Ya terminó el ciclo Puro Chile en TVN. Fueron 9 capítulos donde los músicos nacionales tuvieron una vitrina donde – como dijo Lalo Ibeas de Chancho en Piedra- “por primera vez ellos eran los protagonistas y no los invitados”; se instaló una verdad que estaba latente: la gran familia de la música nacional goza de buena salud y sus integrantes están muy unidos, al contrario de lo que sucedía en los noventa; todos los capítulos fueron Trending Topic nacionales y casi el ochenta por ciento mundiales; al consultar desde dónde se veía el programa al momento de emitirse contestaban Nueva York, Shangai, Dichato, Villa Alemana, Oslo, Puerto Williams; Puro Chile TVN es un programa de larga vida, ya que los que no veían los capítulos por el canal los veían y ven a través de las redes sociales, se comparte de manera creciente. El programa generó orgullo y pertenencia y la estación pública de Chile recibió de vuelta un amor que llevaba tiempo sin ver entrar por las antenas de Bellavista 0990. La estación pagó una deuda con la música nacional que acarreaba hace años.
Pero no todo es felicitaciones y aplausos: el programa en su emisión al aire por tv abierta no tuvo gran rating, pese la calidad y alta factura de lo exhibido. Ciertas razones: en la era del streaming, donde veo lo que quiero dónde, cómo y cuándo quiero, la audiencia bien sabe que podrá acceder a esos contenidos en otra oportunidad, que tendrán vida propia. En el canal esto se sabía. Se realizaría un programa que más que orientado al rating sería un programa de marca para recuperar reputación y atraer una audiencia que no estaba mirando la televisión abierta, asunto no menor (del cual el mundo político algo podría aprender).Y esto último es esencial: es un punto de partida, una posta que esperamos retomar con mucha más fuerza, creatividad y tranquilidad para la segunda temporada.
Ahora es donde procede hablar de la cuota del 20%. Somos un país en el cual se debe obligar por ley a los medios a tocar música nacional. Somos un lugar donde renegamos de lo nuestro y miramos siempre hacia otros lados. En Argentina es distinto, lo mismo en Perú. Se toca con ganas, pasión y gusto lo nacional. Acá siempre cuesta y se llena de complicaciones, mientras nuestros músicos son aplaudidos en el mundo entero. Raro.
A propósito: ¿alguien me puede explicar de manera sencilla y concreta por qué Chile no tiene una radio pública orientada más que a lo político lo es a la difusión de lo nuestro? Nunca lo he entendido del todo. Me cuesta creer que alguien se niegue a eso.¿No se soluciona gran parte del problema con apoyo del Estado permanente con las nuevas tecnologías de bajo costo y alto alcance? Pero no se hace. Impresentable. ¿Ya se negociaron la frecuencias y no hay cómo poder llevarlo a cabo?¿Eso pesa el Estado cuando se habla de cultura?
En fin. Volvamos a Puro Chile. La música chilena no podía ser levantada antes por alguna estación privada con más propiedad que la estación pública y por cierto, estábamos y estamos conscientes de la calidad que portan nuestros artistas y de la creciente fama que están teniendo en toda Latinoamérica y también en Europa. Y claramente hay que intentar fidelizar audiencias y no dejarlas ir así como así. Hay que reencantarlas y eso es un proceso que no tiene que ver con los cortos plazos, sino con convicciones de mediano y largo plazo. Algo raro pero posible para este país, idiotizado con el corto plazo.
Lo innegable es que Puro Chile TVN llegó primero e instaló una marca que tiene muchas posibilidades comerciales, creativas y editoriales. Puede ser recitales en regiones, duetos inter generacionales, revisiones por décadas, repasos de grandes artistas, productos como los audios para Spotify o Bluerays de las sesiones. Una marca mayor que ya es de TVN y de paso instaló una gran conversación sobre las audiencias en el siglo XXI después del advenimiento de las redes sociales. No es un programa de fast food que una vez terminado desaparece de la memoria sino que tiene un potencial inmenso en el mundo multipantalla en el que vivimos. Los programas siguen viviendo en el computador y lo veo cuando quiero.
Finalmente, la gente que conformamos Puro Chile TVN (un equipo ejemplar, cohesionado, alegre, inspirado y convencido y mil adjetivos más, no crean que es fácil hacer algo así) y sabemos que tuvimos la suerte de participar de un programa con sentido, propósito y fundamento. Un lujo para los tiempos que corren. Y esto último es esencial: es un punto de partida, una posta que esperamos retomar con mucha más fuerza, creatividad y tranquilidad para la segunda temporada. La música chilena es diversa pero también debemos ser capaces de encontrar el espectáculo detrás de su puesta en escena para seducir a más gente. Y detrás de eso vamos en esta segunda temporada.
Agradecimientos por el arrojo y la convicción a programación de TVN, en especial a Eugenio García, quien desencadenó la energía contenida tirando la idea y la necesidad de programas así para devolverle el alma a la estación de todos los chilenos. De ahí vendrán las grandes audiencias. Qué mejor que invocarlas cantando, ¿no? Entonces, sigamos cantando. Por harto rato.
Comentarios