Vivimos un momento de cambios enormes en nuestro país, ciertamente estos cambios vienen acompañados de una gradualidad, porque entendemos que hasta el camino más largo empieza por el primer paso. Entender nuestra realidad de manera estática es un error, que además provoca desesperanza en nuestro pueblo, nuestra realidad es dinámica y está en constante cambio, es importante entender la multidimensionalidad del acuerdo, pero sobre todo de cada una de las reformas que se llevan a cabo.
El acuerdo para el reajuste del salario mínimo del año 2014-2015 se salió de los marcos clásicos de la negociación con el gobierno e inauguró una nueva época para las demandas históricas del movimiento sindical chileno. Esto que suena tan grandilocuente se basa en dos elementos de largo alcance del acuerdo: el ingreso de las reformas laborales y la creación de una comisión para las políticas salariales.
Pero además, podríamos decir que se acordó a mediano plazo el salario mínimo más alto de la historia de nuestro país, donde lo central son los trabajadores.
Visto de esta manera el acuerdo se posiciona ya no en el debate del guarismo, sino que en el debate de las políticas públicas para nuestro país y podemos sostener que estamos entrando en una nueva época para el movimiento sindical chileno.
Pero aún existe en ciertos sectores de nuestro país la inquietud de corto plazo, donde la evaluación se centra en los reajustes de los próximos dos años; lo que ronda es una aseveración ligera e irresponsable: este reajuste es insuficiente y uno de los más bajos de la historia.
Lo preocupante de esto es que proviene de personas que ejercen como diputados de nuestro país y otros que como abogados o economistas laborales son líderes de opinión. Este fenómeno es trasversal a las posturas políticas y responde a una mirada egocéntrica de la política, donde la construcción de país queda en un segundo plano e importa más el posicionamiento personal o colectivo inmediato en los medios de comunicación masiva.
Analicemos las características de la fijación del guarismo.
1.225 mil el 1 de julio de 2014.
2.241 mil el 1 de julio de 2015.
3.250 mil el 1 de enero de 2016.
El reajuste significa un 7,1% los primeros doce meses, un segundo reajuste de 7,1% en los siguientes 6 meses y un tercer reajuste de 3,7% en los últimos 6 meses. Pero esta forma de explicarlo ha sido confusa, al mirar el segundo año podemos ver que el reajuste es de 7,11% en el primer semestre y 11,1% en el segundo, por lo que durante todo el año el promedio de reajuste es 9,13%, entonces el reajuste queda así.
1. Año 1 reajuste de 7,14% nominal.
2. Año 2 reajuste de 9,13% nominal.
Es relevante analizar los reajustes reales para hacer comparables los datos, eso se logra principalmente al aplicarle el cambio inflacionario.
Los reajustes reales del salario mínimo en los dos primeros años de los últimos cuatro gobiernos son, Frei 5,7%, Lagos 8,4%, Bachelet en su primer período 5,2% y Piñera 5,4%. La tendencia de estos reajustes es negativa, pues el salario mínimo tiende a bajar con el tiempo.
Si tomamos la inflación del INE de 4,4% para este año y la proyectada de 3% por el Banco Central, el reajuste durante los dos primeros años llega al 8,7%.
Podemos notar dos grandes efectos, primero que el reajuste alcanzado bajo el acuerdo de junio de este año es el más alto que el de cualquier otro de los últimos cuatro gobiernos. Segundo que al incluir este acuerdo la línea de tendencia de los reajustes de los dos primeros años es positiva, o sea, el efecto es tan grande que cambia la tendencia descendente de los reajustes del salario mínimo en los dos primeros años.
O sea este reajuste es un 52% más alto que el de Frei, 3% más alto que el de Lagos, 65% más alto que el de Bachelet en su primer gobierno, 59% más alto que el de Piñera, todo esto al comparar los reajustes en los dos primeros años de gobierno.
Podemos decir con toda propiedad que el reajuste de este año ha sido mejor que el de los dos primeros reajustes de los últimos cuatro gobiernos, pero aún más, muchas de las críticas al reajuste son por no entender el acuerdo en su totalidad o por un interés político.
Vivimos un momento de cambios enormes en nuestro país, ciertamente estos cambios vienen acompañados de una gradualidad, porque entendemos que hasta el camino más largo empieza por el primer paso. Entender nuestra realidad de manera estática es un error, que además provoca desesperanza en nuestro pueblo, nuestra realidad es dinámica y está en constante cambio, es importante entender la multidimensionalidad del acuerdo, pero sobre todo de cada una de las reformas que se llevan a cabo.
El presente es nuestro y lo construyen los pueblos.
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Foto: chilefotojp / Licencia CC
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