Reconocer la diversidad en forma constitucional ya no es un lindo adorno para ser indicado como «País desarrollado», tal como indica el compilador Len Barton en el libro «Discapacidad y sociedad» el cual aplica tambien para esta triada diversa: “La discapacidad no es el problema de individuos que no son capaces de adaptarse al desarrollo de la sociedad moderna, sino, por el contrario, demuestra el fracaso de una determinada sociedad que no se ajusta a las necesidades y requerimientos de sus ciudadanos”.
Chile es de raíces diversas, tan diversas que en una de cada tres familias (tenga la forma que tenga), te puedes encontrar con una persona diverso-sexual, una persona diverso-funcional o una persona que tenga ascendencia indígena.
Aquí hay una mezcla variada muy interesante e incluso, a veces, se da que puede que tenga dos de tres de las raíces diversas anteriormente mencionadas dentro de una misma familia, sea esta monoparental, biparental funcional, biparental disfuncional, ensamblada o familia extendida.
No es necesario que los rasgos indígenas, la situación de discapacidad o la opción sexual sea notoria para vivir sus consecuencias sociales todos los días del año.
Muchas veces se da, incluso, que los juicios de valor en torno a la ignorancia y estupidez, dañan mucho más a este integrante diverso dentro de su propia familia, que fuera de ésta.
La sociedad muchas veces juzga en torno a relatos construídos en base a lo expuesto y aceptado socialmente del punto de vista biomédico, psicosocial o rasgos identificatorios, no siendo siempre absolutamente cierto o falso.
Me explico: Joven de 25 años cumplidos, comerciante, madre de dos hijos, que va al médico cada cierto tiempo, sea por los niños o por ella. Pero si le agregas a esto que es Asperger-Bipolar2….Ya los juicios de valor por ser madre soltera suben como la espuma, ya que, pobrecita, se puede descompensar, mejor que los hijos lo críen otras personas, que por qué no la esterilizaron (en forma forzada y sin preguntar, claro está), que por qué no se resigna con la pensión no más ($80.000 alcanzan para una canasta de víveres, pues no es Mandrake, el mago) y todos los juicios de valor a nivel social que puedan alcanzar.
Pero sin embargo, ella trabaja, estudia, les mantiene sola y cuenta con sus padres de respaldo en caso de una descompensación, ya que ellos le dan la autonomía para valerse por sí misma.
Las leyes chilenas de por sí, en este caso discrimina desde ya, al no reconocer la diversidad en forma constitucional, pasando por un código civil obsoleto y discriminatorio para esta tríada diversa socialmente, más las actuales leyes pensadas sólo para convertirte en objeto de lástima y sumiéndote bajo los pies del prejuicio y la ignorancia, favorecen el aislamiento social, la violencia a todo nivel y el maltrato en toda área sólo por el hecho de ser diferente.
Una de las paradojas del acepto tu diferencia pero…es que tenemos un país orgulloso de ayudar sólo al 0,8% de personas en situación de discapacidad a través de la Fundación pro Ayuda al Niño Lisiado (la misma que organiza el evento Teletón) , pero el día que ese «niño lisiado» (entiéndase como persona en situación de discapacidad) se convirtió en hombre y te pide trabajo para mantenerse a sí mismo y a su familia, le recuerdas que con su mísera pensión basta para vivir, cuando la realidad no es así ya que necesita $300.000 como mínimo para mantenerse por sí mismo y a su familia, formada por el o ella y sus ascendientes o descendientes.
Para que vamos a hablar de la comunidad diverso sexual, que por pedir la ley de matrimonio igualitario, la comunidad religiosa a nivel nacional los pone en el paredón, en circunstancias que Chile es un país laico, cuando lo único que piden es el matrimonio civil, ya que sus templos ni su «bendición» las necesitan para ser felices. Pero el día que se murió el «hijo descarriado» perfectamente tienen la personalidad para arrebatarle a la pareja sobreviviente todos los enseres de su casa para su propio beneficio, en desmedro de esa persona con la que vivió durante muchos años y lo aceptó tal cual era, ejerciendo la violencia psicológica sistemática, siendo este el golpe final de años de abandono, discriminación familiar y acribillamiento del centro de la dignidad, sólo por el hecho de tener una opción sexual distinta.
Hablar de la comunidad indígena, primeros habitantes o pueblos originarios siempre será un conflicto a nivel histórico social, ya que siempre dicen «Pacificación de la Araucanía» cuando en realidad fue un genocidio (si, tal cual está escrito), genocidio financiado por el estado de Chile y en el cual ni siquiera se ha tenido la mínima decencia de pedir perdón y hacer una ley compensatoria decente, para que el denominado «Conflicto Mapuche» deje de ser. Todo lo contrario, se recurre a leyes que criminalizan a sus líderes sociales y discriminan en muy mala forma por ser descendientes de los primeros habitantes de la nación, sólo por exponer el ejemplo más recurrente.
Reconocer la diversidad en forma constitucional ya no es un lindo adorno para ser indicado como «País desarrollado», tal como indica el compilador Len Barton en el libro «Discapacidad y sociedad» el cual aplica también para esta tríada diversa: “La discapacidad no es el problema de individuos que no son capaces de adaptarse al desarrollo de la sociedad moderna, sino, por el contrario, demuestra el fracaso de una determinada sociedad que no se ajusta a las necesidades y requerimientos de sus ciudadanos”.
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