Nos referimos a la situación actual de las Juntas de Vecinos de Nuñoa -pero queremos hablar también de las Juntas de Vecinos por todo Chile-. Para qué dudarlo: en Ñuñoa están pasando cosas con el empoderamiento ciudadano en las organizaciones de base, en consonancia con un proceso que recorre las instituciones de la República. La democracia representativa, importante e irreemplazable en su nivel, ve cómo las fuerzas sociales de una democracia participativa -con dinámicas de democracia directa- crecen y se multiplican. La convivencia ciudadana lo necesita; los problemas (y los sueños) concretos de los barrios no los comprende ni resuelve el poder central; la ética política y la demanda de justicia lo imponen.
Para hablar de lo particular de Ñuñoa necesitamos hablar de un contexto. Tres ejes conforman esta reflexión. Primero, las organizaciones sociales de base, representadas aquí por las Juntas de Vecinos, que existen en todas las comunas de Chile. Ellas constituyen una de las formas de asamblea ciudadana que toca inmediatamente el barrio, la convivencia y el sentimiento cotidiano. Eso que en tiempos utópicos algunos identificaron como el “pueblo”.Pero hablamos aquí de la democracia chilena en las bases. Hablamos de las JJVV, de las Uniones Comunales. Pues bien, en esta área de las instituciones también el poder judicial está significando el recurso a tribunales autónomos de las presiones de los intereses económicos y políticos.
Segundo, la legitimidad de las instituciones políticas. A su manera, las JJVV no escapan de la crisis de legitimidad que afecta hoy más altas formas de organización institucional de la República: el Congreso, los partidos, los gremios y elites empresariales. Si acá la colusión de empresarios y políticos significa que estas elites gobiernan para sí mismas, para sus intereses particulares -básicamente el lucro, la riqueza fácil, amparando por todos lados el abuso, sin respeto alguno por el bien común-, entre las JJVV se sufre del clientelismo, el apernamiento de los dirigentes, y de una dificultad para sostener con fuerza y transparencia la democracia horizontal de base.
Tercero, el poder judicial chileno. En la última década, con el descrédito de las promesas y la probidad del poder ejecutivo, y la ya referida colusión del poder legislativo con los grandes grupos económicos -donde SQM, Penta, Cabal y Corpesca son apenas la punta del iceberg-, la única instancia institucional mayor del Estado que ha demostrado independencia y capacidad de actuaciones eficaces es el poder judicial. Ahí tenemos a los fiscales de “alta complejidad”. Ayer mismo la Presidenta envía al Senado un nombre que implica la continuidad de la persecución a los actos de corrupción: Jorge Abott.
Los tribunales se han convertido en el lugar donde es posible que los abusados puedan reclamar contra los abusadores y deshacer esos abusos. En el ámbito de los conflictos ambientales esto es tan cierto que Pascua Lama está detenido solamente por un fallo judicial.
Pero hablamos aquí de la democracia chilena en las bases. Hablamos de las JJVV, de las Uniones Comunales. Pues bien, en esta área de las instituciones también el poder judicial está significando el recurso a tribunales autónomos de las presiones de los intereses económicos y políticos. Si los Alcaldes y caudillos locales, asociados a poderes económicos como las grandes inmobiliarias, pretenden manipular a su gusto las JJVV -por ejemplo, inventando nóminas de asistentes a las asambleas y los modos de designación de las comisiones electorales, manipulando los registros de socios y votantes en las elecciones (para obtener falsos quórums legales)-, existe en Chile el Tribunal Calificador de Elecciones con juridicción nacional, un brazo del poder judicial que sanciona la legalidad y legitimidad de todos los procesos electorales de JJVV -en verdad, sobre cualquier proceso de elección popular de autoridades en Chile (pasó con las últimas elecciones de la FECH)-.
En la comuna de Ñuñoa esta realidad institucional acaba de convertirse en hecho de la causa: el Tribunal Calificador de Elecciones, precisamente en la causa Rol Nº 54-2015, en el mes de septiembre, ha resuelto a favor de la demanda de un grupo de vecinos de la JV Nº15 para declarar nulo y viciado un proceso de elecciones que ponía en el cargo de presidente y directores a partidarios del ex alcalde Sabat. En el considerando Nº8 del dictamen se lee: «la manipulación de los registros, constituye un vicio de la mayor gravedad, toda vez que conduce a la distorsión de la totalidad del proceso electoral y la incertidumbre de la veracidad de los resultados, los que se traduce en la ilegitimidad de los dirigentes electos».
El TCE ha decretado que se deben realizar nuevas elecciones y que mantendrá la supervigilancia sobre este nuevo proceso. Resulta extremadamente importante el carácter de autoridad intermedia que la sentencia del Tribunal otorga a los dirigentes vecinales elegidos por voto popular. En esta calidad, el TCE señala que la elección de estas autoridades se encuentra sometida a las mismas normas de legalidad, publicidad y certeza, y a los principios jurídicos de universalidad, información y transparencia que las demás autoridades chilenas de elección popular como los parlamentarios y el presidente de la República-.
Así, un dirigente vecinal elegido en un proceso ilegítimo está bajo normas semejantes a las de un diputado que ha incumplido las normas electorales. La JV Nº15 de Ñuñoa tendrá nuevas elecciones democráticas con la participación activa de sus vecinos y vecinas, supervisadas por tribunales autónomos. Una excelente noticia para todas las JJVV de Chile.
Comentarios
18 de octubre
Las JJVV reproducen los vicios del sistema político de democracia representariva por que están insertas en un modelo de gestión en el cual las decisiones finales las toma la oligarquía política del sistema por lo que la mayoría de la gente pierde motivación a participar y un puñado de inescrupulosos – alentados por la necesidad del sistema de mantener un escenario de apariencia democrática- saca provecho personal manteniendo asociaciones corruptas con el poder político. La democracia ciudadana sólo será posible cuando sus acuerdo tengan carácter vinculante.
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19 de octubre
estimado Marco,
como dices, las JJVV reproducen los vicios y formas de corrupción de la institucionalidad política de niveles más generales
esta columna intenta destacar precisamente uno de esos procesos que tú pides en la dirección de una
democracia ciudadana –que aquí llamamos democracia participativa con dinámicas de vinculación de decisiones directas–
De todas maneras, como dices, la renovación de dirigentes vecinales es tan importante hoy como la renovación a nivel de diputados y senadores (no debería haber reelecciones indefinidas sino limitadas, ¿te parece?
Saludos