El origen histórico de esta oposición debe buscarse en un hecho fortuito, la ubicación geográfica de los delegados con diferentes orientaciones doctrinales en la asamblea nacional de agosto-septiembre de 1789 en Francia a comienzos de la Revolución. Mientras los diputados partidarios del veto real (en su mayoría pertenecientes a la aristocracia o al clero) se agruparon a la Derecha del presidente (posición ligada al hábito de ubicar allí los lugares de honor), quienes se oponían a este veto se ubicaron a la Izquierda autoproclamándose como «patriotas».
Desde ese hecho histórico que terminó por encasillar hasta la actualidad las posturas políticas, han transcurridos más de 220 años y sigue vigente a la hora de definir supuestas posturas que en su mayoría nada tienen que ver con lo que dio origen a este encasillamiento.
Chile hoy comienza a debatir ideas y sueños que son más transversales de lo que parecen, y a la hora de votar esa oferta también los electores han comenzado a fijar la atención en quien podría hacerlo mejor más allá de parámetros arcaicos.
La elección de ayer es una clara señal de ello, el triunfo de Piñera no define a nuestro país como un País de Derecha, así como el Triunfo de Guillier no nos definiría como un país de Izquierda, esa forma de mirar y definir triunfos electorales ha llevado a errores propios de una clase política que no madura. Quien votó por Piñera no es un Facho lame botas y quien votó por Guillier no tiene una conciencia moral superior por anclar discursos sesenteros olvidando una realidad que hoy es muy distinta a esa época.
Chile hoy comienza a debatir ideas y sueños que son más transversales de lo que parecen, y a la hora de votar esa oferta también los electores han comenzado a fijar la atención en quién podría hacerlo mejor más allá de parámetros arcaicos. Chile no es un ni será nunca un país de Derecha bajo la definición que desde hace 220 años se ha impuesto, Chile es hoy un país que se abre a reformas implementadas desde el diálogo, reformas que no aparezcan como la imposición de un progresismo que parece obedecer a una moda más que a un proyecto de país. Muchas de las reformas implementadas por el Gobierno de la Presidenta Bachelet van en sintonía con lo que el país quiere, pero bajo ningún prisma estas deben ser impuesta bajo la consigna de que el que grita más fuerte gana.
Las elecciones 2017 deben analizarse en su contexto global la primera y segunda vuelta juntas dieron mensajes claros. ¡Sí! a las reformas que apuntan hacia un Chile más justo ese fue el principal mensaje del 19 de Noviembre, mientras este 17 de diciembre al parecer una gran mayoría dijo “…pero hagámoslo bien”. En resumen ni derechas ni izquierdas bajo concepciones de otros siglos tienen hoy cabida en un sociedad que comienza a definirse entre sus libertades individuales y las colectivas, Chile se debate hoy un entre el modernismo social y romanticismo de parámetros que tuvieron relativo éxito en otras épocas. Estas elecciones no las Ganó Piñera, ni las perdió Guillier, quien pretenda quedarse en ese análisis no tiene idea cuanto ha cambiado Chile.
Comentarios
19 de diciembre
El artículo me recordó un volante de las presidenciales de 1970, siendo yo estudiante. El slogan era inofensivo: «HAGA BIEN LOS CAMBIOS, CON ALESSANDRI». ¿Cuáles cambios? Esa parte del mensaje quedaba en la nebulosa. Eran tiempos de cambios, y lo que se deseaba comunicar era que la derecha de entonces no se oponía a los cambios, pero, era la que podía hacerlos bien.
Lo mismo nos dice hoy C. Pareja: » ¡Sí! a las reformas que apuntan hacia un Chile más justo ese fue el principal mensaje del 19 de Noviembre, mientras este 17 de diciembre al parecer una gran mayoría dijo “…pero hagámoslo bien”. (Con Piñera…???)
Curiosa similitud.
Ganó esta elección el 1% dueño de Chile, que la derecha política representa. Ganaron los que desean profundizar el proyecto pinochetista de sociedad, poniendo a un multimillonario en la presidencia de la República. ¿Para qué? Para seguir reservándose la mejor salud, la mejor educación, las mejores jubilaciones, las mejores casas, los mejores trabajos, las mejores vacaciones, en fin, la mejor vida.
Lo penoso, para quienes tenemos conciencia de ello por cierto, es que lograron que sectores populares mayoritariamente los apoyaran, votando el 17 de diciembre en contra de sus propios intereses.
Derechas e izquierdas, amigo Pareja, refiere a proyectos diferentes de sociedad. Esto no se puede ocultar tras nubes de palabras, como usted intenta hacerlo.
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