¿Acaso hay quienes quisieran demostrar que la ciudadanía de las regiones no es capaz de entender y aprovechar este trascendente nuevo espacio de participación democrática regional? ¿No será tiempo que todos entiendan el 73% de encuestados de la última CEP que se declaran a favor de la descentralización del país?
Estamos a menos de dos semanas del próximo proceso eleccionario, en el que además de Presidente de la República y parlamentarios, por primera vez la ciudadanía tiene la oportunidad de elegir de un modo democrático directo a los Consejeros Regionales (CORE) de su respectiva región.
La elección popular de los Consejeros Regionales (y también la de los Intendentes, o futuros Presidentes Regionales), se viene prometiendo, sin cumplir, desde la elección presidencial y parlamentaria del año 1999 en adelante. La lógica y el compromiso político formal eran que la elección directa de los CORES se realizara en forma coetánea a las elecciones municipales, es decir en octubre del año pasado, para así centrar la atención de la ciudadanía, de los actores políticos y los medios, en los desafíos y oportunidades de nuestras comunidades locales y regionales. Sin embargo, dicho plazo no se cumplió, porque el gobierno se tardó en exceso en enviar a trámite el respectivo proyecto de ley orgánica, y porque luego las dos ramas del Congreso avanzaron con demasiada lentitud en el trámite de su aprobación legislativa.
¿Sigue predominando en muchos de nuestros dirigentes políticos, una falta real de voluntad para avanzar en el proceso de descentralización? ¿O es que ha primado, una vez más, el cálculo electoralista y cortoplacista, o el temor que emerjan desde las regiones nuevas ideas, dinámicas y liderazgos, tan necesarios para lograr el anhelado desarrollo en nuestro país?
Aún más preocupante es el hecho que no obstante la cercanía inminente de la elección, aún no se haya desplegado la comprometida y tan necesaria campaña de difusión ciudadana sobre la importancia y el rol de los Consejos Regionales y la modalidad establecida para su elección. La consecuencia, sin duda grave, es que más allá de los esfuerzos publicitarios de algunos candidatos a CORE, la ciudadanía en general no solo está desinformada, sino que confundida. Peor aún, sabemos que hace meses se han reservado recursos públicos para realizar este tan necesario esfuerzo comunicacional, por lo que cuesta entender el que no se aplicaran oportunamente. ¿Acaso hay quienes quisieran demostrar que la ciudadanía de las regiones no es capaz de entender y aprovechar este trascendente nuevo espacio de participación democrática regional? ¿No será tiempo que todos entiendan el 73% de encuestados de la última CEP que se declaran a favor de la descentralización del país?
Dos muy meritorias excepciones a este inexplicable retraso y silencio comunicacional son las iniciativas de los Foros Regionales impulsada por el Centro de Investigación de Políticas Públicas de Tarapacá, CIPTAR, concebida y puesta en práctica en forma plural, sistemática y oportunamente planificada, así como del Centro de Estudios de Valparaíso, CER, que ha realizado un proyecto de educación cívica regional en los cerros de Valparaíso y en la región, con la Universidad de Viña del Mar, y organizado Foros para los Consejeros Regionales en Valparaíso y Viña del Mar, apoyados por una cadena de medios de comunicación radios, medios escritos y electrónicos.
Bien por Tarapacá y Valparaíso, ejemplos que demuestran, que no siendo fácil, tampoco es imposible pensar y construir país, desde y para cada una de nuestras regiones.
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