Chile es un país con un gran talento humano, pero hay que potenciarlo y reinsertarlo adecuadamente para transitar hacia el desarrollo al año 2030. Por eso, es tan importante mejorar las políticas públicas relacionadas a los posgrados e idiomas que impactan directamente sobre la matriz productiva del país.
Al 2030 queremos que Chile sea un país en el que los motores del desarrollo sean los técnicos y profesionales que aportarán para construir un modelo más inclusivo, amigable con el medio ambiente y que derrotará la pobreza y las desigualdades que hoy aún persisten.
Uno de los muchos pilares del desarrollo debe ser lograr avances significativos en ciencia, tecnología, cultura, medio ambiente, deporte, diversidad, temas sociales y las artes; a través de nuestro talento humano: los profesionales y técnicos. Con un elemento común, la innovación como herramienta esencial para generar cambios disruptivos en la sociedad.
En este sentido, no es coincidencia que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) esté tan pendiente de Chile y haya publicado recientemente un informe sobre “mejores políticas”, con recomendaciones al modelo que estamos implementando en áreas como el emprendimiento y su entorno, la legislación de incentivo a la Investigación & Desarrollo en el sector privado y la reinserción de investigadores altamente calificados que potencien y apoyen el desarrollo de nuestros sectores estratégicos (o clusters).
Nuestro país es un referente regional en muchos temas, como superación de la pobreza, voluntariado, cooperación internacional, solidez económica; y es por eso que Chile tiene una tremenda oportunidad para dar un salto con todos aquellos técnicos y profesionales que se han ido perfeccionando y especializándose en todas las áreas del saber, para ser los que logren dar el salto cualitativo y cuantitativo para ser un país más inclusivo.
Tenemos que llegar a ser un país bilingüe al 2030, para poder comunicarnos con el mundo de forma integrada, no sólo desde ciertos sectores políticos o económicos (además del bajo ranking Mundial y Regional –Estudio EPI 2014-); sino también desde la sociedad civil, las municipalidades, líderes locales, pueblos indígenas, emprendedores y tantos otros actores que hoy deberían aportar en la generación de empleos, movilidad social e integración global.
Al 2030 queremos que Chile sea un país en el que los motores del desarrollo sean los técnicos y profesionales que aportarán para construir un modelo más inclusivo, amigable con el medio ambiente y que derrotará la pobreza y las desigualdades que hoy aún persisten. A fin de cuentas, ser un país donde se pueda vivir en paz social.
Comentarios
20 de septiembre
Excelente columna sobre nuestro desafío con los Profesionales y Técnicos como Fundación!
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