben impuestos, en lo que si hay que fijarse es en la tasa de desempleo, que paulatinamente empieza a crecer, y si se tiene un sistema de protección, empieza a colapsar.
0