“Asamblea Constituyente” tiene hoy la misma connotación que “votar no”, ambos son publicitados por los medios conservadores y por sus voceros, como llamados al caos, no de la Unión Soviética de antaño, sino de la revolución chavista. Eso sólo prospera en la ignorancia del ciudadano desinformado y no en el que conoce que es una constitución, una ley y un derecho.
Durante la recuperación de la democracia, hubo un movimiento nacional que comenzó un trabajo informativo de educación cívica para educar al ciudadano en el proceso de votación en el plebiscito.
Organizaciones como el Comité por las elecciones libres (CEL) encabezado por Sergio Molina; el Comité de Partidos Políticos por las elecciones libres (COPPEL) de Andres Zaldivar; y el Comité de Izquierda por las Elecciones Libres (CIEL) dirigido por el ex presidente Ricardo Lagos iniciaron la difusión del requerimiento de elecciones para Chile. A ellos se sumaron iglesias, movimientos, colectivos, ONGs y muchos anónimos voluntarios, que tomaron la tarea de educar a la población, para evitar el temor que significaba ir a las urnas, en un proceso que esperaba ser: libre, informado y secreto.
En la actualidad el llamado a terminar con la Constitución de 1980 y proceder a elaborar una nueva carta fundamental por medio de una Asamblea Constituyente, nos ha develado una realidad que ya era denunciado por el “Informe Internacional de Educacional Civica y Formación Ciudadana ICCS 2009”, esto es que se ha producido, como en otras áreas de la educación, un retroceso en conocimiento por parte de la población en materias de civilidad. Así, conceptos como elección, derechos civiles, derechos humanos, sistemas electorales o jerarquía de la ley, no son comprendidos o son mal interpretados por el chileno promedio.
El deterioro en el conocimiento ciudadano no sólo se funda en los 17 años de dictadura que imposibilitaron la educación cívica, sino en la jibarización posterior que se redujo la participación democrática al derecho a voto.
Hoy, sin embargo, con el apogeo de las redes sociales en Internet y los movimientos ciudadanos, ha incrementado el conocimiento en una parte de la población, que sin embargo, no alcanza para potenciar cambios más profundos en el sistema democrático. Es difícil explicar la necesidad del cambio constitucional para estructurar un modelo social acorde con los requerimientos modernos de participación, justicia y solidaridad que siente la población, pero, que en su gran mayoría no contextualiza en conceptos como “Nueva Constitucion”, “Sistema Binominal” o “Asamblea Constituyente”.
Por ejemplo, un pequeño agricultor, conoce la importancia del agua en su producción, y sabe que no puede utilizar el río que pasa cerca de su chacra porque no es “dueño” del agua. Pero desconoce que los derechos que ostenta la empresa propietaria se sustentan en leyes que se supedita a un marco constitucional, y que modificando ese nudo crítico, podría regar sus cultivos sin temor. Lo mismo sucede con el pensionado, el enfermo crítico o el deudor Corfo, los que tal vez desconocen que su problema de jubilación, salud o endeudamiento tiene un correlato legal, y que su modificación pasa por algo mas que una reforma, sino por una cambio estructural.
“Asamblea Constituyente” tiene hoy la misma connotación que “votar no”, ambos son publicitados por los medios conservadores y por sus voceros, como llamados al caos, no de la Unión Soviética de antaño, sino de la revolución chavista. Eso sólo prospera en la ignorancia del ciudadano desinformado y no en el que conoce que es una constitución, una ley y un derecho.
La vía pedagógica es un proceso lento, pero logrará dos objetivos: el primero, terminar con las caricaturas o las campañas del terror que los medios de comunicación y las autoridades propician; y un segundo mas relevante, empoderar a todos los ciudadanos en su rol de constituyente.
Por eso, cada uno de los voluntarios formales o informales de los movimientos que apoyan a la Asamblea Constituyente, deben no sólo asumir el rol de difundir las campañas pro-nueva constitución, sino transformarse en un educador social.
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