La interrogante se nos viene a la mente cada vez que observamos las altas cifras de sedentarismo y obesidad en nuestra población y con ello el escabroso aumento de enfermedades relacionadas que hoy están matando a los chilenos.
Una pregunta que también nos hace reflexionar cuando vemos a abnegados deportistas que brillan en la más absoluta oscuridad. Tal como ocurrió el pasado mes con las descollantes actuaciones del hockeypatín, la halterofilia, el remo y el balonmano masculino.
Para crear una cultura deportiva, se necesita -en mayor o menor medida- el compromiso de todos los que componen la estructura y de aquellos que tienen directa relación con la actividad: gobierno, federaciones, medios de comunicación y empresas en general.
Gobierno: Las promesas políticas previas a cualquier elección, se quedan en eso y a la larga se utiliza al deporte como moneda de cambio. El deporte debe ser un ítem prioritario para el desarrollo de un país sano y en vías de crecimiento.
Con la buena voluntad y el interés de los estamentos señalados con anterioridad, se podría gestar el anhelado Ministerio del Deporte y con ello la activación de políticas y programas que vayan educando en salud y estimulen a la población a la práctica deportiva.
Excepción a la regla fueron las buenas intenciones de la ex presidenta Michelle Bachelet y el emblemático proyecto “Bicentenario”, que remodeló algunos estadios del país de cara al Mundial femenino sub 20 en el año 2008.
En este escenario, es triste ver cómo figuras señeras del deporte nacional no han sido tomadas en cuenta en algún proyecto que los involucre en la enseñanza práctica de la disciplina en que destacaron: Elías Figueroa, Marcelo Salas, Marcelo Ríos, Marcela Cáceres, Cristián Bustos, Gert Weil o Sebastián Keitel, entre muchos otros.
Federaciones: El capítulo debut de la nueva temporada del programa “Contacto” de Canal 13, “Una carrera de obstáculos”, dejó de manifiesto el amateurismo y el peligro del trabajo ad honorem de los dirigentes en las federaciones. Un sistema demostrablemente vulnerable que se torna escandaloso cuando los pocos recursos que se destinan para los deportistas, terminan en los bolsillos de dirigentes inescrupulosos.
Una situación que estanca al deporte y que retrasa el desarrollo de la actividad de cara a las altas competencias.
Medios de Comunicación y Empresas: Los últimos 30 años hemos recibido el “legado” de periodistas sempiternos y de comentaristas sin sentido crítico y de análisis. Muchos de ellos han privilegiado la condescendencia con sus auspiciadores, la línea editorial a la que deben obedecer u otros intereses particulares. Todos estos elementos se anteponen a lo que debería ser la difusión y la masificación del deporte en los medios masivos.
Los bloques deportivos de los noticiarios cubren en exclusiva los sabores y sinsabores del fútbol, un mínimo porcentaje para el tenis y de los demás deportes nada se sabe. Seguramente las empresas desprecian a otros deportes que no tienen el imán comercial del “deporte rey” y con ello supeditan a los editores deportivos, aunque dado el caso, éstos tampoco desperdician la oportunidad de subirse al carro de la victoria cuando algún combinado nacional de otra disciplina comienza a obtener triunfos importantes, como lo sucedido con las “marcianitas” del hockeypatín y la historia del megamercado que adosó su publicidad en los pantalones de las muchachas, a minutos de que entraran a jugar la semifinal del campeonato que finalmente alzaron en el año 2006.
En un panorama tan desértico, la implementación del Plan ADO se convierte en un oasis, hoy cuestionado tras el quiebre con la nadadora Kristel Köbrich y la baja actuación chilena en los recientes Juegos Suramericanos 2010.
Educación: Las escasas horas de Educación Física en los colegios no alcanzan para un progreso deportivo y quien quiera estudiar y ser deportista en nuestro país, se encontrará con la inflexibilidad de un sistema que no brinda facilidades para realizar ambas actividades y con ello una doble carga que desencadena naturalmente en estrés y en desconcentraciones que terminan afectando a ambas actividades.
En Estados Unidos existe consideración con el deportista y aprecian sobremanera sus tiempos de entrenamientos. Saben que un deportista en sus filas representa un buen “gancho” para la institución y un imán para las personas que se interesen en postular más allá de lo académico. Un ejemplo de lo anteriormente señalado es el caso del decatleta chileno Gonzalo Barroilhet, una carta para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que se destaca en la Universidad de Florida State, donde compite y estudia, tal como lo acota en la entrevista que dio a la Revista Triunfo en el año 2009:
“Las universidades te dan todas las facilidades posibles, tanto para competir como para sacar adelante tus estudios. En Chile el cambio tendría que ser muy profundo, muy a largo plazo, y estamos muy lejos de eso todavía. Mi prioridad número uno es el atletismo. También me apasiona estudiar, la carrera me gusta y todo, pero es una segunda prioridad…”
Detonante para que muchos deportistas terminen luciendo camisetas de otros países y nos cuestionemos si Chile es un país con cultura deportiva (?).
Comentarios
09 de octubre
Hola José , en respuesta a tu pregunta es un NO rotundo ,pero como podríamos tener «cultura deportiva» si no tenemos «educación deportiva», el sistema educacional ni siquiera entrega información sobre los valores del deporte y su aporte a la salud y los medios de difusión asocian deporte= fútbol y el resto de las disciplinas deportivas prácticamente no existen.
+1
25 de junio
La culpa no es del sistema si no la culpa es de las mismas organizaciones, que no saben llegar a donde se quiere y donde se debe, el deporte nace en la casa y no en los colegios, si tenemos a padres involucrados, ellos son los primeros del eslabón; la cultura se hace por crear una identidad social como organizacion, esta buscara objetivo y recursos para llegar a ella e involucrara al resto, pero el resto actua de acuerdo a politicas deportiva, si no tenemos los objetivos claros , de que sirve crear cultura deportiva, las federaciones u asociaciones deben ser entidades abiertas y que tengan llegada a la comunidad, si no actuan asi se trsnforman en monopolio. Los clubes en chile nacen con un objetivo y lideres congruentes al cargo y no se escogen dedocraticamente, miremos del vaso medio lleno hacia arriba y lo otro hay que ir educando con acciones y proyectos, mas proyectos en las calles de un territorio, tendremos mas cultura deportiva.
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