Parte del problema se explica por la falta de visión estratégica y de eficiencia, del sistema público y de quienes asumen, de manera unilateral, la toma de decisiones en la “producción de la ciudad”. Esto muchas veces se traduce en el despilfarro de oportunidades que podrían haber cambiado el destino de Valparaíso, o por lo menos, enmendado su rumbo.
Este martes 3 de julio daremos a conocer los resultados de “Valparaíso Cómo Vamos”, un estudio independiente y participativo que permite medir y analizar las problemáticas endémicas de Valparaíso, una de las ciudades más bellas y singulares del país, pero que ocupa el puesto número 55 en el ranking de ciudades y calidad de vida elaborado por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Seguramente, muchos lectores se resistirán a creer que nuestra ciudad tiene uno de los peores índices de calidad de vida del país, a pesar de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad, y de contener al Congreso Nacional y a uno de los principales puertos de Chile. Alguien podría no compartir todos los criterios de evaluación que utiliza el mencionado ranking de la Universidad Católica, pero sin lugar a dudas, estamos ante una señal que sería una desinteligencia no ponderar.
Reconstruir toda la cadena de eventos políticos y sociales que explican la condición degradada de la llamada “perla del Pacífico” escapa a las posibilidades de esta columna. Sin embargo, parte del problema se explica por la falta de visión estratégica y de eficiencia, del sistema público y de quienes asumen, de manera unilateral, la toma de decisiones en la “producción de la ciudad”. Esto muchas veces se traduce en el despilfarro de oportunidades que podrían haber cambiado el destino de Valparaíso, o por lo menos, enmendado su rumbo.
El 2 de julio del año 2003, por ejemplo, el casco histórico la ciudad de Valparaíso fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ello podría haber constituido una interesante oportunidad para el desarrollo integral de la ciudad. De hecho, este reconocimiento propició el arribo de recursos frescos -en gran parte del Banco Interamericano de Desarrollo- que se utilizaron para financiar el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV). Sin embargo, los 73 millones de dólares invertidos por esta vía entre el 2006 y 2012, no han tenido el impacto esperado en la recuperación de los valores patrimoniales de la ciudad, ni han logrado paliar la pobreza de la comuna, porque el resultado directo sobre el desarrollo económico y urbano ha sido marginal.
El PRDUV ha significado fuertes inversiones en entornos patrimoniales de la comuna. De hecho, solo en el 2011 se destinaron 1.800 millones de pesos en el Barrio Financiero, Cerro Concepción y Cerro Alegre. Mientras que en Plaza Justicia, Cerro Cordillera y Cerro Toro, la inversión fue de 1.400 millones. El mejoramiento de los accesos para estos sectores y la recuperación de algunos inmuebles, sin duda, se agradecen. Pero la situación general de vivienda y habitabilidad, de infraestructura urbana, de calidad de los servicios, de seguridad, e incluso de las prestaciones para los turistas, es francamente deficiente. En pocas palabras: los 73 millones de dólares invertidos no se notan.
Más allá de las cifras, es evidente que lo que podría haber sido una gran oportunidad no se aprovechó realmente, porque no se cumplieron los objetivos del PRDUV, ni las promesas de sus promotores y responsables, de crear planes y programas de ámbito local que gatillaran un verdadero despegue socio-económico de la ciudad en su conjunto. De hecho, la compra de los diez ascensores privados de Valparaíso, concretada por el Gobierno Regional recientemente, es una señal clara de que las autoridades locales no han gestionado los recursos disponibles desde el 2006, desde un modelo estratégico. Tomando en cuenta el valor cultural y para el transporte de estos ascensores, y el hecho de que algunos de ellos se encuentran en la zona declarada Patrimonio de la Humanidad, no se comprende por qué esta compra se produce nueve años después de la declaratoria y tiene que ser financiada con recursos adicionales, en circunstancias de que el valor de la transacción -4 millones de dólares- habría significado gastar apenas un 5% del presupuesto del PRDUV. Además, esta compra se produce cuando el programa ya no cuenta con recursos y cuando se cumplen dos años de retraso en su implementación.
Y mientras tanto, Valparaíso sigue siendo una de las comunas pobres de Chile, con un 22% de su población viviendo bajo la línea de la pobreza. A esto se suma el hecho de que nuestra comuna tiene todavía 62 campamentos, lo que la convierte en la comuna con más asentamientos precarios en todo el país. Además, la urbe tiene solo un 0,52 metros cuadrados de área verde por habitante, muy por debajo de los 9 metros cuadrados que recomienda la OMS. Por otro lado, los índices de desigualdad de la comuna siguen siendo preocupantes. Mientras el 10% más pobre gana apenas 150 mil pesos, el 10% más rico de la comuna percibe, en promedio, más de 4 millones. Y esta desigualdad se reproduce también en la educación: el 71,4% de los egresados de colegios municipales de Valparaíso no alcanza los 450 ptos en la PSU.
Como Cooperativa Territorio Sur, sostenemos que uno de los caminos para salir de esta situación de estancamiento, es promoviendo que la ciudadanía se involucre en el monitoreo de las políticas públicas y en la toma de decisiones. Por ello, nos hemos comprometido con el desarrollo de este programa de monitoreo ciudadano que llamamos “Valparaíso Cómo Vamos”, cuyos resultados serán presentados en la primera cuenta pública ciudadana a realizarse este 3 de julio. Puede que “Valparaíso Cómo Vamos” sea un ejercicio incipiente de participación vinculante, o que aspire a serlo. Sin embargo, partimos desde una base sólida: los 120 indicadores que hemos construido, para comenzar a medir y evaluar, año tras año, cuanto avanzamos o dejamos de avanzar en las diferentes áreas de nuestro desarrollo.
* Entrada escrita por Patricia Beltrán, Directora de “Valparaíso Cómo Vamos”, Cooperativa Territorio Sur.
Comentarios