Esta historia es tan increíble que a ratos no parece real. Es la historia del gran impulsor del boxeo en Chile que fue el primer entrenador; el primer practicante de este deporte que viajó al extranjero y que, incluso, se le considera el impulsor de este deporte en Cuba y Panamá. Es la historia de Juan Budinich.
En 1894 Juan Budinich era cadete de la armada cuando supuestamente participó en el motín del “pan duro”, impulsado por el revolucionario Marmaduke Grove. Producto de esta acción se habría enemistado a golpes con un superior quien lo hostigaba, situación que llevó a Budinich a huir del país para escapar de las autoridades militares. Así viajó como polizón en un navío que iba rumbo a Estados Unidos, donde conoció a un herrero irlandés quien le enseñó los principios del deporte de los puños. Una vez en Estados Unidos, Budinich se puso al corriente del pugilismo en ese país, que por aquellos años estaba en un proceso de transición al boxeo con guantes y las actuales reglas del marqués de Queensberry.La labor de difusión deportiva de Juan Budinich y su pasión por el boxeo son una excepción. Como todo un aventurero que se forjó a sí mismo. Pionero en la introducción del boxeo en Chile, su nombre debe ser permanente recordado como parte de la historia deportiva de Chile y como ejemplo de las incansables aspiraciones de la voluntad humana.
Como marino mercante conoció a los expertos Joe Daly y a Tommy Wilson, quienes compartieron sus conocimientos pugilísticos con Budinich. Joe Daly también era un trotamundos que llegó a Chile en 1900, que recordaría su llegada a al país así: “Llegue a este hermoso país en febrero de 1902, luego de haber sido campeón peso gallo en la US. Army, y haber sostenido numerosas peleas en China, Gibraltar, Francia, Inglaterra, Panamá y Perú. Me interesé, como era natural, por el desarrollo del deporte en Chile y algunos de sus cultures, teniendo la suerte de conocer a Juan Budinich, quien me aconsejo que me quedara en Valparaíso para realizar combates, en donde nos mediamos en un pequeño bodegón llamado el Skating Ring, ubicado en calle Salvador Donoso, el piso era de cemento con aserrín y alumbrado por un Chonchon de parafina.”
Budinich, en sus innumerables viajes a bordo de buques mercantes y por ferrocarril a lo largo de los Estados Unidos, habría practicado del boxeo de manera amateur, donde adquiere conocimientos y los primeros manuales ilustrados de boxeo que luego introduce a Chile. En su incansable labor, fundó uno los primeros clubes de boxeo en Chile en 1896 al interior del “Círculo Coronel Urriola” un Centro Deportivo y Social de Valparaíso. Budinich también era famoso por su supuesta sección de sparring con el ya mundialmente conocido, James Colbert, el inventor del Jab. Se estima que Valparaíso era el epicentro de esta actividad ya que de manera clandestina, marinos ingleses y norteamericanos se enfrentaban a puños descubiertos en el bodegón “Skating Ring”.
En 1899 se trasladó a Santiago y fundó el primer club de boxeo de Santiago en el subterráneo del hotel Melossi, en las cercanías de Estación Central. Acá promotores como Alfredo Betteley Melossi y el inglés Joe Daly, lo ayudan económicamente y promocionan su labor. Con este último, en 1902 Budinich fundó la Filarmónica del Huaso Rodríguez, donde establecieron una academia de boxeo. Por esos mismos años también fundó un Club al interior de la Bolsa de Comercio. En 1903, apoyado por empresarios nacionales como Carlos Ward y Héctor Zañartu Budinich recibió apoyo económico y acceso a nuevas fuentes de trabajo como la Policía de Santiago, donde, junto a Joe Daly se hicieron cargo de entrenarla en pesos ligeros y pesados.
En 1904, Budinich volvió a viajar a los Estados Unidos en busca de nuevos conocimientos. Acá fue compañero y amigo de sparring del famoso boxeador “Philadelphia Jack O’Brien” y gracias a quien logró entrar al círculo de boxeo más importante de Estados Unidos, llegándose a inscribir en la carrera de Educación Física. Para financiar sus estudios combatía en diversos espectáculos pugilísticos, logrando graduarse en 1907.
«El infatigable Jhon Budinich”, como era conocido en Estados Unidos, viajó a Cuba y se instaló en la Habana, donde convenció al alcalde de la ciudad de los beneficios de la práctica del box en las clases altas en el Vedado Tenis Club y el National Hotel. De esta manera no sólo logró levantar la prohibición de este deporte en la Isla, sino que también consiguió trabajo como profesor de box y protagonizó la mayoría de sus combates profesionales, llegando a un récord de 14-4-0. Asimismo hizo del boxeo un deporte popular entrenando a la mayoría de los primeros campeones cubanos como Víctor Achan, Tomas Galiana y Manolo Vivancos, entre otros.
En 1915 Budinich volvió a Chile, en donde intentó, sin mucho éxito, boxear profesionalmente. Sin embargo, en 1921 perdió su último combate contra William Daly, continuando su incansable labor como divulgador del boxeo hasta 1945 cuando falleció producto de una pancreatitis.
La labor de difusión deportiva de Budinich y su pasión por el boxeo son una excepción. Como todo un aventurero que se forja a sí mismo, viajó en reiteradas ocasiones a Estados Unidos y el Caribe, siembre ofreciendo su trabajo a cambio del viaje y sin dejar nunca de aprender la “dulce ciencia”. Pionero, junto a los aventureros Joe Daly y James Perry en la introducción del boxeo en Chile, su nombre debe ser permanente recordado como parte de la historia deportiva de Chile y como ejemplo de las incansables aspiraciones de la voluntad humana.
Comentarios
30 de mayo
Felicitaciones por el artículo. Sin duda la historia del abuelo caminan entre el mito y la realidad y no me cabe la menor duda que él alimentaba ese tránsito. Su vida terminó en leyenda. Como dice el autor no solo en Chile. Fué el primer alumno de nacionalidad chilena de la Universidad de Columbia. Su vida no sólo fue el boxeo, sino también la investigación científica. Sus dotes sociales lo convirtieron en un actor privilegiado de eventos deportivos. Contrajo matrimonio en La Habana con una ciudadana española, con la cual se avecindó en Chile y tuvo cuatro hijos.
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31 de mayo
Me alegra saber que su memoria aun perdura, Juan Budinish fue un amante de la enseñanza su labor nunca se detuvo aun con las inmensas dificultades de la época. Sin duda uno de los grandes deportistas de nuestra historia. Un abrazo fraterno a sus nobles descendientes.
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