Política, audiencias e instituciones en tiempos de la red

La tecnología siempre ha introducido profundos cambios en las sociedades respecto de la manera en que ésta se gobierna. Porque surgió la imprenta, 130 años después surgió un diario y porque surgió un diario, los filósofos franceses en el siglo XVIII fueron capaces de pensar en un sistema democrático de gobierno.

Eso que hoy nos parece tan normal, la democracia moderna, fue posible en último término porque gracias a la imprenta primero, y con la aparición de los medios de comunicación en el siglo XX, sabíamos cuáles eran los temas públicos que había que resolver y sobre cuales los ciudadanos y ciudadanas, con su derecho a voto en igualdad, validábamos o rechazábamos eligiendo a las autoridades. La soberanía popular pasó a residir en los ciudadanos y la democracia pasó a ser representativa.

Este recorrido se transforma con la aparición de las nuevas tecnologías, ya que los ciudadanos no sólo son iguales en cuanto a voto, sino que el ciudadano empoderado puede comunicar lo que piensa sin intermediarios, incluso directamente por medio de un tuit. Internet ha democratizado las instituciones políticas de una manera como nunca antes. Entonces ¿Cuáles van a ser las instituciones políticas que surjan, así como la democracia es resultado de la imprenta? ¿Cuál va a ser la consecuencia de esta gran ola que son las redes digitales?.

En la elección de Obama el 2008, irrumpió la red en gloria y majestad en una campaña con connotación mundial. En la del 2012 se sumó una novedad. En los puerta a puerta los voluntarios ya conocían los perfiles y gustos de quiénes visitaban. Rápidamente la expansión de la red supone un desafío ¿Cómo somos capaces entones de mantener la privacidad de los datos que se acumulan en la red respecto de un ciudadano? Es así como junto con generar un espacio para que el ciudadano se exprese e influya, la red debe asegurar la privacidad de la vida de quienes la utilizan.

Es temprano aún para saber qué instituciones políticas pueden emerger tras la irrupción de las nuevas tecnologías, pero está claro que algunas ya existen. Una de ellos es el referéndum revocatorio que permite,

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¿Cuáles van a ser las instituciones políticas que surjan, así como la democracia es resultado de la imprenta? ¿Cuál va a ser la consecuencia de esta gran ola que son las redes digitales?

en la mitad de un periodo de una autoridad, la posibilidad de revocar su mandato si un número suficiente de ciudadanos así lo solicitan. Sin embargo, el riesgo de esta medida es que el presidente o el alcalde dejarán los temas difíciles e impopulares que haya que abordar para el segundo periodo o para después de la mitad. Así, hay que tener cuidado, porque las nuevas instituciones que se crean pueden traer consecuencias no previstas.

Esto ya sucede en Uruguay e Italia donde, si los ciudadanos lo piden y un número grande lo ratifica, por plebiscito se puede derogar una ley que ha sido aprobada por un parlamento. ¡Qué cambio tan importante! ¿Cuántos legisladores van a pensar dos veces antes de aprobar una ley que saben que es impopular?

Y que de la institución surgida en el Parlamento de Finlandia. En este sistema cuando se discute un proyecto de ley, un parlamentario puede solicitar someter el proyecto a consulta ciudadana, si su petición es apoyada por un número suficiente de parlamentarios este proyecto debe ser consultado. Esto se realiza a través de un sitio web oficial en donde los ciudadanos ingresan con una clave y dan su opinión en aquellos proyectos habilitados. No es obligación hacer caso a lo que digan los ciudadanos, pero es un elemento de juicio que enriquece la decisión parlamentaria. Y a la inversa, los ciudadanos con un número suficiente de apoyos pueden obligar a que el parlamento discuta una determinada propuesta. También, sin estar obligado a resolver a favor de lo que diga la gente, el parlamento incorpora en su debate las opiniones de los ciudadanos.

Con la Primavera Árabe, en muchos países el ciudadano, coordinado en red, protestó en las calles y la plaza. ¿Surgirán otras instituciones políticas que reemplacen el tener que ir a la plaza caminando? en ese sentido nos parece que hay todavía un campo amplio y fértil en donde internet generen espacios similares a las plazas públicas.

La democracia puede satisfacer las aspiraciones de la ciudadanía a partir de un conjunto de políticas públicas en el ámbito de la salud, educación, vivienda dirigidas a derrotar la pobreza y a tener una sociedad más igualitaria. En la formulación de esas políticas, la autoridad debe también auscultar a la opinión pública, sobre qué es lo que piensan sobre determinados temas a través de internet. No estoy diciendo que a partir de ese momento se legisle por plebiscitos, por cierto que no, pero sí estoy señalando que en el diseño de una política pública es posible establecer mecanismos de consulta ciudadana. Ya hay instituciones que al momento de desarrollar determinados proyectos, deben consultan la opinión a las comunidades que están involucradas. Este tipo de nuevas iniciativas buscan generar un espacio de participación del ciudadano, que puede ayudar a formular políticas públicas de una mejor calidad.

En este contexto, internet amplía el campo de acción, ejemplo de ello es el proyecto Vecinos Conectados que gestionamos en la Fundación Democracia y Desarrollo. En este proyecto, los vecinos están conectados en red con el alcalde y las autoridades municipales. Así más que denunciar tareas mal hechas, colaboran con la función municipal como cuando reportan que no se retira la basura con la frecuencia que se debe; señalan que los juegos de la plaza están descompuestos o que las luminarias de la calle no están funcionando como debieran. Una vez hecho el planteamiento, se enciende una luz roja que señala la denuncia, esta se transforma en amarilla cuando el alcalde dice “he tomado nota, lo voy a resolver”. Una vez que se resuelve esa luz se pone en verde. Demás está decir que esta red de ciudadanos empoderados a través de esta plataforma, a poco andar se transforma en una comunidad que puede acercarse a temas mayores como, por ejemplo, decirle al alcalde por qué no los consulta sobre el presupuesto municipal para el próximo año o cuánto debe ir a salud o educación.

Estos son algunos de los ejemplos en los que las nuevas tecnologías han modificado las relaciones entre el ciudadano y la autoridad, las que son cada vez más igualitarias.

Hemos vuelto a la Grecia de Pericles, con la diferencia que ahora la plaza es la red y somos millones los que conformamos una democracia altamente participativa, donde todos los ciudadanos somos iguales al expresar nuestra opinión.

Columna publicada en Reportajes de La Tercera