Cuando se piensa en compensar a una comunidad por sus impactos medioambientales respecto de la instalación de un proyecto de inversión, se utilizan mecanismos de participación ciudadana que relevan solo la figura de los líderes locales. Son los dirigentes sociales y autoridades del territorio los que finalmente priorizan, dialogan y negocian, en los casos exitosos, en qué se ocuparán los recursos disponibles para reparar la huella que dejará la iniciativa.
Mejoramiento de caminos, construcción de sedes vecinales, beneficios sociales como becas estudiantiles y capacitaciones en oficios y fortalecimiento organizacional son las acciones más comunes con que las empresas llegan a acuerdo con las comunidades para acceder a la tan ansiada Licencia Social.
«La metodología denominada Presupuestos Participativos (PP), representa un nivel de participación ciudadana efectivo para relacionarse con la comunidad de manera innovadora»
La necesidad de contar con metodologías participativas de intervención social con mayor pertinencia, legitimidad y eficiencia en el uso de los recursos es un interesante desafío. La metodología denominada Presupuestos Participativos (PP), representa un nivel de participación ciudadana efectivo para relacionarse con la comunidad de manera innovadora y con ejemplos comprobados en Latinoamérica, desde los gobiernos locales y regionales, con una posibilidad cierta de ser replicado en las diferentes industrias que pretenden extraer recursos naturales en Chile desde un diálogo inicial y temprano, previo trabajo de generación de confianzas.
Las industrias extractivas, en la actualidad, carecen de una guía que proponga una metodología de profundización democrática para el uso de los recursos que se disponen para la comunidad, a través de los fondos de inversión social u otra vía de recursos. Ejemplo de la industria existen muchos, especialmente en las relacionadas con la minería y otros proyectos de inversión, que traspasan recursos económicos a las comunidades, financiando múltiples iniciativas, sin embargo terminan siendo, en ocasiones, ajenas a lo que la ciudadanía realmente demanda.
Las industrias chilenas y extranjeras que operan en nuestro país, tienen una oportunidad de distinguirse y hacer algo que cambie el rumbo en el Relacionamiento Comunitario. Los efectos de la necesidad de contar con una Guía Metodológica para aplicar un Programa de Presupuestos Participativos en el marco de proyectos de inversión, es una herramienta que podría terminar con la profundización del asistencialismo y/o paternalismo al momento de relacionarse con la comunidad por parte del sector que invierte.
Buscar la autonomía de las comunidades, construyendo un valor compartido y haciéndolos protagonistas del proceso es una tarea de confianza mutua del sector privado, los gobiernos locales y las comunidades. En síntesis, los PP se presentan como un insumo crítico, que podría ser planteado como un ejercicio piloto en un proyecto específico del sector minero o energético que sirva como ejemplo de decisión y disposición política de las industrias para sacar adelante el reto de institucionalizar el diálogo social.
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