¿A quién realmente beneficia este no-cambio de horario? Es obvio: a las empresas. A las eléctricas y mineras, sobre todo.
No a las personas. Porque por más optimistas que sean los que dicen que les gusta la idea de salir de sus trabajos con luz de día, el hecho es que para levantarse por las mañanas de invierno tendremos que hacer un esfuerzo monumental por el frío (entre el horario de 05:00 a 08:00 am, se registran las temperaturas más bajas en invierno) y porque estará a oscuras hasta casi las 9 de la mañana en gran parte de Chile.Algo no suena bien en esta medida, porque se asemeja bastante al mismo descriterio que nos hizo mantener los cambios de horario durante décadas, que trastornó a millones de chilenos con la pasividad absoluta de los gobiernos.
El razonamiento detrás de esta medida es que las personas gastan menos energía eléctrica por la mañana (la mayoría nos levantamos, nos vestimos y salimos de nuestras casas sin siquiera desayunar ocupando menos de una hora en prepararnos), por lo cual se nos obligará a levantarnos a oscuras, a enfrentar las calles a oscuras, y a comenzar la jornada a oscuras, para que en la tarde lleguemos agotados a nuestras casas, apenas prendamos la luz para comer algo, y nos vayamos a dormir rápido. Pero cuidado: no se está tocando las condiciones en que pagamos esa electricidad. Recordemos que tenemos tarifa de verano y tarifa de invierno: las compañías eléctricas fijan la tarifa de invierno a partir del consumo promedio de verano, lo llaman sobreconsumo y cobran mas caro. O sea, seguiremos cada vez pagando más por una electricidad que apenas vamos a usar, porque es la forma como solventamos el derroche descomunal que hacen empresas y que hacen instituciones gubernamentales. Lo dijo el propio ministro de Energía, Máximo Pacheco «El año 60 (cuando se inició el cambio de hora) teníamos una realidad diferente, una matriz energética diferente, consumidores muy diferentes (…) hoy no se altera el consumo de la minería, de las industrias por un cambio de horario». ¿Cuánto pagan realmente por esa energía las mineras y las industrias? Exacto, menos que ud y yo. Si es que pagan. Creo que son dos de 44 empresas mineras las que algo pagan, el resto no pagan impuesto al combustibles, no pagan agua ni luz eléctrica, ellos no pagan por el producto, el producto vendido o por el servicio sino que por el material por lo que pagan mucho menos. Y un largo etc.
Y ni siquiera vale la pena mencionar que tendremos dos horas de adelanto permanentemente a la hora que realmente nos correspondería. Con lo cual ¿para qué esforzarse en enseñar a los niños los husos horarios? Vamos a tener la misma hora que Buenos Aires, pero lo raro es que la Isla de Pascua va a tener la misma hora que Buenos Aires.
Que todos estábamos hartos del cambio de hora es un hecho. Pero no solo por las incomodidades (yo no logro todavía ajustarme al horario de verano, nunca lo he conseguido, lo siento) sino porque era una mentira. Las empresas eléctricas ganaban unos cuantos millones, a costa de todos los demás que «ahorrábamos» con este cambio apenas $5.00. Lo insultante del asunto era que durante décadas se nos quiso hacer crer lo contrario, que estábamos equivocados, que había ahorro, los matinales pasaban una semana con psicólogos enseñándonos a acostumbrarnos al desfase horario. Ahora, se nos quiere hacer creer que el no haber hecho un último cambio, que es de horario de verano a invierno (el que más se acerca al movimiento del sol en nuestra posición geográfica, algo que debería ser lo que importa a animales diurnos como nosotros) y haber dejado el de invierno como definitivo (que era el que menos conflicto provocaba a la mayoría de los chilenos), es en nuestro beneficio. Según lo señalado por el Ministerio de Energía, la agenda energética del Gobierno busca reducir en un 20 por ciento el actual consumo de aquí a 2025. Obviamente a costa de la mayoría de los ciudadanos, no de las empresas que no pagan nada. Ojo, cuidado con lo que significará para las jornadas laborales, porque muchos piensan que será magnífico salir con luz de día de sus trabajos, pero no están pensando que en realidad la jornada laboral será más pesada porque los días se sentirán más largos.
Ebenezer Scrooge, el viejo avaro de Cuento de Navidad de Dickens, decía una palabra cada vez que alguien comentaba algo desatinado o que no tiene sentido: «paparrucha». Algo no suena bien en esta medida, porque se asemeja bastante al mismo descriterio que nos hizo mantener los cambios de horario durante décadas, que trastornó a millones de chilenos con la pasividad absoluta de los gobiernos, que estaban más preocupados por las empresas y cómo hacerlas ahorrar todavía más a costa de nuestra salud mental y física. El mismo argumento para mantener el horario de verano todo el año. Paparrucha.
Comentarios