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Ni ladrones, ni maricones

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- 2010 - - 2010 -

La idea de reivindicación gay en Chile ha tenido más que ver con la importación de estereotipos para el ghetto de fin de semana que con plataformas políticas de derechos civiles ampliamente respaldadas.

Hay ideas. Ideas que se establecen, que perduran y a las que se les cavan trincheras defensivas reales o imaginarias con mayor o menor aplicación. Ideas razonables y sensatas, y otras que parecen serlo pero que no encierran otra cosa que un alambicado mecanismo de prejuicios y miedos con un centro vacío y podrido.

En 1965 en la mayor parte de los estados norteamericanos había revocado la prohibición para matrimonios interraciales. En Virginia, uno de los estados en los que la prohibición existía, un hombre y una mujer de diferente color, decidieron violar la ley y contraer matrimonio. Fueron arrestados y el juez declaró: “Dios todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja y las colocó en distintos continentes (…) El hecho de que haya separado las razas muestra que su intención no era que luego se mezclaran”. (“Historia del matrimonio”, Stephanie Coontz, Gedisa, 2005).

Años más tarde, después de las revueltas iniciadas en el Bar Stonewall de Nueva York que impulsaron la idea del “orgullo gay”, el presidente norteamericano Richard Nixon habló sobre ambos asuntos. Nixon comentó que podía entender el matrimonio entre blancos y negros, pero en cuanto a los matrimonios entre personas del mismo sexo fue más cauto y lanzó un cálculo a largo plazo “supongo que sucederá el año 2000”. Erró unos años pero al menos no recurrió a la escolástica de cocción rápida con la que se suele argumentar en estos casos.

La Concertación sustentó durante sus gobiernos la idea de igualdad como bandera de lucha. Una idea que suponía una tarea inmensa en un país en el que la inequidad es una forma de vida. Había que restaurar derechos, reparar daños, juzgar crímenes, sepultar el miedo. Un entrevistado para un libro que preparo recuerda el cinco de octubre del 88 como una explosión de alegría que en su caso duró poco. Trabajó activamente como opositor a la dictadura en la universidad, aspiraba un cambio y se sintió parte del retorno a la democracia hasta que los hechos lo hicieron a un lado. Era homosexual, y el arcoíris concertacionista no contemplaba sus aspiraciones de igualdad. Se fue de Chile, hizo una vida fuera. Muchos lo han hecho, muchos lo harían si tuvieran la posibilidad.
La igualdad tenía una frontera bien custodiada, y el límite estaba en una de las más recurridas frases para frenar los cambios: “El país no está preparado”. Así lo dijo el Presidente Lagos en 2004 en una entrevista en la que le preguntaron por el matrimonio gay. Antes el país no había estado preparado para la democracia, tampoco lo había estado para legislar sobre el divorcio, ni para ver una entrevista a Michael Townley. En su momento tampoco lo estuvo para la educación pública, ni para la igualdad de los hijos ante la ley. El país tampoco estuvo preparado para juzgar a Pinochet sino hasta que se fue de viaje.
La izquierda chilena popularizó la expresión progresismo en el país sólo en la última década. Era un progresismo de programa de gobierno, una especie de puesta al día con la modernización brillosa de las reuniones internacionales y los tratados de libre comercio. Un aire tibio de bienestar social que le hizo sentir a muchos que la prosperidad de los índices de crecimiento se traducía en una vida algo más digna. Pero ese progresismo que se sentía deudor de los grupos de la Iglesia Católica que acogieron a las víctimas de la dictadura, era también heredero de un pasado homofóbico.
El presidente Allende se jactaba de que en su gobierno no había ni ladrones ni maricones. ¿Podía alguien militar en los partidos de izquierda y ser abiertamente homosexual? En los 70, naturalmente no. En abril de 1973 El Clarin sembraba la alarma: “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas”. En los 80 se dirá que las urgencias eran otras y en los 90 la expresión homosexual apenas se reducía a aquel sujeto anónimo para el que se diseñaba una campaña de prevención del Sida que la Iglesia permanentemente boicoteaba.
La idea de reivindicación gay en Chile ha tenido más que ver con la importación de estereotipos para el ghetto de fin de semana que con plataformas políticas de derechos civiles ampliamente respaldadas. Hubo proyectos, sí. Pero de esa clase de proyectos destinados a entrar en el coma parlamentario ¿Qué harán con nosotros compañeros? Se preguntaba Lemebel. Y la respuesta pareció ser “ignorarlos”.
En la última campaña presidencial la derecha chilena tomó una bandera que la izquierda nunca se interesó en agitar más allá de una cita fugaz en un spot de campaña. Porque la consideraba innecesaria, porque no le interesaba y porque no era parte de su propia historia. El acuerdo de unión civil sustentado por parte de la derecha es un gesto tibio de reconocimiento de una realidad, un gesto cojo, una mueca pero al menos una señal que incluso tuvo un rostro con nombre y apellido en el spot de campaña de Piñera.  En la Concertación pasaron 20 años y eso jamás sucedió. Tampoco ha sucedido ahora que el progresismo marque la diferencia y hable de igualdad, no de acuerdo sino de matrimonio. Tal vez sea que Chile, como es habitual, nunca termine de estar preparado.
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TAGS: Discriminación Diversidad

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19 de julio

excelente construcción histórica de la visibilidad política de la diversidad sexual, muy bueno el articulo y claro, aun falta mucho para que los cambios socioculturales permitan que la sociedad chilena vea a las personas homosexuales como personas que aunque tienen una orientación sexual distinta a las de los heterosexuales también tienen el derecho de casarse y ser familia, porque constitucionalmente, para ser familia, se debe estar casado, una de las grandes ataduras que ha hecho la iglesia católica y que sigue influenciando hasta el día de hoy.

cindy-iriarte

19 de julio

Buen post. Sólo me queda un sinsabor: desde que tengo memoria, el tema gay siempre se ha tocado desde una perspectiva grosera o políticamente correcta en Chile. Oir a «Don Ricky» decir que el país no estaba preparado para tales hechos, finalmente tiene el mismo resultado que las caricaturas que «Toni Sbelt» hace del mundo gay.

Con eso nos implantaron la idea de que somos hijos-ciudadanos, que teníamos y tendremos por mucho tiempo un padre que establece lo que somos, lo que queremos y lo que no. Y el matrimonio gay está dentro de los no. Porque nuestros padres políticos, en vez de apoyarnos en el aprendizaje de la diversidad, en la liberación de prejuicios y en el amor hacia otros, nos mostraron (y siguen hasta hoy), que los derechos civiles son para la mayoría, para aquellos que encajan en una bien difusa definición de «normal» y que, además, hay ciudadanos de primera y segunda categoría. Y para qué vamos a hablar de Toni…

19 de julio

¿Puede la razón explicar porque es un error que el matrimonio tradicionalmente se haya reconocido como una unión heterrosexual y monógama? ¿Qué sabemos acerca del origen de la institución? ¿Siguen vigentes las razones originales? La razón sale en nuestro auxilio cuando se intentan justificar como tradicionales prácticas como la esclavitud o la segregación racial. Sin embargo, en lo que se refiere al matrimonio monógamo y heterosexual la respuesta es más esquiva.

El punto del comentario está en comprender los límites de nuestra razón, no pecar de soberbia en un afán constructivista, darse cuenta que la tradición es fruto de un proceso evolutivo que por su propia naturaleza no puede ser diseñado. La institución del matrimonio nos llega fruto de la acción humana, no del diseño humano. La mente es un órgano que nos permite asimilar la cultura pero no diseñarla. No se puede dieñar o inventar aquello que emplea más información y conocimiento del que somos capaces de manejar.

En vez de entrar como elefante en cacharrería, tendríamos obrar como el médico ante el cuerpo del paciente en la sala de operaciones, con cuidado y cautela. Desgraciadamente, el matrimonio homosexual tiene más que ver con la lucha política diaria y mucho me temo que terminará imponiendose, independientemente de si es bueno o malo, eso nunca se discutirá.

20 de julio

Invocar la tradición para defender una manera de entender el concepto occidental de matrimonio, es el mismo resorte de aquellos que invocan la tradición para lapidar mujeres en Irán o cercernar el clítoris a mujeres africanas. «La tradición» es un discurso de poder, que se ha ido amasando por la acción humana -en eso coincido contigo- pero esa acción no está exenta de las orientaciones e influencia de grupos que la quieren orientar hacia el curso que más les conviene.

20 de julio

Tal como decía Thoreau, «la ley nunca hizo al hombre un ápice más justo, y a causa del respeto por ella, aún el hombre bien dispuesto se convierte a diario en el agente de la injusticia».

Lo que planteas denota claramente que a lo largo de la historia, muchos han tratado de estructurar y guiar las relaciones humanas mediante prejuicios y convicciones de diversa índole, ya sea religiosa, moral, racial, socioeconómica, cultural, educacional, nacionalista, e incluso genética. Eso, ha derivado en que ningún sector político ha respetado la conciencia individual, porque en su mayoría son conservadores y autoritarios, ya sea basándose en leyes materiales o en tradiciones.

En todas esas intrusiones se rompe con el espacio de autonomía del individuo, para “recomendarle” o muchas veces “indicarle” (e incluso prohibirle), qué relación y qué persona es o no correcta para sí, su felicidad, su futuro y su vida. En definitiva se rompe con su albedrío para pretender regular lo más íntimo de una persona, que son sus afectos.

El sentido común nos indica que las relaciones interpersonales y sobre todo las afectivas, son aspectos que conciernen al espacio más íntimo de los individuos, pues se construyen y constituyen bajo ese dominio, y que por tanto nadie tiene la facultad ni la capacidad de entrometerse en este espacio personal -ni el Estado, ni la religión, ni la tradición-.

20 de julio

Sólo con el fin de aportar a la estupenda columna de Oscar., el caso del que se habla sobre matrimonio interracial fue conocido en la Corte Suprema estadounidense ccmo Loving v. Virginia, 388 U.S. 1 (1967). En wikipedia puede examinarse con algún detalle y hay links al fallo completo:
http://en.wikipedia.org/wiki/Loving_v._Virginia

20 de julio

Muy buena columna!!… creo que hay que retomar la frase monolítica de que la «familia es la base de la sociedad» para volver a sostenerla de forma dinámica, aumentando su profundidad meramente católica. En fin, creer y respaldar los derechos civiles correspondientes a la condición de ciudadanos,
Y retomando a Lemebel en el mismo manifiesto mencionado, hay una pregunta en él que me suena atingente. Lemebel interroga «¿Tiene miedo de que se homosexualice la vida?» … y de eso se trata precisamente, de que todas las familias que este mundo multiamoroso y multisexual genere, puedan amarse y multiplicarse.

08 de agosto

Camilo: Un punto, el concepto o idea fuerza» La Familia es la base de la sociedad», NO ES exclusivo de la Iglesia Catolica, es anterior a esta en la tradicion Judeo Cristiana.

20 de julio

Este país no está aún preparado en muchos aspectos… no solamente en este referente al matromonio gay o una posible unión civíl entre personas del mismo sexo. Somos la tierra de la inequidad y de la intolerancia. Vivimos en una sociedad que de tanto pretender ser exitista se está olvidando de un concepto básico : La esencia de la persona humana. Nos sentimos superiores y mejores muchas veces al resto de latinoamérica: discriminamos, somos prejuiciosos, miramos por sobre el hombro y nos sentimos los más y mejor educados del continente. Sin embargo, por mucho cobre que vendamos y las arcas crezcan cada año, hay muchas desigualdades que pasamos por alto en nuestro país . Seguimos siendo los mismos provincianos con tintes beatíficos desde tiempos de la colonia. Para que muchos cambios se realicen en esta nación pasará demasiado tiempo: el suficiente y necesario para que las mentalidades de los chilenos se vayan quitando viejas estructuras, vayan entendiendo tambien que la diferencia no es un mal y que, simplemente, nos muestra la otra cara de una misma realidad.

20 de julio

Claudio, hay que tener cuidado con las generalizaciones. Una cosa es la situación objetiva como la que plantea Óscar en su excelente entrada (un grupo de ciudadanos y ciudadanas que por su orientación sexual no pueden ejercer ciertos derechos), y otra es a partir de ahí dibujar cuadros muy globales sobre nuestra sociedad. Chile es cada vez más una sociedad abierta, en ocasiones incluso más allá de lo que nuestra clase dirigente ha buscado. Decir que seguimos siendo «los mismos provincianos con tintes beatíficos desde tiempos de la colonia» anula la posibilidad de un debate serio, que permita identificar que de nuestra sociedad debemos revisar y cambiar.

p3r0n

07 de agosto

@Diario Del Puente… dudo mucho en tu visón positiva de la «sociedad chilena». Tomando en cuenta como referencia algunas estadísticas se pueden observar las incongruencias locales.

Según recuerdo hace un par de años una encuesta consagraba que el 95% de los chilenos serían homofóbicos, hecho muy contradictorio, si se toma en cuenta que mas del 10% son Gays. Por qué algunos Gays se presentaron así mismos como homofóbicos? Por miedo?

De acuerdo al censo del 2002, menos del 5% de los chilenos tendrían descendencia indígena… Quién se creyó esos resultados?

Hoy por hoy aquellos que luchan por un reconocimiento constitucional a sus tradiciones, a su derecho de pueblo originario, se le aplica la ley antiterrorista… aunque no estemos de acuerdo en los métodos, pero no hay que olvidar las masacres y razzias aplicadas a esos mismos pueblos… hay que ser ciego para no ver lo obvio?

Si llega un gringo rubio lo tratamos como a un dios y a un vecino como a una basura, a eso le llamas tolerancia, desarrollo, apertura…???

Y así podría llenar centenares de páginas en esta sección, sobre la falta requisitos en Chile para cumplir con las condiciones para tomarse en serio temas como este.

20 de julio

Me gusta tu entrada Óscar. En los ejemplos que pones creo que tienes la razón cuando alguien afirma “si es tiempo o parece que todavía no es tiempo”. Cuando Nixon dijo que ocurrirá en el año 2000, pensaba que no era tiempo cuando hablaba en 1968, pero sí en treinta años más. Es cierto, como indicas, que estos 20 años de Concertación, el tema que planteas no se tocó.

No se tocó porque el año 90 como Ministro de Educación tuve que decidir que las niñas embarazadas en un establecimiento educacional tenían el derecho a seguir estudiando en ese establecimiento y no enviarlas a un liceo vespertino nocturno como era la norma. Tal vez fue un avance muy pequeño, pero lo fue. Es cierto, en el primer gobierno de Patricio Aylwin no se planteó el tema del divorcio, lo planteamos en el segundo y salió aprobado finalmente con todas las dificultades en el tercero, en mi gobierno. Era muy difícil legislar sobre el divorcio, pero al final se pudo.

Por eso hoy estamos más cerca y cuando dije el 2004 aquella frase -que te agradezco hayas citado- en donde señalé “el país no está preparado”, era precisamente porque pensaba que el debate que iba a seguir era el que está teniendo lugar ahora, el de las uniones de hecho.

Sí, ya sé, no es todo lo que se desea, pero es cuestión de preguntar a la sociedad chilena, sobre cómo vamos evolucionando. ¿Cuántos pensaron que cuando llegara Tunick a sacar una foto a Chile iba a haber 2 mil o 3 mil personas desnudas par fotografiarse? Y recuerdo que como Presidente me alegré de ese hecho porque hablaba de un avance de las libertades en Chile. Es en ese sentido que dije que Chile no estaba preparado, pero sin duda que ahora está más preparado que antes. Lo que ocurre es que también las sociedades tienen temas que son más apremiantes que otros y la obligación de un gobernante es tratar de interpretar aquello. Me parecía más importante luchar por una ley de divorcio que frente al tema del matrimonio gay, que aparecía mucho más atrás en la agenda.

Por eso me parece tan importante lo que indicas, y creo que me das la razón. A cada idea le llega su tiempo y no me cabe duda que ésta también llegará. Son circunstancias políticas, pero si hay un grupo que ha abierto pasos a la libertad en todos los ámbitos, ha sido esta Concertación porque no tuvimos miedo de mirar atrás. No conozco otro país que tenga un Informe Valech sobre prisión política y tortura. ¡Ah, pero caramba, que tanto todavía por hacer en materia de derechos humanos!

Por eso creo que siempre hay que ver el vaso medio lleno. El año 90 estaba absolutamente vacio para el matrimonio gay, ahora está mucho más lleno gracias al avance de estos años. Es todo lo que quise indicar cuando dije que Chile no estaba preparado, pero estábamos avanzando para estar mejor preparados.

20 de julio

Notable escuchar a un político defender sus decisiones.
Hoy estamos acostumbrados a lanzar críticas por lo que NO se ha hecho.

Debo reconocer, que me hubiese gustado este «Lagos recargado» el año 2007, cuando todos esperamos que saliera antes a responder por Transantiago. Pero bueno, ese es otro tema.

Lo que Oscar plantea es atingente, pues pone en perspectiva histórica el avance -lento, pero avance al fin- de nuestras libertades y pone por delante la pregunta por los tiempos políticos y culturales de la agenda de derechos civiles.

Cada período (o gobierno) pareciera haber tenido sólo un tema de agenda de libertades por delante. Hoy pareciera que hubiese agua para más de uno, la pregunta entonces, ¿para cuáles?

Todo indica que tendremos una discusión (tal vez no una ley) sobre convivencia de parejas homosexuales. Es difícil que exista siquiera una discusión (todavía) sobre matromonio o adopción. Esas son batallas del futuro, no creo que impliquen una traición ni mucho menos, es el simple pragmatismo que conocen muy bien los líderes que prefieren avanzar lento, pero seguro.

Pero a la vez, pareciera que hay espacio también para una discusión acotada sobre Aborto Terapéutico. Me tocó estar presente cuando Lagos lo planteó en la campaña del `99 frente a estudiantes de educación media de un colegio Católico. En ese espacio su respuesta resultó natural y aceptable, pero Lavín encontró en ese tema un tema de agenda para intentar penetrar en los votantes católicos conservadores que (todavía) votaban Concertación.

Obviamente, habían otras peleas tan urgentes (y con mayor consenso) de impulsar. Resultó razonable no hacer de ese tema una decisión programática.

Entonces, yo me pregunto: ¿cuáles son los temas relativos a las libertades públicas y los derechos ciudadanos que no estamos enfrentando por pragmatismo o por el simple cálculo de que no es posible conseguir acuerdos?,

No creo que este mal que prioricemos temas de agenda. Esa es la historia de la política, lo importante es que no acallemos los debates, por muy marginales que sean… pues llegará el momento que alcancen masa crítica para convertirse en mayoría o simplemente pasen al olvido por intrascendentes.

Acepto gustoso que me digan REFORMISTA. lo siento, soy un hijo de los mejores años de la Concertación.

20 de julio

Con esa defensa, don Ricardo, es difícil criticar. ¿Cómo sabremos entonces que la velocidad de la Concertación era la adecuada?

Lo que alega Óscar Contardo es similar a lo que se podría alegar por la falta de una Reforma Tributaria de verdad, y no una mezquina, suavizada por el aumento de una Depreciación Acelerada, como usted lo hizo en su gobierno; o un royalty compensado por una diminución del Impuesto Adicional, pue parece que tampoco estábamos preparados; lo mismo que el fin del centralismo en pro de una regionalización fundada en la postergación de los pueblos; o como la necesidad de todos tener las oportunidades de ingresar a la universidad, tengamos o no los méritos que usted exigió, diciéndonos que la «excelencia» es parte del ser humano, cuando esa «excelencia» a la que se refiere ha sido parte del socioeconómico de los alumnos.

Más bien, con su argumento, usted muestra el problema de la Concertación: su demora histórica en concretar lo esencial, el ideario, el sueño que tuvimos hace más de 20 años luego de la dictadura que vivimos. La misma demora calculada por la hipocresía de poner a un democratacritiano, catalizador de un golpe de estado, como primer presidente de Chile, esperando a que el país estuviera ‘preparado’ para otros gobiernos; la misma que los llevó, en especial su gobierno, a subsidiar al sector privado llegando a un Gasto Tributario anual de unos 8 mil millones de dólares (similar al costo del terremoto de febrero). La misma…

Con todo respeto don Ricardo, la Concertación fracasó.

20 de julio

Estimado señor Lagos: Me gustó que respondiera.

Es cierto lo que usted dice. Los estándares de libertades y derechos civiles que heredó la Concertación eran similares a los de un retén de policía. Un retén en el que la fe era un sello de moralidad y en el que una banda de rock como Iron Maiden podía levantar sospechas de satanismo y transformar la figura del diablo en un asunto de debate público.”Así me gusta Chile”, el eslogan del primer gobierno sonaba más a una esperanza ingenua que a la constatación de un hecho. En esos primeros años de democracia en Chile se prohibían películas y los dirigentes de las agrupaciones gay daban entrevistas sin foto y con nombres de pila falso. Como lo haría un fugitivo de la justicia: con miedo. En esos años la policía podía allanar boliches gay con cámaras de televisión y fichar parroquianos porque sí. Eran la época del submundo, en la subterra de los subciudadanos que incluso hoy no pueden criar a sus propios hijos. Se ha avanzado en los modales, es cierto. Hay quienes se jactan del amigo gay como del accesorio de lujo. Pero el punto de fondo es el respeto y la igualdad de derechos para un grupo de chilenos que, como indica la historia, siempre será minoría, una minoría que aun vive bajo permanente sospecha. Desconozco la forma en que se auscultan las condiciones de la atmósfera política y cultural de un país y supongo que llevar adelante un gobierno debe ser un trabajo duro, complejo y con más demandas que soluciones. Pero no puedo dejar de exigirle y recordarle a las agrupaciones políticas que dicen representar las ideas progresistas y que se jactan de estar en sintonía con el mundo civilizado que hagan algo más que esperar el momento preciso, el instante adecuado, la jugada segura. Si es que realmente este asunto –la igualdad, el respeto, los derechos de hombres y mujeres, chilenas y chilenos homosexuales– les interesa.

Muchas gracias por darme la oportunidad de decir lo dicho.

06 de agosto

¿POR QUÉ VAMOS LENTO? POR ESTO MISMO, NOS ACOPLAMOS A LOS PLANTEAMIENTOS DEL AMIGO OSCAR, PARA EN SEGUIDA DEJARLO DE LADO Y CUESTIONAR LO QUE SE HIZO O NO (NO LO QUE YO NO HICE Y DEBÍ HACER)
EL DEBATE SOBRE LAS PERSONAS DE UN MISMO SEXO QUE DESEAN CONVIVIR LEGALMENTE ESTÁ ABIERTO. DESMENUSÉMOSLO, DESDE EL PRINCIPIO, UNA Y OTRA VEZ, VEAMOS LOS PORQUÉ SI Y LOS NO EN FORMA OBJETIVA (¿PODREMOS DEJAR DE LADO NUESTROS PREJUICIOS?) DEMOS A CONOCER NUESTRAS OPINIONES, A FAVOR O EN CONTRA, SIN RETÓRICA, HASTA QUE LA AUTORIDAD, QUE EN DEFINITIVA DECIDE, HAGA OIR SU VOZ.
UN SALUDO FRATERNO A OSCAR, PRESIDENTE Y CADA UNO DE LOS PARTICIPANTES

08 de agosto

Don Ricardo: Yo espero que sean muchos años mas……, el progreso no se mide en cuan parecidos somos a los paises del norte de europa, sino en cuanto de nuestra poblacion supera la pobreza, ¿ o no?

20 de julio

Soy divorciado y manifiesto mucho respeto por las parejas homosexuales, sin embargo el tema corre el riesgo de politizarse cuando en este preciso momento el matrimonio heterosexual a perdido la fuerza que tenía en la antigüedad. Mi ex esposa y amiga manifiesta no tener ninguna intención en volver a casarse, yo creo que tampoco lo volveré a hacer. Nos casamos por que estaba enamorado, es la costumbre, razones sociales, morales y legales.
Después de esa experiencia yo creo que prefiero convivir con mi nueva pareja, sin embargo no existe la forma de convivir y que exista un marco legal que proteja la convivencia.
Sería algo extraordinario si el debate convergiera hacia las uniones de hecho en general, incluidas las heterosexuales, homosexuales y lésbicas. Creo que sería la mejor solución, pues no tiene sentido dar solución sólo al matrimonio homosexual, cuando hay heterosexuales y lesbianas que actualmente mantienen sus relaciones de pareja, en algunos casos con hijos, sin ninguna protección legal, en cuanto parejas y en cuanto hijos, respecto de herencias y derechos que debería proporcionar el matrimonio. Excelente entrada.
Saludos
Elías

20 de julio

No refuerza el matrimonio la igualdad matrimonial? Yo no entender.

20 de julio

Estimado Iñigo, ocurre que en la actualidad y cada vez más, las parejas heterosexuales ya no se casan, prefieren convivir, lo que hace que sus relaciones queden en la indefensión.
Saludos

20 de julio

Quizás sería mejor eliminar el matrimonio civil, y hacer uniones civiles para todos… pero si ese es el caso, no resultaría más fácil hacer neutro el lenguaje del contrato matrimonial y permitir que todxs puedan casarse si así lo desean?

Por otra parte, es evidente que se necesita reconocimiento de vínculos de parentesco no-tradicionales (parejas de hecho hetero- u homosexuales, amigxs cercanos, convivientes, familia extensa); en Francia existe el Pacto civil de solidaridad, podría ser algo así.

20 de julio

Hola Oscar.
Super bien. Sólo dos observaciones.

(1) En EEUU, el matrimonio entre personas del mismo sexo se politiza recién a mediados de los noventa. Fue en 1996 que Bill Clinton impulsó el discriminatorio DoMA (Defense of Marriage Act) que no permite reconocimiento federal a uniones del mismo sexo. Esto como parte de la estrategia demócrata para reconquistar el «centro» político que se derechiza con la Revolución Conservadora de 1994. En este caso, al igual que en Chile durante los veinte años y contando de cogobierno con la derecha, la homofobia se usa para ganar votos.

(2) En tu post veo una tensión muy productiva entre el mito del progreso ineludible (parte inevitable de la narrativa de derechos civiles) y la realidad, que ejemplificas muy bien con la cita que incluyes de Lemebel. Me incomoda la narrativa del progreso, tal como a ti, porque se utiliza para justificar la desidia, el desinterés y lo acomodaticio que resulta el cortejo permanente de la Concerta a ese segmento que prefiere ignorar excepto a la hora de la franja electoral.

Pero lo que en verdad me parece increíble es cómo el Presi Lagos se cuelga de esta noción de progreso para finalmente justificar su inacción, pero prometernos que mañana será distinto, para vendernos la idea de que después de la Revolución todos seremos iguales. Pero que hasta entonces, olvídese de cualquier política que pueda darnos un ápice de ciudadanía.

(A todo esto el Presi Lagos debiera recordar que discriminación y uniones civiles sí fueron tema durante su gobierno. Que el 10 de julio del 2003 se introdujo en el Congreso un proyecto de ley, de Fomento de la no discriminación y contrato de unión civil entre personas del mismo sexo, que fue patrocinado por sus correligionarios, Accorsi y cía… y durmió en el olvido y fue archivado el año pasado. Contando los proyectos que fueron introducidos antes, tuvo amplia oportunidad de hacer algo al respecto.)

Finalmente, cuando alguien dice «Chile no estaba preparado entonces,» ¿qué quiere decir exactamente, quién es el sujeto de la oración? ¿Quién no estaba preparado? ¿Nosotrxs, que tenemos que seguir viviendo en la precariedad absoluta y tragarnos la discriminación brutal a diario? ¿O los políticos con cero voluntad política, que permiten que esta realidad continúe?

20 de julio

Iñigo, sé que este es un tema fundamental para un grupo importante de chilenos y chilenas, y para todos nosotros como país porque nos permitirá avanzar hacia una sociedad más abierta y tolerante. Pero tal como comenté anteriormente, cuando uno es Presidente debe priorizar los temas que aborda. El tiempo no permite asumir todos los desafíos.

En el caso de que ese proyecto presentado por el diputado Accorsi y otros hubiera encontrado mayor respaldo en el parlamento, no te quepa duda que desde mi gobierno lo hubiéramos apoyado. Pero no fue así. Quizá porque por aquellos días estábamos dando la pelea por aprobar el AUGE o el Royalty, que ocupaban mucho tiempo de mi gestión para asegurarme que los tiempos legislativos fueran los adecuados para sacar adelante ambas iniciativas.

A eso me refiero cuando indico que Chile no estaba preparado. Habían otras urgencias que atender, debates que se percibían más presentes y que representaban anhelos más latentes de nuestro país. Por cierto, ello no restaba importancia al debate sobre los derechos civiles de los y las homosexuales, un debate que fortalece nuestra democracia.

20 de julio

Presidente Lagos, yo no creo en el argumento de los «tiempos políticos.» La política se hace, no se espera. En un sistema presidencial, como es el chileno, el peso del Ejecutivo se siente con fuerza. Una palabra de aliento, un consejo público hubieran ayudado a cambiar el clima político. Los temas se instalan; eso usted lo sabe porque supo hacerlo muy bien en su gobierno.

Una vez que pienso en ese éxito, me asaltan las dudas. Recuerdo como me dejó helado su silencio inexplicable ante la injusticia de la que fue víctima Karen Atala cuando le quitaron a sus hijas; injuriada, lapidada por atreverse a vivir y amar otramente. Que un poder del Estado no comente las decisiones de otro, no quita el que el Ejecutivo hubiese podido introducir legislación que produjera un cambio cultural efectivo.

La pregunta entonces es esta: ¿Es la excusa de la falta de tiempo aceptable para quienes el reconocimiento otorgado por las leyes de la república puede establecer las condiciones de una vida verdaderamente vivible? ¿Es suficiente esa excusa para Ximena Sotomayor, ciudadana trans torturada y asesinada a sangre fría por un grupo de hombres en Valparaíso en el 2004? ¿Explica la incapacidad de pasar una ley de fomento contra la discriminación, incluso cuando estos asesinatos han dejado más que claro que la sociedad chilena condona la violencia en contra del Otro: no-hombre, no-heterosexual, no-ABC1, no-«blanco»?

¿Ante el AUGE o el pseudo-impuesto a las mineras, son estos temas «meramente culturales» (como quizás interrogaría la filósofa feminista Judith Butler)? ¿Es la vivida vivible un lujo del que la «minoría» puede prescindir?

No, lo de los tiempos políticos no es una excusa aceptable. No lo es para quienes sólo deseamos poder gozar de nuestros derechos ciudadanos, y vivir tranquilxs con nuestras familias sabiendo que el Estado nos defenderá del prejuicio y la ignorancia. Tampoco lo es para nuestros pueblos originarios, que todavía esperan la verdadera implementación del Convenio OIT 169. Ni lo es para los chilenos que hemos esperado por años el derecho a voto que nos corresponde por ciudadanía. Ni lo es para las mujeres de Chile, quienes todavía no cuentan con ciudadanía plena, en un sistema político que discrimina activamente en contra de ellas.

cindy-iriarte

21 de julio

Me sumo a tus palabras, Iñigo. En relación con Don Ricardo, sin desconocer los méritos de su gestión, me parece que no debería ser argumento la priorización de otros (AUGE o Rayalty). A mí me parece que la maquinaria política y legislativa es más que suficiente como para, en el peor de los casos, comenzar el debate sobre el tema. Y esa es la gran deuda de la Concertación, deuda que ahora muta a esperanza: «Chile no estaba preparado», pero en 4 años más ¿sí?

08 de agosto

Iñigo: Cuando las libertades de grupos colicionan , prevalece en justicia la libertad de la mayoria, y la minoria es eso MINORIA, la precariedad de las relaciones de las parejas de hecho se debe a su naturaleza «LIBRE», no quieren ( LOS QUE PUEDEN) casarce legalmente….no quieren ataduras, para que entonces imponer algo que no desean?

20 de julio

Me quedó dando vueltas la idea de que dos hombres vayan a casarse, aunque la ley lo prohíba, tal y como blancos y negros lo hicieron en Estados Unidos en su tiempo. ¿Dónde operaría el filtro acá? Seguramente el asunto llegaría hasta la primera oficina del registro civil, en donde se piden los documentos. Entonces el funcionario diría que “falta un papel”, o que “así no se llena el formulario”. ¿Y si se hiciera diez veces? ¿Cien veces? En algún momento llegaría el jefe de local, y tendría que desalojarlos. ¿Por qué motivo? ¿Y si se arrienda un local de ceremonias para la mentada unión civil, y el notario lee unos pasajes del código civil, y todos los invitados lucen vestidos de ocasión, y todo se sella con un beso?
Cuando el Derecho norma un rito supone que el rito pasa a pertenecerle. Pero lo cierto es que casi todos los ritos, matrimonio incluido, son anteriores al Derecho, y es este el que se adapta a sus variaciones, y no al revés. Alguna vez, no hace muchos años, le escuché decir a un senador socialista que Chile “no estaba preparado” para terminar con el servicio militar obligatorio. No fue la ley la que nos “preparó” para aquello. Fue la pura fuerza e inercia de lo cotidiano.

20 de julio

¿Son los homosexuales menos libres porque a su unión no se la denomine matrimonio? Yo estimo que no, son uniones de naturaleza diferente. ¿Es un ciclista menos libre porque se le prohiba circular por la autopista? Claro que no, en el momento que cambie la bicicleta por un auto podrá circular por la autopista. ¿Significa eso que los homosexuales y las uniones no tienen derechos? Por supuesto que no. Por ejemplo, todo lo concerniente al tema patrimonial debería quedar resuelto. No sólo para los homesexuales, sino para otro tipo de relaciones. Imaginemos dos amigas heterosexuales que deciden vivir juntas toda la vida y una cae enferma y termina falleciendo. Si hubiesen sido hombre y mujer y hubiesen estado casados el tema patrimonial es sumamente claro. Al ser su unión de otro tipo se encuentran indefensas.

¿Por qué es entonces que se persigue la equiparación al llamar matrimonio a la unión homosexual? Porque lo que se busca va más allá de dar salida a un tema patrimonial, se persigue que el resto de la sociedad sancione positivamente su unión. Afortunadamente, nadie, sea heterosexual u homosexual, tiene el derecho a que el resto apruebe su modo de vida.

20 de julio

A medida que el Estado puede quitarnos nuestros hijos, y cualquiera discriminar en contra de nosotrxs porque se lo dijo el cura de la esquina, sí.

cindy-iriarte

21 de julio

«¿Es un ciclista menos libre porque se le prohiba circular por la autopista? Claro que no, en el momento que cambie la bicicleta por un auto podrá circular por la autopista.» Me queda claro, las autopistas son a las altas velocidades así como el matrimonio es a los heterosexuales. Cuando se nos ocurra cambiar nuestra conducta gay, podremos optar al matrimonio, institución de cuatro ruedas de mayor nivel.
No estoy de acuerdo. Los derechos civiles DEBEN ser iguales para TOD@S.

21 de julio

@Iñigo,

¿Puedes elaborar en eso de que «el Estado puede quitarnos nuestros hijos, y cualquiera discriminar en contra de nosotrxs porque se lo dijo el cura de la esquina»?

21 de julio

lea mi respuesta a Ricardo Lagos más arriba : )

22 de julio

Iñigo,

El caso que mencionas en tu respuesta a Lagos es realmente complejo y muestra las diferentes aristas del tema. La naturaleza de una relación homosexual es que no se puede tener descendencia, eso es un hecho biológico irrefutable. Acá nos encontramos en un escenario donde chocan tres elementos distintos: el hecho biológico, nuestro intelecto y las prácticas culturales evolutivas.

Desde una perspectiva biológica, un hijo es el resultado de una relación heterosexual. Nuestra razón puede argumentar que una unión homosexual es equivalente a un matrimonio. La tradición nos muestra que en Occidente sólo se considera matrimonio a la unión monógama y heterosexual. Decantarnos por una opción u otra no hace que la tensión desaparezca. Ojalá las tres concepciones convergieran, pero no es así. El tema no tiene una respuesta clara y definitiva a no ser que se sea un posivista, y yo no lo soy porque opino que es un error intelectual.

22 de julio

Claramente no es el caso. Lo invito a informarse antes de opinar. El resto es puro trolling ideológico.

22 de julio

Creo que el doble de Rothbard desbarra, pues no estamos discutiendo la evolución histórica del matrimonio sino que quién tiene la potestad de reconocer una unión como tal.

Y desbarra aún más al apelar a la cuestión biológica como variable sine qua non del matrimonio, lo que claramente eso es un error. ¿Cuál es el criterio biológico? Me pregunto ¿Las personas estériles tampoco pueden ser padres?

Las personas estériles sí pueden ser padres, incluso muchas veces son ejemplares. El argumento biológico es tan simplón, que hace confundir el mero hecho de concebir con el ser padre. Cosas muy distintas.

Es más, desde el punto de vista económico, el matrimonio –o mejor dicho la familia como la entendemos hoy- no surgen con el propósito de fomentar la procreación sino con el objeto de controlarla, debido a que el factor tierra se hizo escaso con el aumento de la población y los costos de los descendientes adicionales se hicieron más elevados que las ventajas que implicaba su presencia.

22 de julio

@Jorge,

Siguiendo la argumentación de Hans-Hermann Hoppe que mencionas sobre el origen de la familia, ¿por qué es que en ésta juega un rol central el matrimonio heterosexual y monógamo? ¿por qué es que no se ha optado por una definición más amplia que incluya el matrimonio homosexual? Achacarlo a que es tradicionalismo pasado de moda, pura intolerancia, persecución religiosa, doble estándar, etc. es utilizar una cortina de humo y no enfrentar el centro de la cuestión. No discutir la evolución histórica del matrimonio me parece un error puesto que las instituciones esenciales para la coordinación del orden social no son fruto del diseño, sino de la acción humana.

La ubicuidad en todo tiempo y lugar de la homosexualidad es paralela a la del matrimonio heterosexual y monógamo. Nuestro lenguaje está lejos de ser neutral, es por ello que creo que se debería mantener el uso del término matrimonio en su significado actual y emplear otro para las uniones de carácter homosexual. No lo hago movido por sentimientos homofóbicos como una crítica facilona daría entender, sino del desconocimiento nuestro acerca de todos los hechos particulares relevantes que llevaron a la implantación de una determinada práctica cultural.

La sexualidad se ha politizado con la finalidad de asaltar el poder. Este asunto pertenece al ámbito privado de decisión de los individuos, y los socilistas de uno y otro lado se entromenten en él otorgandose «la potestad de reconocer una unión como tal».

22 de julio

Doble de Rothbard, en realidad mi argumento también plantea que hay cosas que no son diseñadas ni planificadas.

Tanto el matrimonio como las relaciones homosexuales no han sido creadas, y no responden a un diseño, sino que se han manifestado por siglos de diversas forma. Han cambiado en el tiempo. El matrimonio no siempre fue monógamo, ni tampoco era libre entre los esposos, menos aún establecía igualdad entre éstos; o en Grecia la homosexualidad no era tan castigada.

Tampoco «el matrimonio» estaba bajo control de algún credo o del Estado, simplemente existía. Luego, algunos credos monopolizaron su control estableciendo criterios para legitimarlos e incluso indicando cómo debería ser el trato entre los contratantes…el Estado reemplazo ese monopolio manteniendo ese dominio.

Como veras, las prácticas culturales cambian, se eliminan algunas y otras se vuelven más aceptadas…Es más, aún cuando comenzáramos a llamar matrimonio a la unión legal entre dos personas del mismo sexo, veo difícil que el matrimonio entre hombre y mujer desaparezca o deje ser lo que es.

En este sentido, tu argumento parece reducirse a una cuestión semántica basada en ciertos juicios de valor.

22 de julio

Jorge,

La politización de la sexualidad va varios pasos por delante las prácticas culturales, fomentando la infantilización de la sociedad. A mí lo que me llama la atención es que los autoproclamados voceros de los colectivos gay no denuncien la intromisión del Estado en una esfera únicamente privada, sino todo lo contrario.

Afirmar que se desconocen «los hechos particulares relevantes que llevaron a la implantación de una determinada práctica cultural» no es una mera «cuestión semántica basada en ciertos juicios de valor.» Las prácticas culturales aparecen y desaparecen y nuestra razón sólo tiene una limitada comprensión de por que ello es así.

22 de julio

Doble de Murray, creo que desvías el foco de la discusión.

En primer lugar, la politización de la sexualidad siempre ha existido por parte de diversos sectores que buscan ejercer control sobre los individuos y sus conciencias a través de ésta.

Así, diversos sectores han tratado de establecer qué relaciones son válidas para dios, naturales, más eficientes económicamente, más acordes con la «patria», el «pueblo», la «raza», con la fe, etc.

¿Qué es eso de la infantilización de la sociedad? Me extraña que apeles a una entelequia (sociedad) para argumentar.

22 de julio

Jorge,

No desvío el foco de la discusión, se lo ignora para poder entrar cual elefante en una cacharrería.

Respecto a sociedad, lea individuo, orden social, Gran Sociedad, Sociedad Abierta o lo que estime oportuno. Usted y yo sabemos de lo que estamos hablando.

Del hecho que la sexualidad siempre haya estado politizada en un grado u otro no se desprende que sea lo correcto.

Sobre la infantilización, ésta hace referencia al caramelo envenenado que es la transferencia de responsabilidades de los individuos al poder estatal, desarmandole poco a poco la capacidad de elegir su propio camino a cambio de un falso espejismo de seguridad y certidumbre. El matrimonio gay es un eslabon más en esa cadena que incluye «demandas sociales» como educación y sanidad estatal y un sin fin de deseos que por arte de magia se convierten en derechos.

“Podría argumentarse que los ciudadanos han llegado a esperar pan y circo de sus políticos. Si sus políticos no ofrecen tales cosas, elegirán a otros políticos en su lugar. En vista de estas perspectivas, hay pocos políticos dispuestos a negarse a ofrecer pan y circo. Después de todo, ¿no es más agradable cumplir que rechazar los deseos de su electorado? Es mucho más satisfactorio dar que rechazar, especialmente si no es necesario contar con el coste de la dádiva. ¿A quién no le gustaría desempeñar el papel de Santa Claus? Cuando un ciudadano particular no puede o no quiere rechazar estos deseos, sin embargo, es él quien debe soportar el coste de sus acciones. Los políticos, no obstante, actúan por todo el electorado. Su locura es nuestra locura.”
James Buchanan

22 de julio

@Iñigo,

«Claramente no es el caso. Lo invito a informarse antes de opinar. El resto es puro trolling ideológico.»

Se instala en la autoridad, descalifica al que piensa diferente y cierra el dialogo con una invitación a informarse. Después no se queje si recibe igual trato.

22 de julio

Siento herir su sensibilidad, pero por lo general no me gusta discutir con gente que lanzar opiniones al voleo sin asumir plena responsabilidad por lo que dice.

22 de julio

@Esteban Paiva,

«Me queda claro, las autopistas son a las altas velocidades así como el matrimonio es a los heterosexuales. Cuando se nos ocurra cambiar nuestra conducta gay, podremos optar al matrimonio, institución de cuatro ruedas de mayor nivel.
No estoy de acuerdo. Los derechos civiles DEBEN ser iguales para TOD@S.»

Creo que hace una lectura incorrecta. Se lo planteo de nuevo. A un automovilista le prohiben el acceso a un parque, sólo puede entrar si va en bicicleta. De ahí no se desprende que los parques sean la opción ecológica gay. Planteo que se trata de dos categorías diferentes, no una mejor que otra.

cindy-iriarte

27 de julio

Murray, ese es justamente el problema… el matrimonio como una institución civil para determinada categoría social. Cuando cualquiera de estas «categorías» tiene acceso restringido a un derecho civil, entonces existe la «discriminación legal». Ese es el punto que se discute aquí.
Al margen de la concepción biológica del matrimonio (que me parece una generalización aberrante) me parece que es posible, razonable e igualitario que el modelo civil de familia se extienda hacia el resto de las «categorías» que tu mencionas.

22 de julio

@Iñigo,

«Siento herir su sensibilidad, pero por lo general no me gusta discutir con gente que lanzar opiniones al voleo sin asumir plena responsabilidad por lo que dice.»

Utilizo mi anonimato para evitar que insultos gratuitos sean asociados con mi nombre. Aunque el foro está moderado, ya he vivido experiencias desagradables en otros sitios igualmente moderados. Usted en cambio lo aprovecha para no continuar con el intercambio de ideas.

22 de julio

Lo siento mucho.

22 de julio

Doble de Murray, nadie dice que la politización es buena, todo lo contrario, es nefasta para la libertad individual de los sujetos, más aún su libertad afectiva.

En todo esto hay un dilema libertario si podemos llamarlo así.

1) Por un lado tenemos la posibilidad de fomentar un mayor respeto a la libertad individual al decir: sí, su unión es legítima y es tan válida en términos legales como cualquiera otra o su unión les concierne sólo a ustedes. No obstante, eso implica un costo, ceder ante el monopolio estatal para que éste acepte como legal tal unión, reconociéndola de la misma forma que reconoce el matrimonio.

2) Tenemos la posibilidad de rechazar tal reconocimiento, colocándonos del lado de los conservadores, que no sólo plantean eso, sino también la prohibición de éstas uniones o su tipificación como enfermedades.

Si queremos ser realmente consecuentes, tampoco deberíamos fomentar el matrimonio al amparo de ninguna organización, menos aún bonos por años de matrimonio. El amor debería ser totalmente libre.

22 de julio

Jorge,

El «dilema libertario» surge de nuestra incapacidad de generar consensos centrados en nuestras ideas. La alianzas estratégicas con otros grupos son frecuentemente una calamidad. Tenemos a favor que la libertad es el bien moral más alto, en contra la dificultad de explicar una realidad carente de diseño. A diferencia del Perú, nosotros nacimos jodidos.

22 de julio

Creo que los últimos posteos se han desviado de lo medular planteado por el excelente articulo de Oscar Contardo.

Como consecuencia de la campaña del NO de 1988 y la conquista de la democracia en 1990 muchos pensamos inocentemente que con ello vendría en nuestro país un destape cultural que permitiría en un plazo prudente avanzar en la igualdad de derechos civiles para gays y lesbianas, pero no fue así, el ambiente en los noventa siguió siendo casi igual al de la época de la dictadura.

Recuerdo en 1992 haber ido a la disco” Divine” de Valparaíso (la que después desaparecería producto de un incendio que provoco la muerte de más de una decena de personas ) de pronto entra carabineros a inspeccionar el local , encienden luces , quita las cedulas de identidad a quienes ahí estábamos, nos coloca en circulo diciendo a viva voz nuestros apellidos en un ambiente cargado de prepotencia, yo pensaba entonces… ¡¡¡ esta es la democracia por la cual luchamos……..!!!!

Es cierto que desde entonces se han logrado algunos avances que han estado más bien dado por un cambio de mentalidad (en especial en la nuevas generaciones donde abundan conductas más flexibles hacia su propia sexualidad…bi…heteros curiosos, tribus urbanas, etc.) debido a la globalización, la penetración de los Tics, cambios sociales, que por cambios legales de parte del Estado de Chile. Ni siquiera se ha aprobado por parte del Congreso la ley contra la Discriminación la cual duerme hace 5 años en nuestro parlamento… Es verdad que en los tiempos actuales las conductas de muchas autoridades civiles o uniformadas suele ser menos discriminatorias que en el pasado y en ello ha colaborado la acción de educación realizada por organizaciones como el Movilh.

Concuerdo plenamente con la idea planteada por el articulista respecto que : “La idea de reivindicación gay en Chile ha tenido más que ver con la importación de estereotipos para el ghetto de fin de semana que con plataformas políticas de derechos civiles ampliamente respaldadas.” Han surgido algunos barrios de carrete “gay friendly” en algunas ciudades pero eso no es suficiente, se requieren cambios en el ámbito de lo LEGAL más aun en una sociedad como la nuestra donde lo que es legal se asocia a lo que es correcto.

Me parece positivo que el ex Presidente Lagos haya querido dar sus puntos de vista respecto de lo que no se hizo durante los últimos 20 años en materia de derechos civiles o explicar que las prioridades eran otras…y como reconoce que ha flexibilizado su forma de pensar …finalmente para mí lo más increíble ha sido reconocer como senadores de la Coalición por el Cambio han colocado nuevamente en el debate tímidas reformas como el AVC y no los ex presidentes Lagos o Bachelet a quienes yo consideraba mas “progresistas” en estos temas que personas de derecha…. ufff….como suele ocurrir en nuestro país los cambios legales vendrán por un efecto imitación de lo que se realiza en otros países y para ello el ejemplo argentino puede convertirse en un paradigma.

27 de julio

Oscar:
Muchas gracias por tu excelente columna y el nutrido (aunque a veces egocéntrico) debate que generó. Creo fielmente en la autocrítica dura como forma de revisarnos, como individuos , como agrupación y como sociedad. Sin duda, este no es el único tema pendiente de la Concertación.
Sobre el particular, sólo una reflexión. Creo que no aporta a un análisis preciso confundir falta de voluntad (que sin duda existe en ambos lados) con falta de posibilidades. La constatación de una realidad con un juicio de valor. A veces, para tomar el rey hay que sacrificar la reina. Quizás convenga perder el partido de ajederez y botar el rey para causar un impacto en otro nivel, Creo que no existe una respuesta «correcta» a esa interrogante. Humildemente respeto tanto la estrategia de retroceder para avanzar como la de los que destrozamos nuestras gargantas frente realidades como la que describes. Remamos hacia el mismo lado.

28 de julio

Estimado Oscar, en general me parecio acertado el comentario ! pero al igual que la Concertacion usted comete el mismo error ningunear, el inmenso y permanente trabajo realizado por las organizaciones de minorias sexuales. ? o acaso usted cree¿ que la denuncia de las violaciones a los derechos humanos por orientacion Sexual, y la consecuente demanda de igualdad. Surgio espontaneamente por obra y gracia de algun iluminado medio de Comunicacion o un audaz politico de la Izquierda, o un preclaro » intelectual Progresista » no estimado, es fruto del trabajo de un pequeño grupo de Homosexuales y Lesbianas quienes entre otras cosas fuimos los primeros en señalar, la indefension en que estan las parejas de Hecho en Chile, un tema puesto en la mesa de discusion publica por ese Movimiento Social que usted invisibiliza en su analisis.
Rolando Jimenez
Presidente Movilh

28 de julio

Estimado Ex presidente, quisiera señalar que esta profundamente equivocado. Cuando señala que hoy es posible avanzar en la discusion y derechos de las minorias Sexuales gracias a la Concertacion, ! en 20 años esta coalicion no reconocio ni un solo derecho, no implemento una sola politica Publica, que paliara aunque fuera en parte las graves vulneraciones a nuestros derechos. Lo que si podemos reconocer es que un pequeño grupo de Parlamentarios y no solo del ala progresista de la concertacion, fue coherente con su discurso democratico. tan cierto es que los Gobiernos de la concertacion no tuvieron coraje politico para abordar la discriminacion social,cultural y legal que afecta a los Gays, es que en el ultimo gobierno de esta agrupacion es decir en el Gobierno de Michel Bachelet. Un estudio de la D.O.S. señalo que no habia una sola politica publica que beneficiara a las Minorias Sexuales. Esta Señor Lagos es la cruda realidad y los cambios culturales que hoy cursan la realidad nacional, son producto de la intensa,Pedagogica y sistematica movilizacion y visibilizacion de la poblacion de minorias sexuales y de sus organizaciones.
Rolando Jimenez Presidente Movilh

10 de agosto

Cual es el fin de tener matrimonios de personas del mismo sexo, si legislando sobre las uniones de hecho obtienen los mismos derechos (todos los tipos de parejas), tengo familiares gay y nunca han pensado casarse con su pareja solo para decir estoy casado, si, piden protección legal para sus parejas y eso lo daría una legislación sobre uniones de hecho.

cindy-iriarte

11 de agosto

Tengo la impresión de que el concepto de matrimonio puede fortalecer el desarrollo de familias homoparentales, mientras que la unión civil sólo se queda en la resolución de aspectos patrimoniales (que alguien me corrija si estoy errado). Mi postura es el matrimonio universal (que ya me carga el apellido «gay» en ese concepto) y no sólo para «decir que estás casado» sino para otorgar la posibilidad de crear una familia y adoptar, a estas parejas del mismo sexo. También para disminuir los altos niveles de discriminación chilensis.
Que tus amigos no piensen en matrimonio, no significa que el resto no lo haga.

Augusto

05 de noviembre

Esto es solo pantalla de los gobiernos por que temas como «la Pensión» no son puestos en la mesa cuanta gente muere sin cobrarla, ni su familia por desconocimiento o los enfermos de VIH u otras enfermedades graves, tiene que estar la gente en la tumba o pagar un «abogado» para desembolsar un dinero que la persona ahorro durante su vida; a donde para ese dinero? en manos de quien? por que están en la bolsa generando intereses sobre el ahorro de otros y nos les alcanza?… matrimonio gay les vale un chorizo a los gobiernos; son solo cortinas de humo, como otros temas para que la gente no se pregunte lo que debe preguntarse y luchar por sus derechos. aun seguimos esclavizados manteniendo a una clase política que nos desangran. otro es la salud pagas para que? tener acceso? ni una pastilla te dan entonces por que pagas mensual de tu salario? a donde va ese dinero?.. eso si importa tener respuestas y que se acabe. si una persona ahorra ese dinero no solo manda a su hijo a las mejores universidades sino que puede marcar diferencia en su mejor vivir.

flo

25 de abril

TLas

flo

25 de abril

Como dijo alguien hace mas de dos mil años «dad al cesar lo que es del cesar y a dios lo que es de dios.»

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