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¡No al centralismo! Gobiernos regionales elegidos por voto popular

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El excesivo centralismo que presenta nuestro país hace que la relación entre Santiago y las regiones sea paternalista. Y cuando hay un padre ausente, el hijo sufre carencias de todo tipo. Esta situación de “notable abandono de deberes” es insostenible. Movimientos sociales en Magallanes, Aysén, Calama, Arica y otras zonas del país reclaman mayor poder y atribuciones para que las regiones puedan decidir sobre las condiciones que impactan en la calidad de vida de sus habitantes.

La actual estructura de la administración del Estado de Chile, altamente centralista y centralizada, no da para más. Propongo, entonces, que seamos proactivos y nos movilicemos para exigir gobiernos regionales autónomos, con real capacidad de autogestión e autonomía del gobierno central.

Esta demanda se sustenta en dos motivaciones fundamentales:

1) El sistema centralizado ha demostrado no comprender las necesidades de cada región y, por lo tanto, ha sido incapaz de entregar soluciones estructurales. La única forma de resolver problemas es sabiendo identificar las carencias y nadie es mejor para este propósito que aquel que adolece de dichas carencias. Además, la larga geografía de nuestro país hace que la omnipresencia del gobierno central sea una utopía.

2) El centralismo está desperdiciando el enorme potencial regional. Grandes urbes y territorios a lo largo de todo Chile están hoy bajo la sombra de una capital monopólica en términos económicos y de calidad de vida, obligando a muchas personas a migrar a Santiago en búsqueda de oportunidades. Si cada región es autónoma, podrá fomentar su propio desarrollo y logrará ofrecer más alternativas a sus habitantes.

El Estado de Chile debe velar por el desarrollo integral de cada una de sus regiones. Hoy ese rol no se cumple cabalmente. Las intendencias son cajas de resonancia de las políticas definidas desde La Moneda y sus ministerios. Terminemos con esto permitiendo que cada región escoja en forma democrática a través del voto popular a las autoridades que dirigen sus destinos.

Porque Santiago no es Chile, firmemos esta petición y proyectemos nuestro país desde la diversidad social, económica y cultural de sus regiones.