Frase de un ministro de Hacienda: “Los ahorros fiscales siguen siendo cuantiosos, sería difícil encontrar una economía en el planeta, probablemente 2 o 3 de las economías petroleras del Golfo y quizás Noruega con sus grandes depósitos de energía, que enfrente este año y los que vienen desde una mayor fortaleza fiscal”.
Por sanidad mental, necesitamos conocer con cuanto dinero cuenta Chile para, solo así, entender la discusión. Cualquier proyecto cuenta con un piso en dinero, nuestro país no ha sido serio en esta materia. Tanto el gobierno como la oposición y los medios no se han sincerado. Un diario afirma que Chile cuenta con US$ 40.000 millones. El gobierno pasado dijo tener US$ 32.000 millones de ahorro para invertir y que ahora le tocaba al pueblo disfrutar con parte de esos US$ 28.000 millones. Alguien se pavoneó de no haber tocado nada de esos US$ 25.000 millones, no obstante se formaron comisiones para invertir esos US$ 20.000 millones, porque el país corre un riesgo social de no tocar esos US$ 18.000 millones. Hasta que un panelista nos advierte los riesgos de gastar esos US$ 10.000 millones. Definitivamente, la información es abusivamente confusa.
El Dalai Lama decía: ”El día que tú desees lo que tienes, empezó el cambio”. Queda demostrada la urgencia que tenemos para cambiar el alma de este país. Hay insatisfacción con esta conducción de la economía. Días atrás un ministro sentencia: “Chile está bien pertrechado de ahorros y reservas”. Extrañamente la bonanza no la vimos en el salitre, no la vemos en el cobre. ¿Por qué la veremos con el oro (Pascua Lama) y el litio?
Todo hace pensar que el opulento Estado se enriquece gracias a los inéditos ingresos del cobre, US$ 34.000 millones. Nosotros, los del sufrido pueblo, nos empobrecemos cada vez más dentro de la cultura del despelote junto a la ideología de la corrupción. 2011: “Chile tiene un colchón de ahorro que bordea los US$ 157.000 millones”.
Esperanzado escucho una proclama: “Estamos tomando todas las medidas necesarias para solucionar a la brevedad las molestias que está sufriendo día a día nuestro postergado pueblo…Esta es una grabación. Estamos tomando todas las medidas…”
No hay intención ni capacidad de traspasar la bonanza al pueblo, se escucha decir al gobierno que todavía hay que ser más austeros. La inequidad es un caldo de cultivo para alzar la delincuencia y la corrupción, consecuentemente la inestabilidad social, lo que nos hace dudar del derecho de propiedad y la solidez de las instituciones.
Ha llegado la hora de hacer un ferviente llamado a terminar con el ultraje, la injusticia social y el trabajo precario, atropello a la ética y dignidad del trabajo humano. Urge una mejor distribución del ingreso. Cada vez hay más intolerancia a la fragilidad cotidiana, y no pocos están perdiendo la paciencia en este ambiente de provocación social que, según todos los estudios es de los más severos del planeta, en un país que literalmente no sabe que hacer con nuestro dinero, pues a falta de destreza y capacidad de conducción, lo que sobra es dinero.
Frase de un ministro de Hacienda: “Los ahorros fiscales siguen siendo cuantiosos, sería difícil encontrar una economía en el planeta, probablemente 2 o 3 de las economías petroleras del Golfo y quizás Noruega con sus grandes depósitos de energía, que enfrente este año y los que vienen desde una mayor fortaleza fiscal”.
La inequidad, ya no resiste estudios, es tema de los estudios, todas las autoridades que pasan siguen haciendo estudios. Mas parece que con eficiente astucia han manipulado la economía para generar empleo en base a estudiar el tema. Hoy, no cabe duda, hay autoridades que adolecen de “disonancia cognitiva”. Tienen una convicción y no son congruentes con ella. Piensan esto y hacen aquello, ¿o estoy equivocado y no adolecen de nada, sanitos hacen lo que realmente piensan? Si es así sonamos todos.
Aplaudo la propuesta de aquel senador que dijo “Chile debiera aprovechar parte de estos “ahorros” para emprender un gran “Plan Marshall”.
¡Esto ya no tiene nombre!
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Fotografía: Wikimedia Commons
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