Claramente es urgente recuperar a la brevedad las casas y pueblos afectados por el terremoto; muchas familias no pueden esperar una solución ante el invierno que se avecina.
Sin perjuicio de ello, es de esperar que la reconstrucción otorgue más que una solución al problema habitacional y de infraestructura dañada. Hace falta una solución permanente e integral, que allí donde se debe “rearmar zonas” no descuide la sustentabilidad del desarrollo económico y ambiental a la par.
El Grupo Luksic, por ejemplo, anunció un plan integral de reconstrucción de infraestructura pesquera básica por $5.000 millones para el borde costero de la VII Región. El objetivo del plan es recuperar la pesca artesanal y diseñar e implementar un proyecto para agregar valor gastronómico y turístico a la zona, a través de la creación de la “Ruta de las Caletas”, Parece ése el camino adecuado: potenciar el valor turístico de muchas zonas costeras e interiores, así como recuperar a la brevedad sus fuentes principales de trabajo, creando nuevas donde haga falta.
Lo que se espera de los proyectos de reconstrucción presentados por el Gobierno y por privados es que no descuiden algo fundamental, que es la identidad de dichos pueblos y ciudades. La mejor forma de resguardar este aspecto es a través de la participación. Es fundamental que los avances obtenidos en los últimos años en esta materia no se descuiden; el Fondo Solidario de Vivienda, creado bajo el Gobierno de Ricardo Lagos, fue un salto en lo que a participación se refiere, puesto que, normalmente, en épocas anteriores fue el Gobierno Central el que optó incluso por las comunas en las que vivirían las personas, dando origen a la actual segregación urbana, fuente de miles de otros problemas sociales asociados. Es necesario no repetir tales errores, garantizando a las personas viviendas, barrios y ciudades que se acomoden a sus necesidades y costumbres, pero que también consideren como eje central la sustentabilidad, elemento clave para el desarrollo.
Ya sea dentro de los proyectos de vivienda a generarse, como en el desarrollo o reformulación de planos reguladores, esperemos que no haya sólo expertos, sino que sean las propias comunidades quienes, mediante asambleas o cabildos elijan qué lugar esperan reconstruir y cómo, invertir en la calidad de vida que merecen y que, si no tuvieron antes, es el momento de construirlo.
Comentarios
22 de abril
Concuerdo plenamente con lo que señalas, lo mismo está pasando por ejemplo con la recosntrucción de escuelas, en las que en muchos casos se fusionan con otras de pueblos cercanos sin considerar la relevancia que tiene para esos niños la identidad del lugar donde reciben su educación.
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22 de abril
Efectívamente, en muchos pueblos la construcción no fue buena ni bien planeada. Espero que la re-construcción (distinto de reconstrucción) incorpore criterios y standares más altos. Vivir en un pueblo no debe ser menos, en términos de calidad, que vivir en un barrio acomodado.
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