Ha cambiado Chile y el mundo desde que partió Elquintopoder. En estos cinco años la mutación ha continuado de manera exponencial y no hay capa de la sociedad que no se haya derrumbado en un efecto dominó. Las estructuras sólidas y añosas tienden a quebrarse con los temblores en un proceso claramente biológico y lo que significan hoy las redes sociales son un cataclismo. Es la caída de un cometa. Sólo los que se abran a los cambios al final sobrevivirán. Charly García decía que cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada y eso hoy pareciese ser una profecía, una anticipación. Qué duda cabe que Charly fue atravesado por espíritus o como decía Platón por un daimón que te llamaba y guiaba el destino.
Las comunicaciones no han estado libres de este cambio. Ante el advenimiento de las redes sociales el share -o suma de rating- ha descendido en los medios tradicionales y la información tiene miles de canales diversos. Lo mismo ocurre con la manera en que se presenta la publicidad en la vida de este mercado que no ha mutado a la velocidad que los tiempos exigen. Al menos la inversión en digital no ha crecido a la altura, quizás por la resistencia al cambio que todavía prevalece.No hay que asustarse, como suele suceder cuando hay cambios reales en un país tan ultraconservador como éste. Es una oportunidad tremenda para todos los participantes de lo que llamamos República o Nación. Es cambiar con la gente que está hiperconectada incluso desde los estratos más bajos, asunto que los asustados y cómodos con el estatus actual se niegan a reconocer.
Lo cierto es que pasamos de un proceso unidireccional –yo te digo que lo que debes ver- a un proceso bidireccional. Es decir, las marcas deben ahora relacionarse con sus antes “consumidores” hoy “ciudadanos”. Los políticos deben conversar o al menos abrir canales de comunicación con sus “votantes” o “adherentes” ya que están al descubierto. Ya no es un mensaje al “pueblo”. Es una conversación con el “pueblo”. El “pueblo” más informado que nunca en la historia del ser humano.
Así las marcas también deben mutar a tener un rol social más activo. Se acabó la Teletón cada dos años. Ahora la Teletón es siempre. Te voy a preferir en cuánto colaboras con la sociedad y lo demuestras. Cuánto O2 le devuelves al mundo por todo el CO2 que despides al mundo. Los consumidores, hoy ciudadanos, van a preferir las marcas por cómo se comportan. En este viaje tiembla el mundo de “los embajadores de marcas” y debiésemos pasar a los “conectores de sentido”. Hoy las marcas utilizan a una elite que se vuelve antipática mostrando lo bien que lo pasan y lo privilegiados que son en un país con privilegios para muy pocos. Lo cierto es que si la corte de Luis XVI y María Antonieta hubiese tenido redes sociales y mostrara sus fiestas y bacanales la revolución no hubiese sido en 1.789 sino varios años antes. Y quizás más violenta aún. Por eso hace sentido lo que descubre la reciente encuesta sobre publicidad que hizo la Universidad Diego Portales. Sólo un 25% de la gente aprecia lo que ve. Eso quiere decir que hay un 75% que no. Y eso a su vez dice que se está botando el dinero invertido en campañas a chorros.
Antes fueron los “aspiracionales”. Los que consumían marcas para acceder a otro estatus. Hoy son las “aspiraciones”. Vivir en un mundo menos absurdo y más equilibrado. La vida armónica se ha vuelto lo importante. Al fin.
Lo mismo está pasando con los políticos, qué duda cabe: mientras más desconectados menos validez tendrá su mandato porque menos gente votará si no mutan hacia el Nuevo Mundo. Menos gozando de privilegios que el 90% del país no tiene. Entonces habrá que nuevamente mutar a “conectores de sentido”. Es decir, si vas a buscar gente que comunique lo que haces que tenga un sentido, una colaboración, un aporte, que cumpla con aquello que dice. No es casualidad que el principal viral del año 2.014 en el mundo tenga un solo nombre: Pepe Mujica. Hay una ética y moral sujeta a revisión diaria.
No hay que asustarse, como suele suceder cuando hay cambios reales en un país tan ultraconservador como éste. Es una oportunidad tremenda para todos los participantes de lo que llamamos República o Nación. Es cambiar con la gente que está hiperconectada incluso desde los estratos más bajos, asunto que los asustados y cómodos con el estatus actual se niegan a reconocer.
No es terrible. Como dijo Clay Shirky –uno de los principales teóricos de la nueva era- sólo se trata de colaborar, compartir, conversar. En el acuerdo sobre la realidad ganarán los que dicen la verdad, y perderán los que intenten mentir. Es simple. Es biológico. Es lo normal para el siglo XXI que avanza. Sólo los que estén abiertos al cambio sobrevivirán. Porque Charly no se equivocó. El cometa cayó. Hay dinosaurios en la cama y es mejor no estar atado a nada. En especial a verdades anquilosadas que pesan lo que un Titanic. Atentos al iceberg.
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