Necesitamos saber que sucede con los niños que requieren colegios con desafíos educativos especiales, por esos niños y niñas que son diferentes, seguiremos intentando normalizarlos o daremos espacio a comprender su mente, sus intereses, sus emociones para ayudarles a desarrollarse como seres humanos íntegros y felices
En últimos diez años hemos visto en Chile como las organizaciones estudiantiles se han tomado el tema de la educación, queriendo ser parte del proceso de cambios, indicando cuál es su visión, han realizado paros y marchas significativas, han logrado sumar a los gremios de profesores, universitarios y otros grupos sociales y políticos del país, sin lugar a duda han logrado avances, han logrado que el tema se imponga como prioritario en los distintos planes de gobierno, de hecho se convierte en el eje transversal de la actual administración.
Se han dado una serie de anuncios, que implican cambios profundos, en que se busca eliminar el lucro, que la educación no se convierta en un bien de consumo sino que sea un derecho, se intenta hablar de igualdad, de eliminar la selección, de que haya al parecer mas influencia del estado en la administración de los recursos que se desean recaudar con la nueva reforma tributaria, de mayor control de quienes en forma particular han decidido levantar establecimientos educacionales y otras ideas que al parecer pueden ser un aporte y un progreso para la educación, pero ¿Están incluyendo a todos los estudiantes?
Los estudiantes que no marchan
Hay un proyecto de integración escolar, al que algunos colegios han adherido y han implementado, algunos con éxito y la mayoría lamentablemente con muchas falencias, en que los recursos adicionales que se entregan para su desarrollo tienden a desviarse a otras necesidades de los establecimientos educacionales.
Estamos ante la duda profunda de saber si la mejora en la educación alcanza para estos estudiantes, los denominados NEE, los que requieren de herramientas adicionales para lograr su desarrollo como estudiantes, estos estudiantes que no marchan, que no salen a las calles, que no gritan ni dan vuelta jarros de agua sobre las autoridades, esos estudiantes silenciosos, esos estudiantes que han sido tratados muchas veces como recibidos como la “excepción” dentro de un establecimiento y por eso mismo los padres deben sentirse “agradecidos” por contar con un espacio en el colegio, como si esto fuera un acto de caridad, un favor que el sistema le hace por recibir y tener a su hijo en el interior de la comunidad educativa.
¿El Estado está considerando a estos estudiantes?, será esta una reforma que incluya a los que son diferentes, a los que piensan y estructuran las ideas y las relaciones con otros de manera diferente, buscaremos crear espacios, diseños adecuados que los incluyan en el proceso de aprendizaje, aprenderemos a presumir que mas allá de la etiqueta existe un potencial en cada niño, en cada estudiante, en cada alumno.
Hoy deseo plasmar mis dudas, no prejuicios ni presiones, sólo deseo plantear que necesitamos saber que sucede con los niños que requieren colegios con desafíos educativos especiales, por esos niños y niñas que son diferentes, seguiremos intentando normalizarlos o daremos espacio a comprender su mente, sus intereses, sus emociones para ayudarles a desarrollarse como seres humanos íntegros y felices.
Hoy deseo decir que el Estado tiene la oportunidad de hacer una gran reforma educativa, pero queremos decirles que no nos dejen fuera, porque nuestros hijos e hijas también tienen derecho a una educación digna y de calidad.
Hoy yo deseo preguntar simplemente, Llos niños que estudian en los PIE y los de la educación especial están considerados en esta gran reforma?
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Foto: HazteOir.org / Licencia CC
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