Lo sucedido esta semana en Ventanas es el reflejo de cómo muchas de las empresas chilenas se relacionan con las comunidades cercanas o impactadas por sus operaciones, la cristalización de una estrategia comunicacional (que no se entiende como diálogo) sin sustancia, y sin duda, un guiño a los horrores de nuestra legislación en materia ambiental y planificación urbana.
De manera cada vez más sistemática, las empresas han establecido modelos de relación con las comunidades cercanas a sus operaciones (también con el resto de sus grupos de interés). Razones existen muchas. Aquí detallo 4 que me parecen claves: gestión del riesgo, licencia social para operar, creación de capital reputacional y compensación (o mitigación/reparación dependiendo básicamente de los “compromisos” adquiridos en sus estudios o declaraciones de impacto ambiental).
Gran parte de las prácticas en las que se basan estos modelos (casi académicos puesto que en rigor casi nunca se aplican pues no existen herramientas), responden a iniciativas de corte social/filantrópicos (foco en educación en el mejor de los casos) o emprendimiento productivo (casi nada en negocios inclusivos).
En ese marco y a raíz de lo sucedido la semana pasada en Ventanas, cabe preguntarse ¿qué representa –este caso en particular-, en el futuro de los modelos de relacionamiento comunitario de las empresas en Chile? ¿Está Codelco u otra empresa dispuesta a asumir el traslado de otras comunidades cercanas a sus operaciones? ¿Se pueden contagiar las mineras privadas con esta tendencia? Mi conclusión es que todo dependerá de los costos.
Si para la industria el traslado de las comunidades impactadas representa un costo marginal (o sostenible para el negocio), para seguir operando (y contaminando como en el caso de Ventanas, gracias a un sistema que puede llegar a ser perverso), la industria (toda), estará dispuesta a asumir ese “precio”.
Por ejemplo, estudios de Minera Los Pelambres demuestran que sus reservas de mineral en la cordillera de Los Andes se proyectan para varias décadas (al interior de la compañía se habla de Pelambres 2). Sin embargo, su problema son los depósitos de relaves: dónde depositarlos sin enfrentarse a la oposición de los vecinos. Ya en diciembre de 2010 la compañía del grupo Luksic ofreció a los habitantes de Caimanes (comunidad cercana al tranque El Mauro), un traslado voluntario.
El cierre de la escuela La Greda y el traslado de los alumnos (y hoy la evaluación de la erradicación del pueblo), es una cosa de “lucas”, dijo a Cooperativa Jorge Rivera, gerente de Asiva, el gremio que agrupa a las 19 firmas del nudo industrial donde se ubica el establecimiento. Sin ahondar en el tema, me pregunto ¿Qué sucederá con el futuro de esas familias en un eventual traslado? ¿Cómo impacta en el capital social de aquellas comunidades? Sus redes, sus historias… ¿Está dispuesta la industria y el Estado a asumir el proceso posterior?
De acuerdo al Reporte de Sustentabilidad 2009 del Consejo Minero (entidad que reúne a las 15 empresas mineras más importantes de Chile), podemos hacernos una idea de las inversiones en materia comunitaria.
“Las exportaciones de las empresas socias del Consejo Minero durante este año (2009), alcanzaron los US $30.000 millones, lo que se tradujo en una participación de 56% del total nacional” (Reporte de Sustentabilidad Consejo Minero, año 2009). En materia medioambiental, “87 millones de dólares invirtieron las empresas socias del Consejo”. Monto que representa un 3% más que el año anterior (2008).
En aporte comunitario (cifras consignadas en su capítulo Sociedad), se invirtieron durante 2009, US $84, 9 millones. Por sector, 13 se destinaron a Educación; 0,98 en Salud; 30,7 a Cultura y Deportes; 26,7 en Desarrollo Comunitario y 13 en ítem Otros (cifras expresadas en millones de dólares).
Sumadas ambas cifras (inversión en medioambiente y comunidades), las 15 empresas socias del consejo desembolsaron casi US $172 millones. Por último, hace algunos días se conoció que Codelco, la mayor productora mundial de cobre, registró en 2010 ganancias netas por 5.799 millones de dólares, un 47% superior a las del año previo, por un fuerte incremento en el valor internacional del metal, informó la compañía.
Si se revisan las cifras en inversión comunitaria de acuerdo a los reportes de sustentabilidad, en promedio ninguna empresa invierte más del 1% de sus ganancias en este ámbito. En consideración de esos números entonces, cuál será el camino ¿Erradicar pueblos y seguir operando?
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Foto: Veoverde
Comentarios
28 de marzo
[ESTE COMENTARIO ME ENVIARON POR MAIL, DESEO COMPARTIRLO ES DE JN] La erradicación de poblados /personas, aparece como lo más cuestionable en los análisis que hacen los grandes financistas que operan bajo las directrices de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial; o de la banca privada asociada a los Principios del Ecuador. Lo mismo ocurre con la normativa de otorgamiento de financiamiento de la JBIC (La Corporación Japonesa de Cooperación Internacional). O sea, por lo menos en el papel, el tema ya está visto. Falta saber si los negocios son más poderosos que las palabras.
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