La comuna de Independencia está en pleno proceso de aprobación de la propuesta de Nuevo Plano Regulador Comunal. Nosotros como red ciudadana Mejor Independencia, hemos venido desarrollando una campaña de recolección de firmas en ferias y espacios públicos, así como también de manera virtual, que acompañen 5 propuestas, que queremos presentar el próximo 12 de mayo, donde vence el plazo para recibir observaciones.
Básicamente, las propuestas están referidas a proteger barrios residenciales consolidados, en donde, como hemos dicho, sus habitantes han relevados estructuras sociales y culturales significativas, que merecen ser rescatados y valorados en su verdadera dimensión; trascendiendo su condición de meras estructuras materiales para dar cuenta de significados sociales que merecen ser cautelados.
Sin embargo, todo este proceso en curso, contiene también aspectos y dimensiones que superan nuestra realidad comunal de Independencia.
Uno de los principales argumentos esgrimidos por las autoridades, para solicitar a la comunidad la adhesión al nuevo plano regulador, es que con el plano regulador vigente, cualquier ente en general y las inmobiliarias en particular, cuentan con absoluta licencia y discrecionalidad para acometer cualquier tipo de proyecto de edificación. Lo que efectivamente es así, y en ese sentido el proyecto propuesto constituye un avance.
Sin embargo, la política del mal menor resulta insuficiente y chata. Esta debiera ser una oportunidad para poder pensar y proyectar la comuna que queremos entre todos, de manera integral y coherente, integrando las zonificaciones y los usos del suelo con otros instrumentos de planificación comunal, como los PLADECOS, por ejemplo. De lo contrario, los procesos de planificación de planos reguladores quedarán solo sujetos a lógicas comerciales del valor del uso de suelo, como fuente de nuevos financiamientos, tal cual los argumentos parapetados en la reciente aprobación del Plano Regulador Metropolitano, relegando la mirada de ciudad o comuna según sea el caso.
Esta misma política del mal menor es la implementada en muchos de los procesos de aprobación de los planos reguladores comunales, en lo que respecta a la participación ciudadana. Se cumple solo con la formalidad mínima de procesos de participación, sin motivar o estimular procesos reales de participación y apropiamiento ciudadano; existiendo la alternativa de metodologías fidedignas para ser usadas o implementadas; como por ejemplo, experiencias exitosas de participación y de extensa literatura, a nivel de presupuestos municipales participativos.
La reciente aprobación de la Ley de Participación Ciudadana, puede ser una oportunidad también para impulsar procesos reales de participación y no solo sean simulaciones de ella. Pero también, esa misma ley, puede convertirse en otra instancia más de entramado legal, que sirva solo para justificar procesos desprovistos de real participación.
Para que eso no suceda es necesario, por una parte, convicciones y voluntades reales de las autoridades pertinentes para seguir el espíritu de la legislación; y por otra, una ciudadanía activa y organizada para fiscalizar, presionar, promover y difundir su real y efectivo cumplimiento.
* Carola Rivero es dirigenta social y vocera de Mejor Independencia. Puedes escuchar el podcast que grabamos con Carola y ver el video en el que te invita a adherir a la carta.
Comentarios
10 de mayo
Así es efectivamente. Mucha faramalla, pero la final todo se reduce al negocio. Independencia es una e las pocas comunas de la RM, donde se podría conciliar lo patrimonial , con la renovación. Como en las grandes ciudades: Buenos Aires, Madrid, etc.Ojalá esto movimientos ciudadanos vayan logrando hacer conciencia y pasar a la acción. Echo de menos, la presencia de profesionales: arquitectos urbanistas, etc, que considere y apoyen estas demandas.
Saludos
0